Bajo la sombra de ocho prototipos para el muro fronterizo que planea construir el ricacho presidente estadounidense Donald Trump, los mexicanos de un barrio pobre de Tijuana se burlaron este martes de la idea de que las enormes losas puedan detener a los migrantes y calificaron ese proyecto como un derroche de dinero.
En medio de manifestaciones de protesta, Trump visitó California el martes para ver personalmente los modelos para la futura construcción que abarcaría gran parte de los 3.000 kilómetros de frontera común y que pretende que México pague.
Para el pesar del presidente estadounidense, el país vecino ha reiterado que no pondrá ni un centavo para la construcción del mentado muro.
“El tamaño de estos muros no va a importar”, dijo Rogelio Pérez, de 48 años, residente de Rancho Escondido, un barrio pobre de chozas improvisadas rodeadas de autos desvencijados.
“Van a usar esas garrochas que usan en las olimpiadas para poder cruzar”, agregó con una sonrisa burlona.
Instalación artística en el muro fronterizo entre México y Estados Unidos. (Foto: FB)
Vecinos de Pérez llamaron “loco” a Trump por creer que gastar miles de millones de dólares en barreras impedirá que aquellas personas decididas a huir de la pobreza y la violencia en México y América Central crucen la frontera.
Sin embargo, Trump insistió ante la prensa durante una corta visita a la zona fronteriza que “el muro fronterizo es nuestra primera línea de defensa”.
Los prototipos, diseñados por seis compañías con sede en Estados Unidos y presentados en octubre, se encuentran a varios metros de la oxidada valla existente, que es parte de una barrera que divide Tijuana de San Diego.
Trump ha estado buscando 18,000 millones de dólares para construir su muro en los próximos dos años. Magda Pacheco, una residente de la zona fronteriza, bromeó diciendo que invertir ese dinero al sur de la frontera sería más eficaz para detener el flujo de personas a Estados Unidos.
Tres de los ocho prototipos del muro fronterizo del presidente Donald Trump. (Foto: Mike Blake/Reuters / CBC)
“En vez de que nos ponga bardas, mejor que nos mande los cheques, ¿verdad?”, dijo, arrojando chatarra en el patio de su casa que construyó con basura recuperada.
Más allá de las bromas, había un trasfondo de tristeza e ira entre algunos lugareños, quienes dijeron que los inmigrantes centroamericanos y mexicanos ofrecen más de lo que reciben de Estados Unidos.
A su llegada al lugar, Trump fue recibido con una manifestación de protesta con pancartas y estribillos diciendo “no queremos muro”.
“No entiendo cómo en este tiempo, están haciendo esto”, se quejó Pérez. “Cayó el Muro de Berlín y aquí hasta parece que lo están reconstruyendo”.
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