Cómo hacer para que niños de 1 a 6 años coman verduras

Una nueva investigación canadiense  muestra que lo que los niños comen cuando comienzan los alimentos sólidos, hasta los 6 años, puede tener un impacto de por vida. Es la prueba de que el dicho «eres lo que comes» comienza temprano. Y esto les pone aún más presión a los padres para que los niños se inicien rápidamente en una dieta saludable.

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El pequeño Devon

El bebé de catorce meses, Devon, se impacienta porque  no puede conseguir  que su mamá corte las frutas  para él más rápidamente. Su mamá dice que Devon y su hermana de cuatro años han aprendido a amar literalmente las frutas y verduras.

Si crecen comiendo verduras les gustarán las verduras,  así que me aseguro de tener constantemente una buena cantidad de verduras en la casa.  Porque tiene sentido que lo que les gusta de niños lo mantendrán luego cuando crecen.  

Es un buen método de acuerdo con una serie de nuevos estudios publicados esta semana  en la revista Pediatrics.

Los investigadores analizaron la dieta de 1.500 niños de seis años, comparándola con sus hábitos alimenticios más tempranos,  desde el nacimiento hasta un año de edad.

Encontraron que los niños que recibieron pocas frutas y verduras cuando eran bebés siguieron ese patrón al alcanzar la edad escolar. Esto sugiere entonces que los hábitos alimentarios y los apetitos se establecen desde muy temprana edad.

Es importante entrenar a los paladares desde una edad lo más temprana posible.

La Dra. Sharon Unger es una especialista en nutrición neonatal que ayudó a desarrollar la Guía canadiense de nutrición infantil.

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La Dra. Sharon Unger neonatóloga del Hospital Mount Sinai de Toronto

Ella dice que los bebés deben ser alimentados exclusivamente con leche materna hasta los seis meses, y luego ser introducidos en una gran variedad de alimentos, incluyendo muchas frutas y verduras. Y sin jugos endulzados con azúcar.

Señala que la aceptación de los nuevos alimentos es más fácil en los niños cuando tienen entre 2 y 4 años. En la franja de edad de 4 a 8 años el número de comidas que a los niños les gusta no cambia demasiado.

Otro artículo en la revista Pedriatics considera que los bebés que tomaron cualquier cantidad de jugos u otras bebidas endulzadas con azúcar, tenían el doble de probabilidades de beberlas a los seis años, y casi el doble de probabilidades de ser obesos.

Hay una clara evidencia de que cuando más temprano se introducen las bebidas endulzadas con azúcar a los niños, y cuanto mayor sea el volumen, ambos elementos contribuirán a aumentar significativamente la tasa de obesidad.

La Dra Unger dice que los niños aprenden con facilidad a probar sabores azucarados e incluso salados.

Estos no son gustos difíciles. Está probado que los sabores dulces les atraen más. Así que es muy importante que se los introduzca a todos los vegetales desde temprana edad y que encuentren  placer en todos los sabores.

Los expertos dicen que los padres no deben darse por vencidos si a sus bebés no les gustan inicialmente los sabores más amargos de las verduras. Las preferencias alimenticias de los niños están fuertemente influenciadas por las veces que los padres ponen la comida en la mesa y por su perseverancia en volver a servir la comida que los niños rechazan.

Si los niños ven de nuevo la comida y los nuevos platos llegará un momento en que terminarán probándolo. Por tanto, si queremos que el niño coma brócoli y aceitunas, es posible que tengamos que ponérselas de 10 a 15 veces antes de que se acostumbre a comerlas. Entonces los bebés probarán los alimentos de nuevo si sus padres persisten. Y si sus padres se alimentan también con ellos.

Ser modelo para los niños

La Dra. Sharon Unger  afirma que los niños se fijan en los mayores más de lo que pensamos y ante cualquier detalle con la comida que pueda ser insignificante para nosotros, ellos lo adoptarán inmediatamente.
Un truco para motivarlos es cuando haya verdura en la mesa, que te sirvas y al probarla digas: ¡ qué rico está!, o ¡estaba deseando comer brócoli! Los niños también te querrán imitar

Fomentar la elección

Para cenar puedes preguntarle qué dos opciones prefiere de verduras que tengas preparadas. Con ello consigues que el niño sienta que su opinión cuenta. También resulta ser una pista para los padres a la hora de saber qué es lo que más le gusta y aprovechar la ocasión para introducir nuevas recetas. Puede que no acepte un tipo de verdura pero hay infinidad de variedades. Debes probar hasta descubrir las que le gusten.

¿Mucho trabajo? Claro que sí! Pero los beneficios para los niños se verán incluso cuando lleguen a la edad adulta.Y ellos les estarán eternamente agradecidos!

 

Categorías: Salud, Sociedad
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