El sacerdote José Antonio Mercau, condenado en septiembre de 2011 a 14 años de prisión por “abuso y sometimiento sexual agravado” en perjuicio de cinco chicos fue expulsado como cura de la Iglesia Católica por decisión del papa Francisco. La resolución del jefe de la Iglesia Católica fue calificada de “inédita” para un caso de pedofilia, según dijeron especialistas en Derecho Canónico.
Muchos celebraron la noticia, pero las víctimas y los activistas han afirmado que la Iglesia Católica Romana debía ser aún más determinada, eficaz y severa en este tipo de delitos en Argentina.
Sebastián Cuattromo, director de un grupo llamado Adultos por los derechos del niño, argumenta que la Iglesia tenía todavía «un largo camino por recorrer.»
Cuattromo, quien fue abusado sexualmente por un sacerdote en Buenos Aires a la edad de 13 años, dijo que las políticas del papa Francisco ‘se realizan gracias a la larga lucha de las víctimas «.
A principios de este año, Francisco pidió perdón en su primer encuentro con los católicos que han sufrido abusos sexuales por parte miembros del clero, y fue más lejos que sus predecesores, prometiendo la rendición de cuentas de los obispos por su manejo de los casos de pedofilia.
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