La Asociación Canadiense de Productos Petrolíferos espera que la producción de arenas petrolíferas aumente de 2.4 millones de barriles por día en 2016 a 3.7 millones de barriles por día en 2030. (Foto: Kinder Morgan)

Compra de Trans Mountain por gobierno canadiense, críticas y apoyos

El gobierno federal se comprometió el martes a comprar el Oleoducto Trans Mountain de Kinder Morgan por $ 4.5 mil millones. Esta decisión, aplaudida en la provincia petrolera de Alberta, provocó críticas en  la oposición en Ottawa, así como de los líderes aborígenes y grupos ecologistas en Canadá.

“Hemos tomado medidas para crear y proteger empleos en Alberta y Columbia Británica, y para reiniciar la construcción relacionada con la expansión del oleoducto TMX, un proyecto vital que es de interés nacional.”

-Justin Trudeau

Rachel Notely, primera ministra de Alberta, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, John Horgan, primer ministro de Columbia Británica. (Canadian Press photos)

El gobierno federal, sin embargo, no descarta la posibilidad de encontrar rápidamente, con la ayuda de la empresa, un comprador privado, lo que le evitaría llevar adelante la transacción. Kinder Morgan ha fijado como plazo límite el 22 de julio.

Si el gobierno  se convierte enpropietario del gasoducto a través de una corporación de la Corona, pagará por los costos de la construcción y luego venderá el proyecto de expansión y sus activos.

El gobierno canadiense entonces no tendría la intención de poseer el proyecto a largo plazo, que describe como una «buena oportunidad de inversión».

Grupos aborígenes y los planes de pensiones canadienses se encuentran entre los muchos inversionistas que ya han expresado interés en el proyecto, según el gobierno.

Los costos de construcción solo se revelarán si Ottawa es el propietario y paga por la construcción.

Las reacciones se manifestaron en todo el país.

Sabemos que todavía necesitamos petróleo. También sabemos que Canadá tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo con Venezuela y Arabia Saudita. Pero también sabemos que la transición a la energía renovable es esencial y urgente. Es sorprendente entonces ver los esfuerzos incansables del gobierno de Trudeau para hacer que el proyecto de expansión del oleoducto Trans Mountain funcione a toda costa.

-Gérald Fillion, analista económico, Radio Canadá

Las tuberías en las instalaciones de Kinder Morgan Trans Mountain en Edmonton, Alberta, 6 de abril de 2017. Un vocero en el oeste de Canadá dice que cualquier acción para cortar el flujo de combustible refinado de Alberta a Columbia Británica podría afectar negativamente las cuatro refinerías de la provincia en el área de Edmonton. (Jonathan Hayward / Canadian Press)

El gobierno de Trudeau aprobó el proyecto de expansión del oleoducto Kinder Morgan en el oeste del país. Está claro que Canadá ve este proyecto como bueno para la economía y esencial para la prosperidad del país, dice Fillion.

Pero ¿debería el Gobierno de Canadá llegar a comprometerse a hacer realidad el proyecto, incluso proponiendo comprar el gasoducto por 4.5 mil millones de dólares? Ottawa, al aprobar el proyecto, ¿se convertirá en el máximo garante de su realización y éxito?

Son las preguntas que se hace Gérald Fillion.

La realidad es que cada vez es más complejo ver realizarse proyectos tan importantes como el de la construcción de una infraestructura mayor, como es un oleoducto. Hay problemas sociales, económicos y ambientales, hay la necesidad de aceptación social, negociaciones con varias partes interesadas, incluidas las comunidades aborígenes, existe el paquete financiero, la rentabilidad, etc.

Lo que nos damos cuenta hoy es que es difícil ver proyectos que se lleven a cabo cuando existe una fuerte oposición social y que requieran la aprobación de varios niveles de gobierno.

La información circula, la oposición está organizada, las presiones ambientales son reales y no podemos ignorarlas, señala Fillion.

Líderes indígenas y ecologistas protestaban por el oleoducto Trans Mountain de Kinder Morgan en Burnaby, Columbia Británica, el sábado por la mañana. (Darryl Dyck / The Canadian Press)

Y cuando un gobierno legítimamente electo de la provincia de Columbia Británica se opone a la decisión de otro gobierno igualmente legítimamente elegido como los liberales en Ottawa, las posibilidades de fracaso aumentan.

Es en este contexto que el gobierno de Trudeau persiste y firma, dice Fillion, afirmando que el proyecto de expansión Trans Mountain seguirá adelante, que es una decisión que pertenece solo al gobierno federal , y que, agregó,  está listo para enfrentar al gobierno de Columbia Británica en los tribunales e ir tan lejos como la nacionalización del oleoducto.

¿Quién gana y quién pierde?

Ciertamente la primera ministra de Alberta, Rachel Notley,  es la que gana más, dice Frédéric Boily, politólogo, Universidad de Alberta.  Ella era la que más temía, más que otros actores políticos, ella era la que tenía más que perder si el proyecto era dejado de lado. No hubiera podido presentarse en nuevas elecciones. El hecho de que el gobierno federal llegue con soluciones bien concretas y bastante costosas, muestra que su mensaje fue escuchado.

Para los perdedores, habrá que ver hasta qué punto la oposición va a manifestarse contra el partido liberal.

Podría ocurrir que el gobierno liberal del señor Trudeau sea realmente perdedor en este expediente si el proyecto es retrasado o completamente frenado  o que los costos se vuelvan demasiado elevados. Porque está el costo de la compra del oleoducto pero habrá nuevos costos ligados a la construcción y posiblemente otras inversiones que serán necesarias. Tampoco se sabe cuánto tiempo el gobierno federal va a guardar el proyecto. Entonces podría haber un costo mucho más elevado.

-Frédéric Boily, politólogo, Universidad de Alberta

A partir de ese momento podría revelarse como un desastre financiero que se convertirá en un desastre político para el gobierno liberal.

Oposición de la provincia de Columbia Británica

Y cuando un gobierno legítimamente electo de Columbia Británica se opone a la decisión de otro gobierno igualmente legítimamente elegido como los Liberales en Ottawa, ¿las posibilidades de fracaso son mayores?

Para el premier de la provincia, John Horgan,  no cambia gran cosa, porque su oposición es conocida, y el hecho que cambie de propietario, no cambia nada. Él continuará defendiendo a Columbia Británica y las prerrogativas de su provincia en materia medioambiental y continuará con su misma estrategia.

– Frédéric Boily, politólogo, Universidad de Alberta

Trudeau señaló que está listo para enfrentar al gobierno de Columbia Británica en los tribunales e ir tan lejos como la nacionalización del oleoducto.

Para Fillion, analista económico, lo que está en juego es constitucional y político, y dice tener la impresión de que el gobierno de Trudeau está desempeñando un papel importante al hacer una elección tan fundamental como convertirse en el propietario de un oleoducto para garantizar su expansión. “No hay duda de que el crecimiento del sector petrolero en Canadá es una prioridad para el gobierno de Trudeau”.

En 2015, la Royal Society of Canada concluyó su informe diciendo que hacía falta más investigación científica para saber qué efecto tendría un derrame de betún diluido en los ecosistemas. Radio Canadá

Para Ottawa es más importante que para Kinder Morgan

Kinder Morgan cree que ya no vale la pena desarrollar este proyecto, analiza Fillion. Al entregarlo al gobierno federal (u otro comprador privado que podría presentarse antes del 22 de julio), la compañía de Texas está demostrando que no cree que se beneficie del proyecto, tomando en cuenta el mercado, la demanda, el precio del petróleo, la oposición de los ciudadanos y la confrontación política en curso.

Este proyecto, para los directores y accionistas de Kinder Morgan, se ha vuelto tóxico y arriesgado. Lo que está en juego no vale la pena y es por eso que la compañía estadounidense ha impuesto su calendario. Y no está muy claro cómo el gobierno Trudeau hará que esta inversión sea rentable.

Sobre todo, son los contribuyentes canadienses quienes tendrán que absorber esta opción crítica, cuyas consecuencias y repercusiones se dejarán sentir durante mucho tiempo, dice Fillion.

A Alberta y las compañías petroleras les interesa promover el desarrollo de este oleoducto. Porque permite la expansión del desarrollo petrolero, mientras que la Asociación Canadiense de Productos Petrolíferos espera que la producción de arenas petrolíferas aumente de 2.4 millones de barriles por día en 2016 a 3.7 millones de barriles por día en 2030. Para la industria, este proyecto es crucial.

Al mismo tiempo, Canadá debe comenzar un cambio hacia una economía de menor carbono, lo que el gobierno de Trudeau dice estar haciendo. Pero, elegir inyectar $ 4.5 mil millones en la adquisición de una tubería envía una señal contradictoria, señala Fillion.

De hecho, desde el extranjero, probablemente se estén preguntando qué está pasando exactamente en Canadá. En los últimos años, TransCanada ha abandonado su enorme proyecto Energy East, Ottawa ha bloqueado la venta de Aecon a una empresa china y el gobierno está comprando el gasoducto Trans Mountain porque un gobierno provincial está bloqueando su expansión.

No es que Canadá no esté abierto a la inversión extranjera. Es solo que las pautas económicas y ambientales no son muy claras.

–Gérald Fillion, analista económico, Radio Canadá

Los beneficios potenciales de Trans Mountain

– Un proyecto que se estima generará $ 5.7 mil millones en impuestos durante la fase de construcción y en los primeros 20 años de operación, solo para Columbia Británica.

– En términos de empleo, eso significa 189,000 empleos por año para la provincia durante la fase de construcción y los próximos 20 años, según las cifras presentadas a la Junta Nacional de Energía.

– Una cuarta parte de los empleos creados a través de Trans Mountain sería en Columbia Británica. Los ciudadanos de Columbia Británica también deberían beneficiarse del aumento de impuestos a la propiedad en toda la provincia, estimado en $ 23.2 millones anuales.

Creemos que este acuerdo es la mejor manera de proteger miles de empleos y la forma más segura de llevar nuestros recursos naturales a los mercados internacionales.

-Bill Morneau, Ministro Federal de Finanzas

¿La saga se termina?

“Creo que no. Tengo la impresión que nos esperan otros capítulos, tal vez con sorpresas. Hasta ahora lo que pasó con los proyectos de construcción de diferentes oleoductos, lo único que puedo decir, de manera segura, es que siempre existe la incertidumbre porque terminan yendo en direcciones inesperadas. Creo que con esta decisión, me sorprendería ver progresar tranquilamente el proyecto, con una oposición que desaparece con el correr del tiempo. Por el contrario, probablemente la oposición continuará subiendo. Y el Nuevo Partido Democrática verá una oportunidad de buscar nuevos votos.

Es decir, para Frédéric Boily, politólogo, Universidad de Alberta, la saga continuará.

Frédéric Boily fue entrevistado por Alain Gravel.

Categorías: Economía, Indígenas, Medioambiente y vida animal, Política
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