Un trabajador agrícola temporal en Canadá

Un trabajador agrícola temporal en Canadá
Photo Credit: Radio-Canada

Los trabajadores agrícolas migrantes deben ser tratados con decencia

El periódico Toronto Star publicó recientemente una serie de artículos detallando los abusos cometidos contra los trabajadores agrícolas migrantes por parte de algunos empleadores sin escrúpulos y por un sistema gubernamental mal administrado que les permite la impunidad. Es hora de que los gobiernos actúen para proteger a estos trabajadores, dice el periódico canadiense.

La vida de un trabajador agrícola migrante en los campos de cultivo e invernaderos de Ontario es increíblemente difícil. Después de todo, estas personas llevan a cabo un trabajo con bajos salarios que la mayoría de los canadienses simplemente no quieren hacer.

Estos trabajadores migrantes son vulnerables a la explotación en muchos frentes, pero gran parte de esos abusos podría evitarse si los gobiernos federal y provincial tomaran medidas sencillas para mejorar las condiciones de trabajo.

El abuso de los trabajadores agrícolas migrantes puede comenzar antes de su llegada a Canadá. Reclutadores corruptos suelen cobrar a los trabajadores tarifas indignantes que llegan a miles de dólares solo por conseguir un trabajo en Canadá, y cobran más para mantener ese empleo.

Tras ese comienzo, estos trabajadores pueden ser nuevamente abusados por los empleadores, ya que de acuerdo al programa federal que les permite ingresar a Canadá, ellos no pueden aceptar mejores trabajos en otras granjas.

Un trabajador agrícola migrante de México en una granja canadiense
Un trabajador agrícola migrante de México en una granja canadiense © PC/Jason Kryk

Como resultado, muchos de estos trabajadores no tienen otro remedio que aceptar la sobrecarga de trabajo, las viviendas en mal estado, las lesiones en el trabajo o incluso las agresiones sexuales por miedo a perder el único empleo para el cual son elegibles y que los envíen de regreso a casa.

El gobierno de Ontario también puede hacer su parte, ya que es la única provincia que le niega a los trabajadores migrantes el derecho a sindicalizarse. Eso significa que no tienen una organización que los apoye en caso de que decidan luchar contra los empleadores explotadores.

Para colmo, la mayoría de los trabajadores agrícolas migrantes no son elegibles para obtener la residencia permanente debido a un sistema de puntaje de inmigración que valora la educación y las habilidades lingüísticas por encima de su experiencia laboral, sin importar cuántos años hayan trabajado en Canadá.

Todo esto hace que el sistema se convierta en un ciclo de deuda y dependencia de un solo empleador en el cual acaban atrapados los trabajadores migrante.

Tal como sostiene Fay Faraday, una abogada de Toronto que ha estado presionando para mejorar los derechos de los trabajadores migrantes durante décadas: «Lo que hemos creado es un sistema que facilita el trabajo en condiciones de servidumbre por deudas».

Si los gobiernos federal y provincial no toman medidas, es probable que las condiciones empeoren aún más para los 54.000 trabajadores agrícolas migrantes actualmente en Canadá, de los cuales 22.000 se encuentran en Ontario.

El Parlamento de Canadá en Ottawa
El Parlamento de Canadá en Ottawa © Andrijko Z.-wiki commons

Hay mucho que se puede hacer. El primer paso es que Ottawa emita «permisos abiertos» para permitir que los trabajadores migrantes puedan laborar en cualquier granja una vez en Canadá. Eso les daría a los trabajadores la oportunidad de cambiar de trabajo si sus empleadores son abusivos. También obligaría a los empleadores a ser más competitivos, ofreciendo mejores salarios, además de mejores condiciones de trabajo y vivienda.

Segundo, Canadá podría ofrecer a los trabajadores migrantes un camino hacia la residencia permanente y la ciudadanía canadiense. Eso beneficiaría tanto a los trabajadores, que podrían traer a sus familias a vivir a Canadá, como a los empleadores, que tendrían acceso a una fuerza de trabajo sostenible.

Ontario dio un primer paso en esta dirección al anunciar que permitirá que los trabajadores actualmente empleados en la construcción y la agricultura soliciten el estatus de residente permanente con menores requisitos de conocimiento del idioma y menor educación. El gobierno federal debería hacer lo mismo, dice el editorial del Toronto Star.

En tercer lugar, Ontario debería permitir que los trabajadores agrícolas migrantes se sindicalicen, como lo hacen otras provincias. Esto para que los empleadores abusivos no puedan amenazarlos con la deportación si se atreven a quejarse cuando los derechos de estos trabajadores migrantes son violados.

En cuarto lugar, tanto el gobierno federal como los provinciales deben inspeccionar a los empleadores con más frecuencia para asegurarse de que cumplan con los estándares de condiciones laborales y de vivienda.

Mientras no exista la tecnología para cosechar con máquinas productos frágiles como las fresas, hongos y tomates, se necesitarán en Canadá trabajadores agrícolas temporales. Pero si el Gobierno federal los va a traer al país, tanto Ottawa como las provincias deben asegurarse de que esos trabajadores disfruten de medidas de protección mucho más elevadas que las actuales.

En su estado actual, el sistema que regula a los trabajadores agrícolas migrantes en Canadá es más bien una receta y una ocasión para el abuso y el maltrato de estas personas, dice finalmente el editorial del Toronto Star.

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Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional, Sociedad
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