Omar Khadr parle aux médias pour la première fois.

Omar Khadr ante la prensa canadiense tras su liberación este jueves.
Photo Credit: PC / Nathan Denette

“Bienvenido a la libertad, Omar Khadr”

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“Bienvenido, Omar Khadr, bienvenido a un mundo que no ha sido bueno contigo. Bienvenido a un mundo en el que la justicia finalmente será más fuerte que los juegos políticos construidos en torno a tu persona. Una vez más, otro juez en Canadá, te da la razón… te devuelve la libertad que te ha sido negada por 13 años.”

Esas son algunas de las líneas de la carta abierta dirigida al joven canadiense Omar Khadr, liberado ayer por orden de juez en la provincia de Alberta.

Esa misiva, publicada este viernes en las páginas de periódico canadiense en francés Le Devoir, fue escrita por Béatrice Vaugrante, la directora general de Amnistía Internacional en la provincia francófona de Quebec.

Este pasado jueves el gobierno conservador canadiense sufrió una nueva derrota jurídica su intento de impedir que el ex prisionero de la cárcel militar estadounidense en Guantánamo, Omar Khadr, sea liberado bajo fianza.

La jueza Myra Bielby, de la Corte de Apelación de Alberta, dictaminó que el gobierno canadiense no había demostrado que la liberación bajo fianza del ex niño soldado capturado en Afganistán causará un daño a las obligaciones asumidas por Canadá mediante tratados internacionales.

En conversación con Radio Canadá Internacional, Béatrice Vaugrante sostiene que en torno al caso de Khadr fue construida una densa red de intereses, desde los de su propia familia que tenía estrechos vínculos con Osama ben Laden a los intereses de Estados Unidos, así como las conveniencias políticas de parte del gobierno canadiense.

Desde el punto del derecho internacional, sostiene Vaugrante, el caso de Khadr es el de un niño soldado. Ella también destaca que esa decisión de liberar al joven capturado en Afganistán muestra que en Canadá la justicia está por encima de las maniobras políticas.

Considerando el actual debate político a seis meses de unas elecciones federales, la directora general de Amnistía Internacional señala los canadienses parecerían estar obligados a tener que elegir entre la seguridad o los derechos humanos, lo cual es un dilema ficticio, según ella, porque la seguridad no implica la exclusión de las libertades básicas

En su carta abierta publicada en Le Devoir, Vaugrante destaca el hecho de que Omar Khadr fue el primer niño soldado en ser acusado de haber cometido «crímenes de guerra» desde la Segunda Guerra Mundial por una comisión militar que hizo todos los esfuerzos para negar la aplicación de la Convención de Ginebra. “Sí, niño soldado detenido a los 15 años. Un niño que habría sido juzgado de manera muy diferente si hubiera sido trasladado de inmediato a Canadá después de su detención.”, escribe ella en su carta.

El gobierno canadiense reaccionó con poca simpatía ante la liberación de Khadr. Este viernes el primer ministro Stephen Harper recalcó que “el señor Khadr, como todos sabemos, se declaró culpable de crímenes graves, incluyendo el asesinato”, señalando que sus pensamientos y rezos estaban con la familia del sargento del ejército estadounidense Cristopher Reed, quien murió en una escaramuza en Afganistán en 2002.

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