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Irlanda se pronuncia hoy por referéndum sobre el matrimonio gay

Los electores irlandeses se pronuncian hoy por referéndum sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Veintidos años después de la despenalización de la homosexualidad, el SÍ, apoyado por todos los partidos políticos, debería ganar con un amplio margen.

En 1993, la despenalización de la homosexualidad, que puso a Dublín de acuerdo con todo el resto de Europa Occidental, había dividido  profundamente a una población muy creyente. Hoy, solo 2 de los 166 diputados del Parlamento militan por el NO y la primera ministra Enda Kenny, católica practicante, ha estado ya en un bar gay.

“Mi mensaje al pueblo es el siguiente: si usted cree en la igualdad, no se duerma sobre los laureles, ni deje a los otros escoger por usted. Diga sí. Sí a la integración, a los derechos, al amor y a la igualdad. Quítese ese peso que algunos llevan, déjelos ser como son”. Enda Kenny, Primera ministra de Irlanda.

La jerarquía de la iglesia católica, fragilizada por escándalos a repetición, en particular de abusos sexuales, se mantuvo al margen de la campaña oficial, lo cual no impidió al arzobispo de Dublín de intervenir a último momento.

“La época en que los obispos le decían a la gente cómo votar pasó hace mucho tiempo, pero nosotros hemos dicho constantemente que no se trata de un tema simple. El matrimonio no es solo el asunto de dos personas que se enamoran. El matrimonio está vinculado a la familia y a los hijos, y no los podemos separar”, dijo monseñor Diarmuid Martin a la antena de la RTE, la radio y televisión irlandesa.

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Los resultados del referéndum deberían ser conocidos mañana sábado. Las encuestas dan por ganadores a los partidarios del matrimonio gay por un margen de dos contra uno. La ratificación dependerá ampliamente de la movilización del electorado joven, dicen las firmas de sondeos.

El resultado de esta consulta permitirá también de constatar si la brecha entre los electores urbanos y rurales sigue existiendo. En 1995, cuando los irlandeses legalizaron el divorcio con una ínfima mayoría, solo 5 de las 30 circunscripciones de Dublín apoyaron esta reforma.

Evolución de las mentalidades

“Antes, los políticos hacían lo imposible por evitar de ser fotografiados conmigo, ahora es lo contrario”, dice divertido el senador David Norris, uno de los principales líderes de la lucha por la igualdad de los derechos. La campaña misma para este referéndum contribuyó a cambiar mentalidades, dice Norris.

En Gran Bretaña, la homosexualidad dejó de ser un delito en 1967, pero Irlanda, donde el tema es tabú, resistió mucho tiempo. En la década de los 70, el único bar gay de Dublín estaba estrechamente vigilado y los tímidos desfiles del orgullo gay eran abucheados.

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Una primera tentativa de despenalización fracasó en 1983. La Corte Suprema había juzgado en ese momento que la homosexualidad era “moralmente condenable”.

La reforma misma de 1993 comenzó solo después que la Corte Europea de Estrasburgo hubiera juzgado que la legislación irlandesa era contraria a la Convención de los Derechos Humanos. Solo un tercio de los irlandeses estaban en favor, según los sondeos de esa época.

Desde entonces, la sociedad ha cambiado mucho y la influencia de la iglesia sobre la clase política ha disminuido considerablemente. Los bares gay se han multiplicado en Dublín y los desfiles del orgullo gay atraen ahora a unas 40.000 personas.

Categorías: Internacional, Política
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