Dibujo inuit que forma parte de la colección de Terrence Ryan
Photo Credit: Museo canadiense de la historia

La tradición oral, memoria institucional de los Inuit.

La tradición oral es un fenómeno antiguo y complejo que se convirtió en el medio más utilizado a lo largo de los siglos para transferir saberes y experiencias.  Esa tradición, arraigada en los pueblos inuit del Ártico, representa la suma del conocimiento, del saber, bajo forma oral, que una sociedad juzga esencial y que por lo tanto reproduce a fin de facilitar la memorización, y a través de ella, la difusión a las generaciones futuras.

Es una memoria de hechos concretos que tranquilamente ha pasado a la mitología colectiva”.

– Francis Lévesque, profesor de la Escuela de Estudios Indígenas de la Universidad de Quebec en Abitibi-Témiscamingue (UQAT)

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Las historias colectivas se transmitían tradicionalmente dentro de los grupos familiares. Con la sedentarización, estas historias son ahora más ampliamente compartidas. © Radio Canadá Internacional / Levon Sevunts

Las historias colectivas de eventos importantes son contadas desde hace mucho tiempo por los ancianos a las generaciones más jóvenes de la comunidad inuit, perpetuando una rica tradición oral. Estas historias, contadas con frecuencia, garantizan el mantenimiento de una versión a menudo sorprendentemente precisa de eventos que ocurrieron hace décadas.

Por ejemplo, la tradición oral de los Inuit ha permitido mantener una valiosa información en los últimos años que llevó a encontrar la ubicación exacta del hundimiento del buque de la expedición del explorador John Franklin, a mediados del siglo 19.

La geografía también fue un elemento central de esas historias porque procuró marcadores físicos asociados con algunos acontecimientos históricos importantes para la comunidad.

La información memorizada y transmitida incluía conocimientos, usos y costumbres en temas tan diversos como historia, mitos y textos sagrados, así como armonías musicales, códigos éticos y morales, entre otros.

“Los inuit tienen dos tipos de historias que ocurren y que son personales, pero también hay colectivas sobre eventos que se produjeron  hace mucho tiempo. Estas historias son contadas frecuentemente, en grupo, constantemente verificadas por los miembros. Las personas y los niños las escuchan temprano en sus vidas y las repiten continuamente. Cuando se comete un error siempre hay una persona que corrige. Hay un proceso de verificación que hace que la exactitud de la historia, de los hechos históricos, permanezcan durante mucho tiempo”.

– Francis Lévesque, UQAT

Francis Lévesque, profesor en ciencias del desarrollo humano y social de la UQAT © UQAT

El profesor de estudios indígenas destaca que la inuit es una tradición muy precisa, y que eso se comprueba en antiguas historias.

Hasta mediados del siglo XX los inuit vivían esencialmente en grupos familiares, entonces esas historias se contaban en el seno de la familia.

Pero desde finales de los años 50 inicio de los 60, la sedentarización hizo que esas historias se cuenten a una mayor escala en senos de comunidades. El rol de esa transmisión cumplía la doble función de divertir y de constituirse en memoria institucional.

“Los inuit se divierten al mismo tiempo que conservan la memoria colectiva del grupo en la medida en que en el Ártico, el invierno es muy largo. Entonces era un medio de pasar el tiempo. Las historias, todo el mundo las conocía, pero a nadie le importaba, se las seguía escuchando.”

Francis Lévesque no descarta que si bien con el tiempo algunas historias fueron tomando dimensiones mitológicas, igual guardaban la fidelidad del origen de la misma.

Uno de los ejemplos que da se refiere a los inuit del norte de Quebec. Ellos cuentan en sus historias que antes de su llegada había ya habitantes en ese territorio. Y eso se comprobó al encontrar sitios arqueológicos que demostraban antes de los inuit hubo otras poblaciones  a las que se les llamó gente de la cultura Dorset.

Se sabe que los Dorset contaban ya con herramientas como  cuchillos hechos de huesos, lo que podría significar que fueron ellos los que inventaron el iglú.

Los Inuit y los Dorset compartieron durante varios decenios el territorio del norte de Quebec. ¡Estamos hablando de algo que ocurrió hace 800 años!.

 “Es una memoria de hechos concretos que tranquilamente ha pasado a la mitología colectiva”.

Hablar de los Inuit es hacerlo de la geografía,  del aislamiento del Lejano Norte, de los largos inviernos. El clima, ¿ha jugado un papel en el desarrollo de la tradición oral de los inuit?

“No sé el papel que ha jugado el medioambiente en el desarrollo de la tradición oral, pero el medioambiente era central en la técnica de memorización inuit, los eventos históricos principales estaban marcados en el territorio. Por ejemplo al llegar a una colina se sabía lo que había ocurrido allí en tal época. Entonces utilizaban el territorio como una guía de la memoria”.

Francis Lévesque reconoce que cambios más importantes se están produciendo en la comunidad y que el modelo educativo actual no es necesariamente compatible con el de la historia oral. Según él, aún quedan muchos desafíos en los próximos años para mantener viva la tradición oral inuit.

Francis Lévesque fue entrevistado por Jean-Sébastien Bernatchez, L’heure du monde, de Radio Canadá.

RCI/Internet

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Categorías: Indígenas, Medioambiente y vida animal, Sociedad
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