Un grupo mexicano de derechos humanos dijo el jueves que documentos militares muestran que oficiales de alto rango ordenaron a los soldados aniquilar a criminales, luego que estos se rindieran en el marco de un operativo contra un presunto cartel de las drogas.
Todo indica que los documentos son la primera evidencia de que la matanza ocurrida el 30 de junio de 2014, en una zona rural al oeste de la Ciudad de México, en la que perecieron 12 civiles, fue perpetrada por soldados que obedecían órdenes de sus superiores.
El material también brindaría evidencia de que los jerarcas militares fueron informados rápidamente de que algo había salido mal, según sostiene el organismo de derechos humanos Miguel Agustín Pro.
Una de las órdenes que figuran en los documentos dispone que los efectivos militares lleven a cabo sus operativos “en la noche, reduciendo sus actividades durante el día, con el objetivo de matar a los criminales”.
El ejército inició una investigación el mismo día de los hechos, y en un comunicado difundido en la ocasión afirmó que las víctimas perdieron la vida luego que los soldados fueran atacados a tiros y respondieran la agresión en autodefensa.
Según el ministerio de Defensa de México, la matanza en el municipio de Tlatlaya fue perpetrada por 7 soldados y la acción no implicaba a jerarquías de alto rango.
Una sobreviviente, cuya hija perdió la vida en el hecho, habló públicamente por primera vez para reclamar justicia. “Quiero justicia por lo que le hicieron a mi hija. Dios no los perdonará”, sostuvo Clara Gómez.
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