Una escuela secundaria muy particular

El año escolar terminó esta semana en todas las escuelas primarias y secundarias de la provincia y en la Comisión Escolar de Montreal. Y uno de los más grandes desafíos, por no decir uno de los más grandes problemas, de la escuela pública quebequense y montrealense en particular son los numerosos alumnos con dificultad de aprendizaje.

Y en una escuela, como la Escuela Secundaria Père-Marquette de Montreal, se puede decir, grosso modo, que un alumno de cada tres, tiene un cierto grado de dificultad. Están los que sufren de un problema de aprendizaje diagnosticado, tales como la dificultad persistente del aprendizaje de la ortografía pero sin dislexia y con dificultad en la lectura, de dispraxia, de disfasia, por nombrar solo algunos. Y además, están los alumnos con problemas de comportamiento.

A cada alumno diagnosticado se le prepara un plan de intervención, al que se le atribuirán herramientas tales como un computador personal con los programas necesarios para facilitar su aprendizaje. En este año escolar 2014-2015, que acaba de terminar en la Escuela Père-Marquette, 300 alumnos sobre 950 sufrían distintos tipos de dificultades.

Una tarea extremadamente difícil para los profesores, que a menudo se encuentran desbordados, porque quieren intervenir de una forma individual más apropiada, pero el número de estudiantes con problemas es muy grande.

Algunos de esos alumnos frecuentan clases particulares y otros han sido integrados en las clases regulares, lo cual plantea justamente el desafío para una escuela como Père-Marquette, porque debe responder tanto a las necesidades de los alumnos que tienen un buen rendimiento como a las de los que tienen dificultad de aprendizaje.

Martin Lewis, director de la Escuela secundaria Père-Marquette de Montreal fue entrevistado por Frank Desoer y Michel Labrecque, del programa Désautels le dimanche, de la radio francesa de Radio Canadá.