Va más allá de decirles a los niños que coman menos. La Asociación Médica canadiense llega con nuevas estrategias para ayudar a los niños y padres de familia, a luchar contra el sobrepeso.
Los niños y adolescentes canadienses que tienen sobrepeso u obesidad tienen que ser identificados por el control periódico de su crecimiento, como un primer paso para ayudar a las familias, recomiendan las nuevas directrices canadienses para los médicos de familia.
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El Grupo de Trabajo Canadiense de Protección de la Salud Preventiva lanzó a inicios de la semana lo que denomina la primera actualización sobre las directrices de obesidad infantil en más de 20 años. Destaca cómo la obesidad infantil se ha más que duplicado desde la década de 1970, con alrededor del 20 por ciento de los niños y los jóvenes clasificados con sobrepeso y el 12 por ciento como obesos, basándose en mediciones de altura y peso.
Una recomendación clave es medir la altura, el peso y registrar el índice de masa corporal de los menores de 18 años en las consultas de atención primaria, usando las tablas de crecimiento de la OMS para Canadá.
«No hay una respuesta simple «, dice la doctora Patricia Parkin, presidenta del grupo de trabajo de obesidad infantil. Por eso el monitoreo del crecimiento es importante porque hay buena evidencia de que para algunos niños, el aumento de peso temprano en la vida, los sigue hasta la edad adulta, dijo Parkin.
Para los niños de 2 a 17 años que tienen sobrepeso o son obesos, los médicos de atención primaria deben ofrecer o hacer referencia a los programas conductuales estructurados con el objetivo de lograr un crecimiento sano.
«Si los médicos de atención primaria reconocen que el niño está desarrollando un crecimiento poco saludable, entonces eso es una oportunidad excepcional para que puedan intervenir de alguna manera», dijo Parkin.
«Las sesiones a menudo incluyen recomendaciones dietéticas, recomendaciones de estilo de vida, recomendaciones de actividad física, de apoyo de salud mental y así sucesivamente. Entonces tratan el problema desde varios ángulos que están asociados con el sobrepeso y la obesidad en los niños”.
El equipo SickKids del Programa de Gestión de la obesidad o STOMP es un ejemplo. El programa de dos años es ofrecido a grupos pequeños de niños de entre 12 y 17 años con obesidad compleja que son seguidos de cerca por los pediatras, una enfermera, dietistas, un terapeuta de ejercicio, un psicólogo y un trabajador social.
El foco en la salud, no en el peso
El objetivo es mejorar la salud en general, no sólo concentrarse en el peso sino también en la salud mental, la nutrición saludable, la actividad física, los patrones de sueño y el funcionamiento general, dijo la pediatra Catherine Birken de STOMP.
«Es un trabajo muy difícil cambiar sus comportamientos individuales», agrega. Se observa a la persona en su conjunto y su salud en general. ¿Cuáles son los valores con los que interactúa? ¿Quién vive en su comunidad? ¿Cuál es el acceso a frutas y vegetales? Tenemos que mirar a ese niño dentro de esa familia, dentro de esa comunidad, dentro de ese entorno, dentro de su cultura y tradiciones Así que en realidad no es un problema lineal. No se trata sólo de peso. Sino de su salud en general”.
Birken destaca los prometedores estudios de prevención en los niños en edad preescolar. Hubo pequeñas diferencias en los resultados de peso saludable entre los niños que recibieron los programas preventivos.
Para los niños mayores, la evidencia de la prevención, como el manejo intensivo del comportamiento, es más difícil de interpretar.
Las directrices recomiendan a los médicos de familia no ofrecer rutinariamente los tratamientos farmacológicos a niños o jóvenes con sobrepeso dado el riesgo de efectos secundarios, dice Parkin.
Del mismo modo, los profesionales de atención primaria no deberían remitir sistemáticamente a los niños o jóvenes a la cirugía bariátrica porque no ha habido ensayos comparativos con las intervenciones conductuales.
La lucha contra la obesidad infantil no debe ser vista como dos mitades, una de prevención y otra de tratamiento, indica la doctora Carolyn Summerbell de la Universidad de Durham en Stockton-on-Tees, Reino Unido, en un comentario publicado en la Canadian Medical Association Journal del lunes.
«Se trata de un proceso continuo, y la zona gris en el medio es en realidad donde muchos niños se encuentran por lo menos durante algún momento de su infancia», dijo Summerbell.
Las opciones de tratamiento se limitan a las conductuales, Summerbell reconoció.
«Es importante tener en cuenta la experiencia de los profesionales de atención primaria, ver a los niños en dificultades (y sus familias) que tan desesperadamente desean perder peso y» ser normales «, concluye.
Un editorial de la revista resume cómo las escuelas ayudan a los niños y adolescentes a desarrollar estilos de vida saludables para evitar la obesidad, tales como:
*Adquirir hábitos de alimentación saludables.
*Hacer del ejercicio una norma, incluyendo los desplazamientos hacia la escuela.
*Obligar la educación física a lo largo del año escolar.
*Hacer que los estudiantes se desplacen durante el horario escolar en vez de sentarse durante largos períodos.
*Vender alimentos y bebidas con una mejor calidad nutricional.
*Comenzar la escuela secundaria más tarde para reflejar cómo los ritmos circadianos de los adolescentes difieren de los adultos.
Los médicos dicen que la razón por la que es tan importante evitar que los niños se conviertan en obesos se debe a que la investigación muestra que los niños pesados se vuelven adultos con sobrepeso.
Y los kilos de más son conocidos por aumentar el riesgo de una persona a tener problemas de salud, incluyendo enfermedades del corazón, diabetes y accidentes cerebrovasculares.
El Grupo de Trabajo Canadiense de Protección de la Salud Preventiva es un grupo independiente de médicos y expertos que revisan la literatura médica y el grado de su calidad antes de hacer sus recomendaciones. También desarrollaron herramientas para ayudar a los médicos a interpretar las recomendaciones.
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