El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anuló un viaje que tenía previsto hacer a Londres, en Gran Bretaña, donde debía proceder a la apertura de la nueva sede de la embajada de su país, cuya construcción costó más de 1.000 millones de dólares.
El mandatario estadounidense decidió cancelar su visita a Gran Bretaña ante los crecientes rumores de protestas que se preparaban en la capital inglesa en contra de su presencia.
Varios legisladores británicos habían cuestionado la conveniencia de la llegada del titular de la Casa Blanca, luego que este utilizó su cuenta de Tweeter para difundir videos de un grupo inglés de extrema derecha y criticó al alcalde londinense, Sadiq Kahn, tras un ataque terrorista ocurrido en la ciudad.
En una declaración que podría ser vista como lindante con el ridículo, Trump sostuvo que su decisión de anular el viaje se basó en su preocupación por la mudanza de la sede diplomática del distinguido barrio de Mayfair a una zona menos elegante.
El cambio de domicilio es parte de los esfuerzos estadounidenses por ubicar a su personal en recintos preparados para prevenir y repeler atentados como las perpetradas hace una década por Al Qaeda, contra dos de sus embajadas en África.
“La razón por la que cancelé mi viaje a Londres es que no estoy de acuerdo con la decisión de la administración Obama, que vendió lo que podría ser la mejor ubicada y más elegante embajada en la ciudad a cambio de unas monedas… y construyó una nueva en una zona fuera del centro”, fue toda la argumentación que Trump ofreció en Tweeter para justificar la anulación de una visita de Estado al país que ha sido el principal aliado político y económico de Estados Unidos.
“Aparentemente Trump escuchó el mensaje de miles de londinenses que aman y admiran a Estados Unidos y a los estadounidenses, pero que encuentran que sus políticas y acciones son el polo opuesto de los valores de nuestra ciudad, que son la inclusión, la diversidad y la tolerancia”, declaró el alcalde de Londres.
El actual emplazamiento de la embajada, en Grovesnor Square, data de fines del siglo 18. No obstante, los vecinos de la zona mostraron su disconformidad con la presencia de la representación en varias ocasiones, aduciendo que la elegancia del sitio había sido arruinada por los bloques de concreto y otras instalaciones destinadas a la seguridad del edificio, colocados tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Residentes de la zona también se quejaron de que la presencia de la embajada los convertía en blanco de eventuales ataque terroristas.
En otro plano, Trump dio rienda suelta a sus declaraciones extemporáneas al referirse al tema de la inmigración. En ese sentido, el mandatario declaró que Estados Unidos debería dejar de recibir inmigrantes de “países de porquería” como Haití y naciones africanas, para privilegiar a los provenientes de sitios como Noruega.
Los dichos altisonantes de Trump podrían ser una maniobra para distraer a la opinión pública, dadas las repercusiones de la investigación sobre los vínculos de la administración Trump con la presunta interferencia rusa en las elecciones que llevaron al empresario estadounidense a la Casa Blanca.
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