La evolución ha determinado que los humanos funcionan mejor con una noche de sueño completo, optimizando su capacidad para realizar actividades durante el día y dejando la noche como un momento para descansar.
El cerebro también necesita dormir lo suficiente, y dormir lo suficiente de manera adecuada durante la noche, para pasar por su secuencia normal de ciclos de sueño para hacer el trabajo que el cerebro experimenta durante el sueño, como la clasificación y el procesamiento de las experiencias de vigilia para volver a conectar los cerebros para una función óptima.
El Dr. Brian Murray, neurólogo y especialista en sueño en Sunnybrook Health Sciences Center y profesor asociado en la Universidad de Toronto dice que los humanos adultos sanos necesitan entre siete y nueve horas de sueño por noche. Cuando se ven privados de esas horas, en este caso por cuidar a un miembro de la familia enfermo, el cuerpo y la mente no tardarán en mostrar síntomas de desarreglo.
Los efectos por la falta de sueño en los cuidadores
Para las personas que ya están en la fuerza laboral, la carga adicional de los cuidados no remunerados de un miembro de la familia o un ser querido puede llevar al insomnio y otros problemas de sueño, según un gran estudio de Suecia.
Los investigadores encontraron que la probabilidad de problemas de sueño aumentaba con el número de horas dedicadas a la atención no remunerada, y cuando se detenía el cuidado, se reducían las alteraciones del sueño.
El cuidado informal es común y se espera que la necesidad de cuidadores crezca debido al envejecimiento de la población y los recortes a los servicios sociales en varios países, dijo el principal autor del estudio, Lawrence Sacco, del Instituto de Gerontología del King’s College London en el Reino Unido.
Los cuidadores a menudo se enfrentan a horarios contradictorios y sienten un sentimiento de obligación, que deja a algunos con poca o ninguna opción sobre cuándo y cómo ayudar a sus seres queridos, señaló.
Los problemas para dormir son comunes y merecen atención porque las personas con insomnio tienen más probabilidades de padecer otras enfermedades físicas, dijo Sacco a Reuters Health por correo electrónico. La alteración del sueño y el cansancio también son síntomas de depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Sacco y sus colegas del Stress Research Institute de la Universidad de Estocolmo analizaron las respuestas de 12.200 participantes en la Encuesta ocupacional longitudinal de salud de Suecia, un cuestionario enviado cada dos años a residentes de Suecia de entre 16 y 64 años. Los investigadores se centraron en encuestas en 2010 hasta 2016.
Definieron a los cuidadores informales como aquellos que, sin remuneración, ayudan o cuidan a un pariente mayor, enfermo o discapacitado que no sea un hijo o un nieto. A los participantes se les preguntó cuántas horas pasan normalmente en este cuidado cada semana.
También se les preguntó con qué frecuencia en los tres meses anteriores tuvieron dificultades para conciliar el sueño, repetidos despertares, despertares prematuros o sueño inquieto.
Alrededor del 85 por ciento de los participantes en la encuesta no eran cuidadores, mientras que el 12 por ciento pasó de 1 a 5 horas proporcionando atención cada semana y el 2 por ciento pasó entre 6 y 15 horas cuidando.
Después de ajustar los factores sociales y económicos, así como el estado de salud del cuidador, los investigadores encontraron que los problemas del sueño eran más comunes entre los cuidadores en general, y más comunes entre los que proporcionaban más de cinco horas a la semana.
Cuando los cuidados cesaron del año de la encuesta al siguiente, los investigadores observaron un descenso en los problemas de sueño informados.
Los cuidadores tenían más probabilidades de ser mujeres y mayores, tener menos educación, trabajar menos de 20 horas pagas por semana y reportar dolor físico, enfermedades crónicas, problemas de salud y depresión.
Esto significa que los aumentos en el cuidado informal que se esperan en los próximos años como resultado del envejecimiento de la población pueden afectar a los que ya están luchando con más dificultades, dijo Sacco.
Menos problemas en hombres
El equipo del estudio no observó diferencias en los problemas del sueño entre los hombres que no proporcionaron atención en comparación con los que proporcionaron hasta cinco horas de atención, pero las mujeres informaron problemas de sueño en todos los niveles de atención. Eso podría estar relacionado con las diferentes tareas que los hombres y las mujeres desempeñan como cuidadores, escriben los autores en la revista Sleep.
Los estudios futuros deberían considerar a los trabajadores en varios países, agregó Sacco, ya que Suecia usa un modelo de bienestar destinado a minimizar el conflicto entre el trabajo remunerado y los compromisos de cuidado.
Esta es una llamada de atención a los gobiernos y empleadores para que apoyen mejor a los cuidadores informales, dijo.
Además, las investigaciones futuras deberían analizar qué tipos y aspectos del cuidado médico afectan más el sueño, dijo el Dr. Barry Oken de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon en Portland, que no participó en el estudio.
Cuidar en casa a alguien con demencia o dolor crónico puede causar más problemas con el sueño al receptor de la atención y luego al sueño del cuidador, dijo a Reuters Health por correo electrónico.
Oken dijo que está interesado en encontrar formas de ayudar a los cuidadores a mejorar su sueño. En estudios recientes, él y sus colegas han descubierto que las prácticas de mente y cuerpo, como la meditación de atención plena, pueden mejorar la salud mental en cuidadores y adultos mayores estresados.
CBC/Reuters
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