Refugiados de Ronhingya hacen fila para recibir comida en un campamento en Bangladesh. Foto: Reuters / Zohra Bensemra

¿Sorprenden los abusos sexuales en el campo de la ayuda internacional?

Tenemos que tomar todas las medidas que sean necesarias para tratar de impedirlo y para reaccionar rápidamente cuando suceda. Porque lamentablemente va a suceder nuevamente y va a continuar sucediendo siempre en todos los ámbitos de la sociedad. Hay gente que busca estos espacios para abusar.

– Julia Sánchez, presidenta y directora general del Consejo canadiense para la cooperación internacional.

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El escándalo de Oxfam en Haití no es único. Salpica también a otras organizaciones, como Médicos Sin Fronteras, Cascos Azules de la ONU, Save the Children, Cruz Roja, Christian Aid, incluyendo a la agencia de desarrollo de los obispos católicos ingleses. Los abusos de sacerdotes católicos en todo el mundo están bien documentados con juicios y hasta películas que  impactaron en la opinión pública, por sus revelaciones.

Lo de las organizaciones humanitarias sale a la luz recientemente, pero no debería sorprender.

Por ejemplo, uno de los trabajadores de Oxfam que participó en orgías con prostitutas en Haití tras el terremoto de 2010 pasó después a trabajar para la agencia CAFOD, la Catholic Agency for Overseas Development,  un organismo supervisado por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales e integrante de Cáritas Internationalis, hasta que, tras estallar la controversia, fue apartado de su cargo.

Dos directivos habían sido acusados de conductas similares cuando estaban juntos en Chad en 2006. Alegaciones que Oxfam afirma haber desconocido a la hora de mandarlos a Haití, pese a los documentos internos filtrados al Times que sugieren lo contrario. Pese a los escándalos que le rodeaba, uno de estos hombres de Oxfam acusado de conducta inapropiada en Chad y Haití luego trabajó en Filipinas para CAFOD.

¿Cómo hacer frente al problema?

Julia Sánchez, presidenta y directora general del Consejo canadiense para la cooperación internacional. CCCI

A Julia Sánchez, presidenta y directora general del Consejo canadiense para la cooperación internacional, lo sucedido con  Oxfam le produjo un shock. “Es un shock cuando este tipo de situación explota dentro de nuestro mismo ámbito de trabajo. Lo hemos visto en otras industrias, en Hollywood, en la política, y es muy duro estar ahora viviéndolo en nuestro sector”.

El trabajo humanitario ¿perderá credibilidad luego del escándalo?

Julia Sánchez es muy clara a ese respecto. Sabe que ese problema es uno de sociedad. No cree que haya un sector inmune al tema del abuso y maltrato contra las mujeres. Todo, dice, se debe a un desequilibrio de poder.

Creo que en nuestro caso particular, del sector del desarrollo internacional y humanitario, ese desequilibrio de poder es especialmente tan agudo que las personas que van a otros países en crisis humanitarias llegan a un lugar de situación muy frágil, donde la gente acaba de perder sus casas, sus empleos, sus familiares, hay un caos. Entonces ver que hay gente dentro de nuestro sistema que está en condición de abusar de ese desequilibrio de poder es lamentable.

«Tenemos que tomar todas las medidas que sean necesarias para tratar de impedirlo y para reaccionar rápidamente cuando suceda. Porque lamentablemente va a suceder nuevamente y va a continuar sucediendo siempre en todos los ámbitos de la sociedad. Hay gente que busca estos espacios para abusar”.

¿Un abuso sistémico?

Julia Sánchez  dice que hay problemas sistémicos y que tienen que ser enfrentados, aunque no piensa que se trate de un problema endémico. Por ejemplo, Médicos Sin Fronteras señaló ahora tuvieron unos 80 casos entre sus 40 000 empleados.  El personal que compone esa organización trabaja en condiciones de extrema precariedad.

“Es un número importante, 80 personas. Pero hubo 39 900 personas que estuvieron desplazadas en carros de emergencia apoyando a gente, dando servicios de salud, algo muy necesario. Nosotros queremos que ese número  sea cero y vamos a trabajar para tener los mecanismos para evitar esto al máximo.  Creo que tenemos que tener cuidado de no decir este sistema no funciona porque hay gente que ha logrado infiltrarse y causar daño”.

Cómo combatir este problema en el terreno

Para la directora general del Consejo canadiense para la cooperación internacional, lo grave es que las personas que han sido acusadas de conducta inaceptable sean transferidas a otros puestos, y  en otras organizaciones que los vuelven a mandar al terreno porque no hay ningún registro de la acusación ni del proceso de investigación que se ha hecho.

¿Qué hubiéramos hecho nosotros si éramos las personas que tenían que decidir? ¿Llevar a esta gente a la policía haitiana después de un terremoto? ¿En un país que ya es altamente frágil en sus sistema judicial? Quién hubiera perdido más: ¿Las personas acusadas? ¿Los empleados de Oxfam? ¿Las mujeres que vendieron sus servicios sexuales a estos hombres? Que les hubiera pasado a ellas? Porque esta actividad es ilegal en Haití. Tal vez ¿hubieran terminado ellas sufriendo más el impacto? Esas son preguntas que nos hacemos en Canadá.

«Sabemos que en Canadá el porcentaje de mujeres que acuden a la policía después de una violación sexual es muy bajo. Porque no creen en el sistema, porque no hay la confianza de que el sistema policial y judicial en Canadá va a responder adecuadamente. Entonces, si eso es cierto en Canadá, es mucho más cierto en países donde hay crisis humanitarias. Entonces, ¿cuál es la solución?  No hay respuestas fáciles pero eso no quiere decir que no tengamos que seguir tratando de buscar esas respuestas».

El temor a los cortes presupuestarios en la ayuda internacional, calvo de cultivo para las derechas

Julia Sánchez  destaca que la derecha y los movimientos que están afiliados al Brexit en Gran Bretaña aprovecharán ahora para  atacar el sistema de ayuda humanitaria del país.

“Este escándalo les llega en un momento perfecto en sus argumentos de porqué el gobierno de Gran Bretaña debe reducir el apoyo que da a los países más pobres. En Gran Bretaña hay una guerra contra la caridad y la generosidad del país hacia otros países. Algo parecido está pasando en Estados Unidos, donde el gobierno actual está cortando el presupuesto de ayuda por razones populistas”.

En Canadá señala, eso no sucede con el gobierno liberal. Ni con la sociedad canadiense en general que apoya un papel activo de Canadá en el exterior y en solidaridad con los países menos favorecidos.

Esto y más en la entrevista que Julia Sánchez,  presidenta y directora general del CCCI,  le dio a Radio Canadá Internacional.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional
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