Alas de Esperanza y la comunidad construyeron también lavaderos de cemento para cada familia

El agua llegó para quedarse en Waripecca gracias a la comunidad y a Alas de Esperanza

Los proyectos tienen el efecto de unir, dinamizar  la comunidad. Trabajando juntos se dan cuenta que pueden hacer mucho. Y el acceso al agua es el punto de partida para cualquier desarrollo. Mientras una comunidad no resuelva su acceso al agua de manera constante y duradera, queda prisionera de su pobreza. La llegada del agua es el inicio hacia una vida mejor.

– André Franche, presidente de Alas de Esperanza

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El agua potable llegó a la aldea de Waripecca (Foto: Alas de Esperanza, Facebook)

Pequeños proyectos de gran impacto social y económico, así se podría definir el trabajo de una ONG quebequense.

Desde hace más de 45 años, Alas de la Esperanza  apoya en la Amazonía peruana el servicio de transporte aéreo misionero y humanitario.

Y desde el año 2000, la organización financia en su mayoría proyectos relacionados con el acceso al agua potable en Perú. Ella  instala sistemas confiables y permanentes en comunidades muy remotas y marginadas.

André Franche es presidente de Alas de Esperanza. Él nos explica sobre el agua potable disponible ahora en la aldea de Waripecca desde el mes de abril pasado.

Waripecca es una comunidad del departamento de  Ayacucho. El pueblo está situado a una altura de 3500 metros. Y como otras comunidades en la sierra, ésta fue abandonada  a su suerte durante siglos, dice André. En los años 90 el gobierno del presidente Fujimori había traído ayuda para mejorar  la agricultura y la ganadería. Pero la cuestión del acceso al agua potable nunca fue resuelta.

Esta es una de las razones por la que la comunidad estaba presa de su pobreza.

André Franche dirige la ONG canadiense, Alas de Esperanza

“Entonces logramos con la participación de la comunidad resolver este problema del acceso al agua captando dos manantiales, trayendo el agua por gravedad. Ahora el agua llega a todas las casas de la comunidad, que abastece a unas 450 personas.”

Alas de Esperanza y la comunidad construyeron también un lavadero de cemento para cada familia con un pequeño desagüe artesanal”.

La participación de las comunidades para lograr obtener el agua potable es fundamental. © Alas de Esperanza

La segunda etapa

La primera fase del proyecto fue un éxito. André explica ahora que se viene una segunda etapa, la construcción de baños ecológicos para cada familia, como ya hicieron en otras comunidades.

Las condiciones para el éxito de los proyectos

Primero: formar un comité del agua y segundo: con participación de las mujeres y de la comunidad, que se compromete a abastecer toda la mano de obra no calificada.

Con esta participación, la comunidad logra apropiarse del proyecto. Sentirlo suyo, explica André.

La captación del agua potable de las fuentes del sector, su transporte a cada casa de aldea, la construcción de una cuenca de cemento, todo eso se realiza siempre con la participación de la comunidad

Proyectos que se vienen

Varias comunidades del Perú están esperando obtener agua potable.

El próximo proyecto será en Patahuashi, una comunidad de la cuenca del rio Cachi. Hay otros proyectos en el departamento de Ayacucho, en el distrito de Concepción y otros dos en la selva, en la provincia de Atalaya, distrito del río Tambo. También están trabajando en la provincia rural de Barranca, del rio Supe, donde las inundaciones el año pasado han destruido algunas comunidades.

Esto y mucho más en la entrevista con André Franche, presidente de Alas de Esperanza.

En sus inicios, Alas de Esperanza nace bajo la influencia de misioneros Franciscanos católicos, que partieron de  Canadá para establecer misiones en  los rincones más remotos del Perú.

En 1971, un grupo de laicos que trabajaba con los franciscanos creó oficialmente Alas de Esperanza para organizar el transporte aéreo humanitario y misionero en Perú.

Gracias al avión, un viaje que duraba más  de una  semana se podía hacer en 45 minutos.

 

Categorías: Indígenas, Sociedad
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