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Mal aliento, causas y nuevos avances para su tratamiento

Cuando no es creado por la ingestión de alimentos, el mal aliento es producido por bacterias orales malolientes, lo cual hace muy difícil deshacerse de él. La boca es un zoológico lleno de vida. Puede contener no menos de 1000 bacterias diferentes que producen 150 compuestos gaseosos nauseabundos conocidos. Este universo bacteriano es tan complejo que abrió el camino para un nuevo campo de investigación en Canadá: la ecología oral.

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Aun si uno se cepilla los dientes, seguimos teniendo mal olor. El problema es que algunos de los componentes del ajo por ejemplo, llegan a la sangre, salen de nuestro cuerpo con el aire que expiramos y a través de la piel cuando se transpira. Así que en lugar de esconder ese olor con otro más fuerte, no hay nada que hacer mientras el cuerpo no los elimine completamente.

Varias causas pueden ser las responsables de la aparición del mal aliento. Sin embargo, hoy se sabe que el 90% de los casos de tal fetidez tiene su origen en la boca y no en el tracto gastrointestinal, como se suponía hasta hace poco.

En la gran mayoría de casos, la fuente de la halitosis se debe a una sobrepoblación de  bacterias indeseables que producen gases con olores. Esas bacterias colonizan toda clase de hábitat en nuestras bocas, y se libran una guerra sin fin para apoderarse de los recursos alimenticios. Y el más grande generador de pestilencia son los espacios entre las encías y los dientes y en las grietas de la lengua.

Ya en los años 70 investigadores se interesaron en el mal aliento y decidieron aislar los componentes gaseosos que constituyen el mal aliento mediante la ayuda de un instrumento llamado cromatógrafo de gases.

Ellos aseguran que mal olor oral es ocasionado mayormente por la producción de compuestos volátiles de sulfuro, generados por bacterias bucales a partir de residuos alimenticios, saliva, flujo gingival, sangre y células de la mucosa oral. De ahí que normalmente se le asocie a una mala higiene oral o a la presencia de placa y sarro.

Hoy se habla de un nuevo campo de investigación, la ecología bucal.  La boca se convierte en un lugar de encuentro de ecosistemas para comprender mejor sus interacciones.

Las poblaciones bacterianas que heredamos son determinadas en parte desde el nacimiento, que provienen de nuestras madres. Y gradualmente, nuevas poblaciones  van a colonizar el espacio disponible según nuestra alimentación, nuestro modo de vida, la ingesta de antibióticos, las enfermedades, etc.

Lucha contra el mal aliento

Cuando la fuente del mal aliento es bacteriana, el enjuague bucal tiene poco efecto, ya que también destruye las bacterias responsables del control de las bacterias malolientes. Una estrategia prometedora existe ya y con resultados positivos: los probióticos, diseñados para colonizar la boca con bacterias «buenas», en lugar de atacar a las «malas».

En el caso de ingerir cebolla cruda o ajo, los médicos indican un truco: inmediatamente después de comer, beber medio vaso de leche, mejor si es grasa, porque ayuda a eliminar los componentes de azufre.

Pero cuando el olor es realmente terrible y persistente, dice Marie-Pier Elie, experta en ciencia, es mejor consultar a un médico para asegurarse de que no hacemos parte de aquellos en que el mal aliento es el resultado de una condición más seria: enfermedades sistémicas, trastornos hormonales, enfermedad pulmonar, entre otras.

 

 

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