Bob Rae, enviado especial de Canadá a Myanmar recomienda intensificar los esfuerzos humanitarios . La Presse canadienne/Sean Kilpatrick

Enviado especial dice que Canadá debería asumir un papel de liderazgo en la crisis Rohingya

Canadá debería asumir un papel de liderazgo en respuesta a la crisis de Rohingya intensificando la ayuda humanitaria y los esfuerzos de desarrollo y demostrando su disposición a recibir refugiados de la región

-Bob Rae, enviado especial de Canadá a Myanmar, en su informe final.

Refugiados de Ronhingya hacen fila para recibir comida en un campamento en Bangladesh. Foto: Reuters / Zohra Bensemra

La represión ejercida por las fuerzas de seguridad birmanas contra los Rohingya es “claramente desproporcionada” y obedece más a una “limpieza étnica”, había denunciado hace medio año Zeid Ra’ad al Hussein, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Según la ONU, centenares de miles de miembros de esta minoría musulmana del estado de Arakán (Rakhine) huyeron hacia Bangladesh desde el 25 de agosto pasado. Ciertas informaciones hablan de pueblos incendiados y de ejecuciones extrajudiciales.

Es en ese contexto que el primer ministro Justin Trudeau había designado a Bob Rae, ex primer ministro de Ontario, el 23 de octubre 2017 para que le aconsejara sobre la crisis humanitaria, que Naciones Unidas calificó de limpieza étnica.

El Informe

El abogado y exlíder liberal, al presentar hoy su informe, hace 16 recomendaciones sobre cómo Canadá y los aliados internacionales deberían responder para ayudar a los refugiados musulmanes rohingya que han huido de sus hogares en el estado budista de Myanmar.

Dijo que Canadá debería desarrollar un plan de financiación plurianual a partir de este año para una respuesta que se centre en la asistencia humanitaria, la educación y la infraestructura de apoyo.

«No hay garantías de éxito, y muchas vidas aún están en la balanza. Pero una cosa es cierta: si no lo intentamos, los resultados serán mucho peores que si hacemos el esfuerzo necesario».

Casi 700,000 rohingyas han huido del estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar, a la vecina Bangladesh y ahora viven en campamentos.

Además de mostrar una voluntad de recibir a los refugiados rohingya de Bangladesh y Myanmar, Canadá debería alentar una discusión entre «países de ideas afines» para hacer lo mismo, dijo Rae en su informe.

Debemos reconocer nuestras responsabilidades. Va a requerir una respuesta más grande de Canadá. Pero lo que propongo es que el presupuesto de 600 millones de dólares incluya no solo la crisis humanitaria, sino también las otras cosas que debemos hacer.

-Bob Rae, enviado especial de Canadá para Myanmar

El informe presentado por Bob Rae destaca la difícil situación de las mujeres, que sufren violencia sexual y abuso a manos del ejército de Myanmar. Reuters/Mohammad Ponir Hossain

La responsabilidad por la violencia

Desde fines de agosto, más de 671,000 rohingyas -musulmanes que son una minoría en Myanmar- han huido de su país para buscar refugio en la vecina Bangladesh. Buscan protegerse contra la violencia cometida por el ejército birmano en el estado de Rakhine, donde han vivido durante generaciones.

Rae dijo que Canadá también debería informar que está listo para recibir a los refugiados rohingya de Bangladesh o Myanmar e invitar a otros países a hacer lo mismo. Esto «de ninguna manera disminuye las obligaciones del gobierno de Myanmar de aceptar sus responsabilidades después de la deportación de los Rohngyas lejos de sus hogares en circunstancias particularmente violentas», dijo.

Otras recomendaciones en el informe:

*Canadá debería seguir aplicando una política de compromiso activo con el Gobierno de Myanmar y debería seguir prestando asistencia para el desarrollo centrado en las necesidades de todas las comunidades de ese país.

*Canadá debería aumentar la asistencia para el desarrollo del Estado de Rakhine y de todo Myanmar, centrándose en las necesidades de las mujeres y las niñas, la reconciliación, la seguridad y los derechos humanos.

*Canadá debería trabajar con sus aliados para iniciar una investigación sobre crímenes de lesa humanidad y genocidio.

*Canadá debe establecer un Grupo de Trabajo Rohingya dentro del gobierno, presidido por un viceministro principal, para garantizar una respuesta de «todo el gobierno».

*Canadá debería instar a los aliados a establecer un grupo de trabajo internacional para realizar esfuerzos conjuntos.

Hasta ahora, la comunidad mundial no ha logrado mover al gobierno militar de Myanmar, ni a su líder civil, Aung San Suu Kyi, para actuar.

Durante la presentación de su informe en su conferencia de prensa, Rae dijo que el debate sobre el papel de la líder está en curso, y que los responsables deben rendir cuentas después de una investigación. Aunque también se mostró prudente.

«Es fácil decir: ¿Aman a la Sra. Aung San Suu Kyi, sí o no?» ¡Pero el mundo es más difícil que eso! Ella está allí, tiene cierta influencia en las cosas, pero ¿está a cargo de todo lo que sucede en el gobierno? No.

-Bob Rae, Enviado Especial de Canadá para Myanmar

Rae estuvo de acuerdo, sin embargo, en que «lamenta mucho» que la Sra. Suu Kyi esté pasando ciertas situaciones bajo silencio. «Animé a la señora a hablar más abiertamente sobre la situación», agregó, habiéndose encontrado con él dos veces en los últimos meses.

Primer ministro Trudeau reacciona al informe

«Este informe brinda una toma de conciencia muy necesaria sobre la grave crisis humanitaria y las graves violaciones de los derechos humanos a las que se enfrentan cientos de miles de personas, incluidas comunidades Rohingya, otras minorías religiosas y étnicas, y mujeres y niñas», dijo.

Trudeau dijo que Canadá continuará trabajando estrechamente con la comunidad internacional y las Naciones Unidas en el camino a seguir.

«Compartimos la responsabilidad global de responder a esta crisis y satisfacer las necesidades de los desplazados y los más vulnerables», dijo.

El informe interino

En su informe interino publicado en diciembre, Bob Rae dijo que los testimonios que escuchó fueron «escalofriantes y gráficos». Describió el trabajo humanitario y de derechos humanos que se está haciendo para resolver la situación, y concluyó que «Canadá debe seguir participando en este trabajo internacional legítimo e importante».

Al ver estas palabras impresas, me doy cuenta de cuán inadecuadas son las palabras para expresar el alcance del daño y el trauma.

– Bob Rae en su informe provisional

Rae viajó a Bangladesh a principios de este año para ver la situación y también se ha reunido con varios líderes, funcionarios y organizaciones no gubernamentales de la región. También viajó a Indonesia, Myanmar, Vietnam y la ONU en Nueva York, donde mantuvo conversaciones con funcionarios, líderes y organizaciones no gubernamentales.

Su informe provisional llamó particularmente la atención sobre la difícil situación de las mujeres, mencionando que escuchó relatos detallados y gráficos sobre violencia sexual y abuso a manos del ejército de Myanmar de mujeres que llegaron a Bangladesh.

En los últimos meses, funcionarios de las Naciones Unidas y ministros de relaciones exteriores, incluida la canadiense Chrystia Freeland, han afirmado que los rohingyas han sido objeto de «limpieza étnica» en Myanmar, y el Bob Rae acepta que hay «señales preocupantes» de que este es realmente el caso.

«Nuestro trabajo, y el trabajo de mucha gente, es detener el genocidio, es prevenir un posible genocidio. Y debemos reconocer que hay señales muy inquietantes de que hemos perdido mucha gente. Decenas de miles de personas están muertas, desaparecidas. Uno no debe tener miedo de usar la palabra. Sí, hay señales inquietantes de que el genocidio existe «, dijo.

RCI/CBC/Radio Canadá

Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional, Política
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