Una demostración de solidaridad genuina se lanzó en los últimos días en el este canadiense, desafiando no sólo el desánimo que puede provocar una tragedia, sino las inclemencias del invierno canadiense.
Con el objetivo de llevar a cabo una colecta de fondos para asistir a una familia víctima recientemente de un voraz y mortal incendio, un nutrido grupo de pescadores de Nueva Escocia decidió responder al llamado de uno de sus colegas en Cape Sable Island, que propuso una campaña de financiamiento humanitario sumergiéndose en agua helada.
La iniciativa, una versión modificada del desafío del balde de hielo utilizado para financiar la campaña contra la esclerosis lateral amiotrófica, busca reunir dinero para ayudar a una familia que perdió a sus cuatro hijos en un incendio ocurrido en su vivienda de Pubnico Head, a principios de enero.
La respuesta a la convocatoria fue mayor a la esperada. Foto: captura de Facebook.
El pescador Todd Newell, conmovido por la situación dolorosa que sacudió a la familia afectada , lanzó la idea a través de una página de Facebook, desafiando a tres de sus amigos a que siguiesen su ejemplo, pero la invitación se expandió rápidamente, convocando a decenas de personas que aceptaron ser parte del gesto solidario.
Repercusión inmediata
Los responsables de la página de Facebook confirmaron que hasta el momento no menos de 150 personas respondieron al llamado de Newell, tanto en Nueva Escocia como en otros sitios, incluso en el exterior de Canadá.
Como resultado, hasta el momento se han recibido promesas de donaciones por más de 150.000 dólares.
Posted by Nick Perry on Thursday, January 18, 2018
El rol de los pescadores de Nueva Escocia fue crucial para el éxito de la propuesta, ya que gran cantidad de ellos decidió lanzarse al mar gélido desde sus barcos, grabando imágenes de sus actos y subiéndolas a Internet, para alentar a otros pescadores y gente en general a imitarlos.
El propio Newell reconoció el rol de sus camaradas, al sostener que el éxito de la campaña es un testamento a la generosidad de las comunidades pesqueras, que supieron convertir su estupor ante lo ocurrido en Pubnico Head en un gesto único de humanidad y solidaridad.
Se trata de los mismos pescadores que en más de una ocasión han sido golpeados por la crisis que sacude desde hace tiempo a su actividad, pero que aún así son capaces de actuar contra la adversidad.
El horror aún persiste
Este lunes, 22 de enero, se llevó a cabo el funeral de una de las víctimas del incendio.
El servicio permitió dar el último adiós a Mason Grant, que tenía 7 años de edad. El niño pereció en medio de las llamas que consumieron la vivienda familiar el 7 de enero pasado, cuando también perdieron la vida sus 3 hermanos.
La casa en la que perecieron los niños quedó totalmente destruida. THE CANADIAN PRESS/Andrew Vaughan
En la víspera se había realizado una ceremonia similar para Mya Prouty, también de 7 años, y el martes se procederá del mismo modo en un funeral conjunto de Winston Prouty, de tan sólo 4 meses, y Jayla Kennedy de 4 años de edad.
La familia agradeció a todos quienes se mostraron solidarios y conmovidos por la tragedia, cuyas causas y circunstancias aún se encuentran bajo investigación.
El padre de los niños es también un pescador y logró escapar del siniestro en compañía de su esposa, aunque sufrió heridas que obligaron a hospitalizarlo.
Con información de Canadian Press.
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