Destrucción tras el paso del huracán Odile en el norte de México.
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Caos en el norte de México tras el paso del huracán Odile

El Gobierno mexicano desplegó miles de soldados y policías en el Estado mexicano de Baja California Sur, devastado por el huracán Odile, mientras continuaba la evacuación de turistas varados y de residentes que se hallaban privados de agua, electricidad y seguridad tras el saqueo de supermercados.

El huracán de categoría 3 tocó tierra el domingo en el sur de la península, lugar turístico conocido como Los Cabos, dejando una estela de destrucción pocas veces vista en la zona y provocando una escasez de víveres y medicinas.

Dos personas murieron arrastradas por la corriente cuando trataban de cruzar un arroyo en medio de la tormenta en la localidad de Santa Rosalía, reportaron autoridades locales.

Imágenes de televisión mostraron este miércoles a decenas de personas ingresando a supermercados en San José del Cabo y Cabo San Lucas, de donde salían llevando a cuestas desde cervezas hasta bicicletas y televisores.

Los pocos comercios que abrieron sus puertas el jueves estaban siendo protegidos por vecinos armados con bates de béisbol y palos.

El secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, informó que fueron desplegados unos 8,000 soldados y policías federales para reforzar la seguridad y permitir que los negocios puedan funcionar normalmente.

En La Paz, capital del estado Baja California Sur, cientos de casas resultaron dañadas y grupos de pobladores rompieron la red de alcantarillado para llevarse agua en cubetas tras hallarse privados del líquido vital por dos días.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México informó que un puente aéreo de empresas privadas y aviones militares ha rescatado hasta el momento a unos 18,000 turistas que quedaron atrapados en la zona tras el desastre, y que en los próximos dos días concluirá el rescate de la mayoría de los turistas afectados.

Previamente, el secretario de Gobernación Osorio había informado que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) estaba trabajando a plena capacidad para restablecer el suministro de electricidad, vital para el funcionamiento de las plantas desalinizadoras en Baja California, una zona en parte desértica donde el agua potable es escasa.

Por otra parte, continúa la inquietud en la zona sobre la aproximación de la tormenta tropical Polo, que se desplazaba este jueves a lo largo de la costa del Pacífico mexicano en dirección noroeste. El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, señaló que podría mantenerse lejos de la zona.

Polo, con vientos máximos sostenidos de 110 kilómetros por hora, se encontraba a unos 605 kilómetros al suroeste de Baja California y se desplazaba a 15 kilómetros por hora. El CNH estima que la tormenta tropical podría empezar a debilitarse a partir de este viernes.

Categorías: Internacional, Medioambiente y vida animal
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