(MARINA DEVO/AFP/Getty Images)

Continúan manifestaciones contra la prisión domiciliaria de genocida argentino

Siluetas de cartón anónimas de mujeres embarazadas y de bebés y afiches para prevenir sobre la presencia a proximidad de Miguel Etchecolatz fueron pegados este domingo alrededor de la casa del antiguo antiguo jefe de investigaciones de la policía de la provincia de Buenos Aires durante la dictadura (1976-1983), para protestar contra la decisión de la justicia de autorizarlo a purgar en su casa su condena de cadena perpetua.

“A este bosque vino un lobo” se podía leer en un enorme afiche en la entrada del barrio Peralta Ramos, en la ciudad de Mar del Plata, situada a unos 400 kilómetros de Buenos Aires, donde vive Etchecolatz desde que le fue autorizada la prisión domiciliara el 27 de diciembre de 2017.

Las organizaciones de defensa de los derechos humanos iniciaron una serie de manifestaciones el viernes pasado alrededor de la casa de Miguel Etechecolatz y en el centro de Mar del Plata, una estación balnearia, en plena temporada de vacaciones de verano.

Miguel Etcholatz, jefe de la policía de Buenos Aires, ex jefe de investigaciones de la policía de la prvoncia de Buenos Aires.
Miguel Etcholatz, jefe de la policía de Buenos Aires, ex jefe de investigaciones de la policía de la prvoncia de Buenos Aires. © AFP

El sábado, miles de personas participaron en una “caravana contra la impunidad” liderada por la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo, que atravezaba la ciudad de Mar del Plata.

Primero en 1986 y después entre 2004 y 2016, Miguel Etchocolatz fue condenado 5 veces a penas que la justicia conmutó en reclusión a cadena perpetua.

En Argentina, los detenidos de más de 70 años pueden pretender a la prisión domiciliaria en un análisis de caso por caso, pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos luchan para que los condenados por crímenes de lesa humanidad purguen sus penas en las cárceles.

(MARINA DEVO/AFP/Getty Images)

Brazo derecho durante la dictadura del general Ramón Camps, el ex jefe de investigaciones policía, Miguel Etchecolatz, hoy de 88 años, estuvo a cargo de 21 cárceles clandestinas entre marzo de 1976 y fines de 1977. Según las organizaciones humanitarias, 30.000 personas fueron desaparecidas durante la dictadura.

El mismo tribunal otorgó también a otro condenado por violaciones de derechos humanos el derecho a instalarse durante dos meses en la estación balnearia de Mar de Ajo, situada a unos 300 kilómetros al sur de Buenos Aires.  El médico Norberto Bianco se encontraba a la cabeza de la maternidad clandestina del centro de tortura Campo de Mayo, donde las mujeres detenidas daban a luz amarradas en sus camas y sus hijos eran entregados después para adopciones ilegales.

RCI/AFP/sa/val/cro/lab

Categorías: Internacional
Etiquetas: , , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.