A medida que la controversia de Oxfam continúa desarrollándose, los trabajadores humanitarios destacan el fracaso un sistema para lograr la transparencia en su industria y proteger a las personas vulnerables de la explotación. (Nick Ansell / Associated Press)

Ayuda humanitaria internacional sacudida por escándalos sexuales

Estamos tan conmocionados y horrorizados por lo que sucedió por el hecho de que fue un grupo de hombres privilegiados que aprovecharon su poder e influencia en un país para explotar a las mujeres frágiles que se encontraban en situaciones de vulnerabilidad.

– Julie Delahanty, directora ejecutiva de Oxfam Canada

La organización humanitaria Oxfam está en el centro de un gran escándalo tras conocerse que algunos de sus altos cargos presuntamente contrataron prostitutas para realizar fiestas sexuales en Haití tras el terremoto que asoló el país en 2010.

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La organización humanitaria, una de las más importantes de Gran Bretaña, se ha visto envuelta en un tremendo escándalo después de que The Times publicase el contenido de un demoledor informe interno: según este, trabajadores de la misión que la ONG desplegó en el país caribeño tras el devastador terremoto de 2010, entre ellos su jefe, Roland van Hauwermeiren, contrataron los servicios de prostitutas —algunas, probablemente, menores de edad— con el dinero de la organización.

Según el rotativo inglés, las mujeres haitianas participaban en orgías organizadas en villas y apartamentos pagados por la ONG para algunos de sus miembros.

La investigación comenzó después de que una persona denunciara ante la sede de Oxfam en Reino Unido conductas irregulares de algunos de los más de 200 trabajadores desplazados a Haití tras el sismo que dejó más de 200.000 muertos.

Eso llevó al despido de cuatro miembros del personal y tres renuncias.

Un fracaso moral

Para Julie Delahanty, directora ejecutiva de Oxfam Canadá, hubo un «claro fracaso moral» en la forma en que los dirigentes de Oxfam lidiaron con el escándalo en 2011, particularmente al no revelar la naturaleza sexual de los crímenes y al permitir que el director de país renunciara en lugar de ser despedido.

“Hubo fallas claras de liderazgo moral en 2011 en Haití por parte de Oxfam Gran Bretaña”.

«Todavía estamos conmocionados y horrorizados por lo que sucedió», le dijo Delahanty  a Laura Lynch, del programa The Current del radiodifusor público CBC.

Julie Delahanty, directora ejecutiva de Oxfam Canada. Foto Oxfam

Oxfam Canadá señala necesidad de cambios

¿Qué está haciendo Oxfam Canadá para asegurarse de que sus trabajadores no estén explotando a aquellos que se supone se benefician de su trabajo?

Según la directora ejecutiva de Oxfam Canadá, desde 2011 hubo cambios masivos en la organización sobre cómo responder a este tipo de problemas. Hubo una política de denuncias puesta en marcha, una más fuerte. Se creó una línea directa a la que las personas pueden llamar en cualquier momento que incluye al personal de Oxfam Canadá.

También dice que se dotaron con un equipo de protección global para investigar los problemas y las quejas. Y garantizar que las personas puedan revelar,  hablar sobre estos temas de manera más abierta, y que haya transparencia en torno a eso. Pero aclara.

“Este no es un problema de Oxfam, es un problema de todo el sector en el que se tienen personas vulnerables, hay personas que se aprovechan de esas personas que se trasladan a esas áreas. Y hay otros problemas sobre cómo podemos responder a personas que son vulnerables al trabajo sexual. ¿Qué estamos haciendo para apoyar a las mujeres que son vulnerables a ese tipo de trabajo sexual? Hay tantos elementos de esto y es parte del grupo de trabajo de salvaguardia global”.

Delahanty no tiene la impresión de que el trabajo haya terminado. Todo lo contrario. Las barreras a la transparencia y a los mecanismos de información son un problema generalizado en toda el área de la ayuda internacional.

Un problema que no es aislado

En los últimos años, los cascos azules de la ONU fueron acusados de repetidos casos de explotación sexual en Haití, donde la prostitución es ilegal.

Cuatro soldados uruguayos fueron condenados a tres años de prisión por asaltar sexualmente en 2011 a un joven haitiano de 18 años. Además, un borrador de un informe de la ONU en 2015 mostró que cascos azules tenían como práctica regular el intercambio de ayuda humanitaria a cambio de sexo en Haití y Liberia.

Explotación en toda la industria

Bill Chambers, presidente y director ejecutivo de Save The Children Canada, concuerda con que el abuso es sistémico en el sector y cree que la falta de supervisión es en gran parte culpable.

Le dijo a The Current que, aunque su organización tiene controles periódicos de antecedentes y formación  obligatoria en protección, sin comunicación entre las agencias, los abusadores pueden trasladarse fácilmente de una agencia humanitaria a otra.

«Las personas que ingresan en un trabajo humanitario, están allí por seis meses, y luego se van. Si son despedidos, no siempre se sabe. Tenemos que construir sistemas en todo el sector, en todo el mundo, para garantizar que esas personas no pueden simplemente desaparecer de nuevo en el sistema».

Bill Chambers, presidente y director ejecutivo de Save The Children Canada. Youtube

Un pasaporte humanitario como forma de control

Para mejorar la coordinación y la coherencia entre las agencias, Chambers sugiere la creación de un pasaporte humanitario que detalle los antecedentes de los trabajadores de ayuda, un organismo regulador independiente para garantizar que las agencias informen sobre despidos y una fuerza de respuesta rápida preparada para cuando ocurran abusos.

«Necesitamos construir sistemas en todo el sector, en todo el mundo, para asegurarnos de que esas personas no puedan simplemente volver a desaparecer en el sistema».

– Bill Chambers, presidente y director ejecutivo de Save The Children Canada

El campo de la ayuda humanitaria dominado por hombres blancos

Nathaniel Raymond, director fundador del Programa Pignal de Seguridad Humana y Tecnología en la Iniciativa Humanitaria de Harvard, piensa que los desequilibrios de poder en las organizaciones de ayuda también son parte del problema.

«Imagina que 650,000 rohingyas llegaron al sur de Bangladesh en los últimos cuatro meses sin ninguno de sus puntos de referencia, sin ninguno de sus vecinos. Todo es nuevo, todo es extraño. Esa es una circunstancia en la que un depredador intentará hacerse un camino. »

«El campo de la ayuda está muy dominado por los hombres y en muchos casos domina el hombre blanco. He visto en entornos en los que he operado lo que solo se puede llamar sexismo. Eso es un hecho».

«Más mujeres y mujeres de color con diferentes antecedentes se están moviendo para ocupar posiciones de liderazgo. Eso no puede ser solo una evolución gradual. Tiene que ser intencional».

Raymond cree que, de cara al futuro, la transparencia y la preservación de las relaciones positivas con las comunidades anfitrionas es de primordial importancia para la seguridad de los trabajadores humanitarios y de las personas a las que tienen la tarea de ayudar.

«Nuestro activo más importante, en muchos casos el único, es la confianza … Era mi seguridad y protección, así como la seguridad y protección de la gente en el terreno. Por lo tanto, al final del día, si no podemos restaurar la confianza, entonces no podemos hacer el trabajo de ayuda».

Raymond le dijo a The Current que las organizaciones humanitarias necesitan utilizar este momento de atención pública para hacer algunos cambios muy necesarios en la forma en que las agencias de ayuda operan de manera independiente y entre sí.

«Este es un punto de inflexión, de cambio. Si lo usamos bien, no es solo una crisis, es una oportunidad».

El código de conducta de Oxfam prohíbe a sus trabajadores pagar a cambio de mantener relaciones sexuales.

RCI solicitó la opinión sobre este tema a David Morley, presidente y director ejecutivo de UNICEF Canadá, pero no estaba disponible.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Sociedad
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