Photo Credit: GI / Mario Tama

Conmoción cerebral y sucidio, un vínculo cada vez más estrecho

Cada vez existen más indicios de las consecuencias que las conmociones cerebrales pueden tener en las personas. Esta semana, una publicación científica difundió un estudio en el que se señalan los vínculos estrechos entre ellas y casos de suicidio.

En efecto, el trabajo dado a conocer por el Diario de la Asociación Médica Canadiense dice que las conmociones cerebrales aparecen como una de las causas que pueden llevar a una persona que las ha padecido a tomar la decisión de quitarse la vida.

Según los últimos hallazgos médicos en la materia, una conmoción cerebral está lejos de reducirse al malestar, dolor o aturdimiento que pueda sentirse inmediatamente después de ocurrida. Por el contrario, existen cada vez más elementos de prueba sobre la modificación física que puede ocurrir en el cerebro humano como consecuencia de una conmoción, estableciéndose un nexo cada vez más claro con el consiguiente cambio de comportamiento o carácter que pueda experimentar la persona.

El estudio fue realizado por investigadores de Ontario.
El estudio fue realizado por investigadores de Ontario. © TED S. WARREN

Golpes peligrosos

El tema viene siendo materia de interés, discusión y preocupación desde hace tiempo en todo Canadá. Una de las alertas, entre otras muchas, se encendió en relación con las conmociones cerebrales que padecen los jugadores de hockey, verdadero deporte nacional aquí. Se trata de un juego donde la fricción, los golpes, las caídas y los bastonazos involuntarios son moneda corriente.

El caso más reciente, ocurrido en enero último, involucra al jugador Matthew Hutchinson, de Columbia Británica, cuyo deceso aparece ligado a un aparente suicidio. El mismo se suma a una extensa lista internacional, en la que al menos 19 decesos de jugadores se vinculan con la presunta decisión de quitarse la vida voluntariamente.

Pero la cuestión no se circunscribe al hockey. Meses atrás comenzó a discutirse la necesidad de que los profesionales de la salud sigan más de cerca lo que ocurre en el fútbol, donde los deportistas también están sometidos a la posibilidad de conmociones frecuentes. Las fricciones propias del juego, las caídas, cabecear una pelota que se desplaza a gran velocidad o, menos frecuente pero también presente, el choque de cabezas entre jugadores que se disputan la tenencia del balón, constituyen un riesgo claro. En el centro del debate se ubicó el hecho de que jugadores de fútbol que podrían padecer una conmoción no son retirados del campo, aunque sea momentáneamente, como ocurre en otras disciplinas, sino que se les permite seguir el encuentro tras una observación médica más o menos somera.

Deportes como el hockey y el fútbol son terreno fértil para los daños cerebrales.
Deportes como el hockey y el fútbol son terreno fértil para los daños cerebrales. © PC/CHUCK STOODY

En relación con Canadá, resulta imposible no hablar de las conmociones que podrían deberse a golpes sufridos por las caídas al resbalar en el hielo que se encuentra en las calles, durante el invierno.

Además, los accidentes de automóvil, o de otro tipo, no están exentos de la lista de posibles causas de conmoción cerebral y su potencial incidencia en las tasas de suicidio.

Según los investigadores que llevaron a cabo el estudio, las víctimas de conmoción cerebral tienen tres veces más probabilidades de cometer suicidio. Cabe aclarar que si bien se habla del vínculo cada vez más evidente entre conmoción y suicidio, que el primero sea causa directa del segundo está aún lejos de verificarse.

Cifras

El documento difundido por el Diario de la Asociación Médica Canadiense (CMAJ, por sus siglas en inglés), comprende el análisis de 235.000 casos de personas que padecieron por lo menos un episodio de conmoción cerebral. La cifra resultante es alarmante, ya que del universo de pacientes observados, 667 aparecen ligados al suicidio. Al hacer una proyección de esos datos, los especialistas establecieron una tasa de 31 decesos por cada 100.000 pacientes. Según el trabajo, existen elementos suficientes para sostener que al menos 470 de esas personas no habrían puesto fin voluntariamente a sus días si no hubiesen experimentado conmoción cerebral.

En promedio, 6 años mediaron entre la conmoción y el suicidio.

Los números hablan de un nexo claro entre conmoción cerebral y suicidio.
Los números hablan de un nexo claro entre conmoción cerebral y suicidio. © Canadian Medical Association Journal

Al menos por el momento, no se ha establecido un riesgo mayor basado en las variables de edad, sexo, nivel socioeconómico o factores demográficos. Estos datos también son independientes de condiciones psiquiátricas preexistentes.

Los casos observados se dividen en mitades más o menos parejas entre hombres y mujeres, la edad promedio se ubicó en los 41 años y la mayoría de las personas vivía en centros urbanos.

Cuanto más tarde, peor

Tal como se puede leer en el resumen del informe, “los adultos con un diagnóstico de conmoción tienen un mayor riesgo a largo plazo de cometer suicidio”. El peligro se incrementa en el caso de los accidentes padecidos los fines de semana, ya que es el momento en el que muchas personas suelen someterse a exigencias y riesgos físicos para los que no se encuentran debidamente preparadas. De los 667 suicidios señalados más arriba, 519 se relacionan con conmociones ocurridas los fines de semana.

Una mayor atención por parte del entorno en los cuidados a largo plazo de los pacientes que han padecido una conmoción, podría salvar vidas, dicen los investigadores, ya que las muertes debidas a los suicidios son prevenibles.

En sitios donde abunda la nieve, las caídas pueden dar lugar a una conmoción.
En sitios donde abunda la nieve, las caídas pueden dar lugar a una conmoción. © GI/Spencer Platt

Recomendaciones

Los expertos indican que las conmociones cerebrales difieren de otras causas de suicidio al menos en 3 factores importantes: primero, en muchos casos son evitables por medio de un entrenamiento adecuado, la reducción de las distracciones, evitando el alcohol y la utilización de cascos u otro equipo protector adecuado a la actividad realizada; en segundo lugar, la creencia popular hace que se le preste poca atención a las conmociones, adjudicando los síntomas a causas obvias, que se resolverán pronto y no dejarán consecuencias y, en tercer lugar, la conmociones son raramente consideradas relevantes por los psiquiatras u otros profesionales médicos al producir la historia clínica de un paciente.

En todo caso, el estudio señala la necesidad de prestar mayor atención a las conmociones, realizando un seguimiento más puntilloso de sus implicancias a largo plazo y comprender que los daños producidos por un accidente o golpe en el cerebro no tienen por qué traducirse en muerte.

Prudencia en la recreación, para evitar daños inecesarios.
Prudencia en la recreación, para evitar daños inecesarios. © ABDULLAH DOMA
Categorías: Salud
Etiquetas: , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.