Cuando en Canadá se mencionan las palabras fraude e inmigrantes se piensa inmediatamente en alguna red criminal que hace entrar de manera fraudulenta a gente de otros países para que obtengan la residencia.Pero ahora la policía da cuenta de una nueva estafa diferente, que tiene por objetivo, desplumar a los inmigrantes.
Durante unos minutos la semana pasada, Yoann había creído que Canadá estaba por deportarlo a su país de origen, Francia. En la línea telefónica, un agente canadiense de inmigración le dijo que, efectivamente, la policía lo estaba esperando en casa, listo para embarcarlo en el primer avión que cruzaría el Atlántico.
Excepto que Yoann tuvo dudas cuando se dio cuenta de que el empleado en cuestión no hablaba francés y parecía no tener ningún colega que pudiera expresarse en ese idioma. Su incertidumbre le ha sido beneficiosa: el francés había sufrido de hecho un tipo de fraude que hace cada vez más víctimas entre los inmigrantes asentados en el país.
De cuatro quejas en 2013, el número de denuncias sobre el fraude de inmigración pasó a 1.087 en 2015, según las cifras que el Centro Canadiense anti fraude (CCAF) le dio al diario francófono Le Devoir. Desde el comienzo del año en curso, 554 canadienses se han quejado por esta razón, una cifra que sugiere que la cantidad de denuncias podría superar las compiladas el año pasado. En pérdidas para las víctimas, esto equivale a más de $ 416.000 dólares desde enero. En general, el modus operandi de los defraudadores consiste en exigir el pago de gastos que impidan una supuesta expulsión del país.
«El fraude funciona. La gente paga. Es tan simple como eso «, dijo la cabo Josée Forest, de la Real Policía Montada de Canadá, cuando se le preguntó por qué las quejas continuaron aumentando. Peor aún, las estadísticas del CCAF muestran que alrededor del 5% de la población informó de casos de fraude. «No es mucho», dijo la policía Forrest.
Víctimas selectivas
Yoann, que prefiere silenciar su apellido, recibió un tipo de llamada que corresponde en todos los aspectos a las descritas por Ciudadanía e Inmigración de Canadá (CIC) en su sitio web para sensibilizar a la nueva realidad a los recién llegados al país. » Alguien me llamó telefónicamente en inglés quien me explicó que habló con los servicios de inmigración de Canadá, que dijeron tener una orden de expulsión, que tenía que presentarme en mi casa, que dos policías me esperaban para llevarme al centro de la estación y que me pondrían en el primer avión «, le contó Yoann a Le Devoir. La persona que llamó a Yoann conocía su nombre, su apellido, número de teléfono y dirección. «Él sabía que yo era un inmigrante», señaló el que vive en Montreal desde hace años.
Yoann, cuyo apellido no tiene un sonido extranjero, puede haber sido víctima de una extraña coincidencia, indica Le Devoir de Montreal. ¿Por qué? Debido a que por lo general los defraudadores consultan las guías telefónicas y llaman a los residentes que tienen apellidos exóticos, señaló Josée Forest. «Si una persona acaba de inmigrar, ella no está al corriente de nuestras leyes y puede tener un cierto miedo a la policía», explicó.
Incluso los estafadores eligen más bien ciertas regiones con la esperanza de encontrar a más inmigrantes. «Ellos van a apuntar a Toronto, por ejemplo. No van a ir a Sept-Îles «, ilustra la policía Forest, quien destaca que no asocia el aumento de quejas registradas en el año 2016 con la llegada de refugiados sirios.
Estafadores experimentados
Después de que él pidió hablar con un agente francés y que se lo negaron, Yoann tuvo dudas, y colgó. «Miré el número de teléfono y cuando busqué en Google era el verdadero número de CIC, se sorprendió. Es un fraude que está bastante bien elaborado. »
Elaborado, pero sobre todo común y lo suficientemente seguro, dijo Josée Forest. «Los estafadores no están cara a cara con las víctimas. Todo se hace por teléfono, por Internet. Es más fácil engañar así que hacer robo a mano armada en un banco» argumentó. Los estafadores también pueden operar desde cualquier parte del mundo, y eso necesita de investigaciones internacionales que requieren una gran cantidad de tiempo, dinero y paciencia. Por esta razón, la policía Forest recomienda a los canadienses víctimas de fraude de advertir el CCAF. Pero una vez más, usted tiene que ser paciente.
Yoann trató de contactarse con la agencia federal por teléfono, sin éxito. También trató de llenar el formulario utilizado para reportar un incidente, pero tampoco lo logró. Cuando Le Devoir llamó a la CCAF para probar el proceso, le cortaron la línea, con el pretexto de que nadie estaba disponible para tomar la llamada.
Eso sí, si usted tiene los papeles en regla y recibe una llamada como la de Yoann, no entre en pánico, porque no tiene nada que temer.
RCI/Le Devoir/Internet
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