El Senado de la República aprobó con facilidad temprano en la mañana del miércoles, la ambiciosa reforma del sistema educativo propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto.
La reforma permitirá al gobierno romper con el monopolio que ejercen los sindicatos en materia de nombramientos del personal, incluyendo la venta y transferencia hereditaria de los cargos.
El sindicato más poderoso del país, el SNTE se opuso primero a esas reformas. Esta oposición, sin embargo, se vino abajo cuando la presidente del sindicato, Elba Esther Gordillo, fue arrestada por fraude y corrupción en febrero. Ella permanece encarcelada a la espera del juicio.
A su vez otro sindicato del sector de la educación, el CNTE , ha obtenido algunas concesiones por parte del gobierno después de la movilización de miles de sus miembros en las calles de la capital mexicana , durante más de una semana .
El poder sindical provenía de una alianza tácita formada hace más de 50 años con el Partido Revolucionario Institucional ( PRI). Los sindicatos habían obtenido un dominio absoluto sobre el sistema educativo, a cambio de su apoyo al gobierno.
Dentro de la OCDE , sólo Nueva Zelanda dedica una mayor parte de su presupuesto a su sistema educativo, que México. Sin embargo, sólo el 47 % de los estudiantes mexicanos completa el equivalente de la escuela secundaria.
La reforma aprobada el miércoles debería poner fin a los pagos de más de 100 millones de dólares que serían pagados cada año a los profesores que actúan como organizadores sindicales a tiempo completo , casi sin siquiera poner un pie en el aula. Algunos representantes sindicales embolsaban cientos de miles de dólares cada semestre.
La reforma deberá permitir también que el gobierno otorgue los puestos disponibles a los candidatos que hayan obtenido la puntuación más alta en una prueba estandarizada , en lugar de confiar esa concesión de puestos de trabajo a los sindicatos.
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