Víctima de una sequía que dura desde hace 4 años, los californianos deberán ahora aprender a vivir con menos agua en virtud de las nuevas medidas decretada ayer por la Agencia de Reglamentación del Agua del Estado.
Después de una audiencia que duró más de 10 horas, la State Water Resources Control Board, SWRCB, decidió de forma unánime que el consumo de agua en las ciudades deberá disminuir de 25% con respecto al nivel de consumo de 2013.
La agencia fijó objetivos que varían de entre 4% y 36% para cada ciudad del Estado, en función de su consumo, de tal manera que las que consumen más deberán imponer restricciones más importantes.
Ciudades como Bakersfield, Modesto y Beverly Hills por ejemplo, deberán reducir su consumo de 36%. El objetivo es de 8% para San Francisco, 16% para Los Angeles, 20% para San José y de 28% para Sacramento.
El sector agrícola, que representa 80% del consumo de agua de California, está exento de las nuevas medidas. La industria agrícola, una de las más importantes del Estado, sufrió ya reducciones debido a medidas tomadas anteriormente.
La decisión de la agencia de reglamentación del agua fue adoptada después de haber constatado que todos los esfuerzos de racionalización del agua hechos hasta el momento han sido vanos.
Las nuevas medidas fueron votadas ayer porque la temporada estival se acerca y durante este período, entre 50% y 80% del agua utilizada por los hogares sirve para el mantenimiento de jardines y del césped, entre otros.
La Cámara de Comercio se inquieta porque la reducción de 25% del consumo de agua exigido a las ciudades podría provocar una “severa desarticulación económica”.
La State Water Resources Control Board espera reducciones draconianas del consumo de agua desde el mes de junio y afirma estar dispuesta a multar a los que no logren alcanzar su objetivo.
El problema es que la SWRCB no cuenta con el personal necesario para poder supervisar las agencias, cuyo tamaño varía enormemente. Algunas de ellas no disponen de los recursos humanos para multar a los infractores y otras simplemente, no quieren hacerlo.
Jerry Brown, gobernador de California, declaró ya que está dispuesto a presentar un proyecto de ley que autorizaría multas de hasta $10.000 dólares para los consumidores culpables de un desperdicio excesivo de agua, más no obstante, necesita el apoyo de los diputados del Estado.
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