Samantha Mairena, licenciada en Administración de empresas, está convencida que Quebec es un lugar de oportunidades

Samantha Mairena y la importancia de encontrar su lugar

“Para encontrar mi lugar yo tengo que estudiar, tengo que formarme, tengo que encontrar las puertas. Algunas se van a cerrar. Pero no hay que rendirse”.

El amor la trajo a Canadá. Pero ella sabía que no le alcanzaría si quería vivir libre, financieramente hablando. Ya en su Nicaragua natal se destacó como estudiante y profesional. Conocía entonces los pasos que tenía dar en Quebec y para ello contaba con una herramienta fundamental y que la aplica en todos los órdenes de su vida: la actitud.

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Su conexión con Canadá  la tenía ya  en Nicaragua donde trabajaba para un organismo dirigido por el sacerdote  quebequense, Jacques «Santiago» Giroux, de la Congregación de Misioneros del Sagrado Corazón, que existe desde hace más de 25 años es Nicaragua.  Ese organismo permitió que Samantha conociera al que sería luego su esposo.

Samantha destaca que muchos jóvenes nicaragüenses pudieron estudiar gracias a ese organismo.

La actitud para la integración

Su vida en Nicaragua no le resultaba fácil. Allí estudiaba de noche, trabajaba de día y atendía un negocio los fines de semana. Miedo al trabajo no le tenía. El apoyo de su esposo a su llegada a Quebec fue incondicional. Pero eso no era suficiente. Hoy, después  de estar 12 años en Quebec, al hacer un balance, está convencida  que todo pasa por una cuestión de actitud.

“La única idea que tenía de ir a Quebec era que iba a vivir en un congelador. Yo me dije: voy a vivir en un congelador y no puedo permitir que un agente externo me permita fracasar. A menos de que sea una decisión personal mía y la de él. Y que yo tenga que retornar a mi país de origen”. Pero encontró que era el francés y no el frío el  principal obstáculo.  Tuvo que trabajar muy fuerte para obtenerlo. A los seis meses ya lo hablaba gracias a los programas que el gobierno da a los inmigrantes, y lo fue perfeccionando con el paso de los años.

Luego hizo un curso de integración a la sociedad quebequense lo que le permitió no solo desarrollar más su francés oral y escrito sino comprender la cultura y acercarse más a los quebequenses. Es un curso que se da en los colegios, se lo puede seguir después de los cursos de aprendizaje de la lengua y sirve para profundizar los conocimientos del funcionamiento de la sociedad de acogida.

“Fue gracias a ese curso que inmediatamente comencé en el mercado laboral, en Sears Canadá, como vendedora profesional. Fue el contacto con la gente lo que me permitió llegar a donde he llegado”.

Samantha se siente realizada. Es madre de tres niños que hablan castellano y aman la comida nicaragüense y la música. Su diploma en Licenciatura en Administración de empresas le fue reconocido por Quebec.  El trabajo que desempeña está relacionado con su experiencia y estudios, en la Fundación Universitas donde hace apertura de cuentas de ahorro de niños para sus estudios posteriores. Es una organización que tiene fundamentalmente un compromiso con la educación.

Mirando un poco hacia atrás, y basándose en su propia experiencia, Samantha destaca la importancia de  ir a buscar los organismos que existen para ayudar a los inmigrantes.  Está convencida que Quebec es un lugar de oportunidades que tiene los brazos abiertos para recibir a los que quieran instalarse.

Esto y mucho más en la conversación de Samantha Mairena, licenciada en Administración de empresas, con Radio Canadá Internacional.

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Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional, Sociedad
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