Algunas monjas ahora encuentran el valor de hablar, impulsadas por el movimiento MeToo y el creciente reconocimiento de que los adultos pueden ser víctimas de abuso sexual cuando existe un desequilibrio de poder en una relación. (Andrew Medichini / Associated Press)

Ahora son las monjas: denuncian abuso sexual de sacerdotes

Casos de monjas abusadas surgen en Europa, África, Sudamérica y Asia

Las revelaciones de que un cardenal prominente de EE. UU había abusado sexualmente de sus seminaristas adultos habían sacado a la luz un atroz abuso de poder que había conmocionado a los católicos en ambos lados del Atlántico.

Pero el Vaticano sabía también de su equivalente heterosexual -el abuso sexual de monjas por parte de sacerdotes y obispos- y ha hecho poco por detenerlo, según una investigación de la agencia Associated Press.

Una investigación de la AP expone casos de monjas abusadas en Europa, África, América del Sur y Asia, lo que demuestra que el problema es global y generalizado, gracias al estatus de segunda clase de las hermanas en la iglesia y de su arraigada sumisión a los hombres que la dirigen.

Sin embargo, algunas monjas ahora encuentran sus voces, impulsadas por el movimiento MeToo y el creciente reconocimiento de que incluso los adultos pueden ser víctimas de abuso sexual cuando existe un desequilibrio de poder en una relación. Las hermanas se están haciendo públicas en parte para denunciar años de inacción por parte de los líderes de la iglesia, incluso después de que se informara al Vaticano con importantes estudios sobre el problema en África en los años noventa.

«Abrió una gran herida dentro de mí», dijo una monja a la AP. «Fingí que no sucedió».

Vistiendo un hábito religioso completo con el rosario en sus manos, la mujer rompió casi dos décadas de silencio para contarle a AP sobre el momento en el año 2000 cuando el sacerdote al que estaba confesando sus pecados la forzó sexualmente.

El asalto -y un posterior avance de un sacerdote diferente un año después- la llevó a dejar de confesarse con cualquier sacerdote que no sea su padre espiritual, que vive en un país diferente.

Las monjas hacen público el abuso de los sacerdotes en parte debido a los años de inacción de los líderes de la iglesia, incluso después de que se informaran al Vaticano importantes estudios sobre el problema en África en la década de los noventa. (Pier Paolo Cito / Associated Press)

Superiores de brazos cruzados

El alcance del abuso de monjas no está claro, al menos fuera del Vaticano. Sin embargo, recientemente, cerca de media docena de hermanas en una pequeña congregación religiosa en Chile salieron públicamente en la televisión nacional con sus historias de abusos por parte de sacerdotes y otras monjas, y cómo sus superiores no hicieron nada para detenerla.

Una monja en India recientemente presentó una denuncia formal a la policía acusando a un obispo de violación, algo que hubiera sido impensable incluso hace un año. Y casos en África están surgiendo periódicamente. En 2013, por ejemplo, un sacerdote famoso en Uganda escribió una carta a sus superiores que mencionaba a «sacerdotes involucrados románticamente con hermanas religiosas», por lo que fue suspendido rápidamente de la iglesia hasta que se disculpó en mayo.

«Estoy tan triste de que se haya tardado tanto a que esto salga a la luz, porque hubo informes hace mucho tiempo», le dijo a AP Karlijn Demasure, uno de los principales expertos de la iglesia sobre abuso sexual y abuso de poder en el clero.

El Vaticano se negó a comentar qué medidas, si hubo alguna, ha tomado para evaluar el alcance del problema a nivel mundial, o para castigar a los delincuentes y cuidar de las víctimas. Un funcionario del Vaticano dijo que le corresponde a los líderes de la iglesia local sancionar a los sacerdotes que abusan sexualmente de las hermanas.

El Papa Francisco dirige la celebración del Sacramento de la Penitencia en la Basílica de San Pedro en Roma en marzo. El Vaticano está siendo criticado por hacer poco para detener el abuso de monjas por parte de sacerdotes y obispos. (Stefano Rellandini / Reuters)

El funcionario, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar sobre el tema, dijo que la iglesia ha centrado gran parte de su atención en proteger a los niños, pero que los adultos vulnerables «merecen la misma protección».

«Las monjas deben ser alentadas a hablar cuando son abusadas», dijo el funcionario a AP. «Los obispos deben ser animados a tomarlos en serio, y asegurarse de que los sacerdotes sean castigados si son culpables».

Pero ser tomado en serio es a menudo el obstáculo más difícil para las hermanas que son abusadas sexualmente, dijo Demasure, hasta hace poco director ejecutivo del Centro para la Protección Infantil de la iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana, el principal centro de estudios de la iglesia sobre el tema.

«Ellos (los sacerdotes) siempre pueden decir ‘ella lo quería'», dijo Demasure.

Las novicias son particularmente vulnerables

Demasure dijo que muchos sacerdotes en África, por ejemplo, luchan con las creencias tradicionales y culturales sobre la importancia de tener hijos. Las novicias son particularmente vulnerables porque a menudo necesitan una carta de su párroco para ser aceptados en ciertas congregaciones religiosas.

«Y a veces tienen que pagar por eso», dijo.

¿Y cuando estas mujeres quedan embarazadas?

«Mayormente, ellas tienen un aborto, incluso más de una vez. Y él paga por eso. Una hermana religiosa no tiene dinero. Un sacerdote, sí», dijo.

También puede haber un precio por hacer sonar la alarma.

En 2013, el reverendo Anthony Musaala en Kampala, Uganda, escribió una carta a los miembros del establecimiento católico local sobre «numerosos casos» de presuntas relaciones sexuales de sacerdotes, incluso con monjas. Fue suspendido hasta que emitió una disculpa en mayo, a pesar de que los periódicos ugandeses informan regularmente casos de sacerdotes atrapados en escapadas sexuales.

Parejas sexuales “seguras”

El arzobispo John Baptist Odama, líder de la conferencia de obispos de Uganda, dijo a la AP que las acusaciones contra sacerdotes individuales no deberían usarse para difamar a toda la iglesia.

«Los casos individuales deben tratarse como casos individuales», dijo.

Los informes en la década de 1990 fueron preparados por miembros de órdenes religiosas para altos funcionarios de la iglesia. En 1994, la fallecida Hermana Maura O’Donohue escribió acerca de una encuesta de seis años con 23 naciones, en la cual se enteró de 29 monjas que habían quedado embarazadas en una sola congregación.

Las monjas, según informó, eran consideradas como compañeras sexuales «seguras» para los sacerdotes que temían la infección con el VIH por parte de prostitutas u otras mujeres.

Los informes nunca debieron hacerse públicos, pero el National Catholic Reporter de EE. UU los puso en línea en 2001. Hasta la fecha, el Vaticano no ha dicho qué hizo con la información.

RCI/CBC

Categorías: Sociedad
Etiquetas: , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.