El acceso al agua potable beneficia sobremanera a las mujeres, dado que son ellas las que tienen que caminar kilómetros para traerla a la comunidad
Photo Credit: Alas de Esperanza

Alas de Esperanza para una vida más digna

“El acceso al agua cambia la vida de los campesinos. Ahora tienen una vida más digna por el acceso constante al agua potable”. André Franche, director de Alas de Esperanza.

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Elizabeth y Vladimir rompen la botella de espumante al frente del tanque de agua © Alas de Esperanza
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En 1998, durante el gobierno del expresidente Alberto Fujimori, y a raíz de la construcción de una presa, la comunidad Cuchoquesera fue engañada y obligada a desplazarse. Esta comunidad está ubicada sobre una enorme reserva de agua que abastece a la ciudad de Ayacucho, pero a pesar de toda esta agua, y muchas promesas de ese gobierno, Cuchoquesera no tuvo hasta hace poco, acceso al agua potable.

Quince años más tarde, Alas de Esperanza y el Secretariado Internacional del Agua (SIA) ambos con sede en Montreal, y SER, Servicios educativos rurales, de Perú, unieron sus fuerzas para que esta comunidad engañada y olvidada tuviera por fin acceso permanente al agua potable.

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André Franche dirige la ONG quebequense, Alas de Esperanza

La primera condición para aceptar ayudarles a conseguir el agua potable fue que la comunidad se comprometiese a aportar toda la mano de obra no calificada. Formaron un comité de agua potable donde se estableció que la mitad de los miembros debían ser mujeres. Porque la responsabilidad del agua para la casa, se sabe, es de las mujeres, indica André Franche.

El organismo SER trajo a los obreros calificados para la instalación de las tuberías. Primero hubo que captar el agua a 4 km del pueblo y a más de 4.000 m de altitud. Este trabajo es de mano de obra calificada. Luego la comunidad cavó las zanjas y transportó las tuberías y los materiales al sitio.

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La comunidad participa activamente en tareas que no requieren de mano de obra calificada, tales como la excavación de zanjas y limpieza de la tierra. © Alas de Esperanza

El acceso al agua permite también la plantación de huertos, lo que significa alimentos para las familias.

André Franche  indica en la entrevista que ya hay otras seis comunidades en una lista de espera para obtener esa agua potable.

Desde hace más de 45 años, Alas de la Esperanza  apoya en la Amazonía peruana el servicio de transporte aéreo misionero y humanitario.

Desde el año 2000, la organización financia en su mayoría aquellos proyectos relacionados con el acceso al agua potable en Perú. Ella  instala sistemas confiables y permanentes en comunidades muy remotas y marginadas.

Alas de Esperanza es financiada en gran parte por particulares de Quebec y Canadá, y también por algunas fundaciones como la de Marcel y Jean Coutu.

Esto y mucho más en la entrevista con este joven quebequense de 73 años que no conoce la palabra jubilación.

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Categorías: Indígenas, Internet, ciencias y tecnologías, Sociedad
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