La situación es simplemente que las visas son negadas por una serie de razones que no parecen responder a un estudio serio de la realidad. A un estudio serio de la enorme cantidad de documentos que hay que presentar para obtener la visa.
Jorge Parra es un colombo-canadiense que después de haber vivido 27 años en Canadá y más específicamente en Montreal, decidió volver a Colombia, donde ha tenido la oportunidad de trabajar como profesor en el Programa de Arquitectura de la Universidad de Pamplona en 2014 y más tarde como Director y Coordinador del mismo programa.
EscucheJorge dice que en su calidad de ciudadano colombo-canadiense es consciente de los privilegios de contar con un pasaporte canadiense y de las desventajas de tener también uno colombiano. Este año, para el verano 2016, él tenía planeado hacerle conocer a su compañera y su hijo, su país de adopción donde vivió casi 3 décadas, y comenzó los trámites para la obtención de las visas, que les fueron negadas dos veces.
“Me siento profundamente indignado por el maltrato proveniente del gobierno de Canadá -a través de su contratista privado, la despersonalizada transnacional VSF Global- a aquellos ciudadanos colombianos que desean solicitar una visa para Canadá: la enorme cantidad de exigencias, la excesiva documentación, certificaciones, pruebas, costos abusivos exigidos para cualquier trámite, el deshumanizante trato a nuestros compatriotas son, entre otros, factores que hacen de este proceso una muralla de obstáculos para que muchos colombianos no puedan acceder al territorio canadiense”, dice Jorge Parra en una carta abierta a la Cancillería colombiana, publicada recientemente en la revista digital Las2Orillas.
En entrevista con Radio Canadá Internacional Jorge Parra nos dice que encuentra que existe un desequilibrio entre los servicios consulares que ofrece el gobierno de Canadá a los colombianos y el gobierno de Colombia a los canadienses. Para él no existe ninguna equidad ni reciprocidad en las relaciones consulares colombo-canadienses. Él percibe esto como un sistema de grandes privilegios para los ciudadanos canadienses frente al gobierno y el estado colombiano y a su posibilidad de acceso al territorio nacional.
“Esta es la segunda vez que le niegan a mi compañera la visa, una persona que yo considero muy respetable, muy honorable. Una docente consagrada de toda una vida con una excelente reputación profesional. Una persona que no ha hecho más que educar a mejores ciudadanos desde hace 26 años. Y hasta donde nosotros consideramos, creemos que el tratamiento que se le ha dado no ha sido el más justo ni equitativo y que las respuestas recibidas no corresponden a la realidad de la documentación que se ha presentado. Además de que yo obviamente, por supuesto, había hecho una invitación personal para recibirla a ella y su hijo en mi apartamento en Montreal”, nos dice Jorge Parra en entrevista.
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