El gobierno británico quiere prohibir la venta de crías de perros y gatos si no es llevada a cabo por criadores autorizados o por refugios, en un intento por poner fin a una forma de maltrato contra los animales.
Las autoridades de Gran Bretaña sostienen que con frecuencia constatan el estado deplorable de los animales y las pésimas condiciones de los sitios en los que son mantenidos con destino a la comercialización.
“La prohibición de la venta por parte de terceros ayudará a garantizar que los animales de compañía tengan un buen inicio de sus vidas”, argumentó el ministro de Medioambiente, Michael Gove, al presentar la consulta decidida por su cartera, para obtener opiniones en torno a cómo mejorar el trato a los animales.
El proyecto busca poner fin a las prácticas inhumanas por parte de comerciantes que realizan la cría intensiva de perros y gatos para satisfacer la demanda de consumidores.
Las denuncias por el trato dado a otras especies son frecuentes en las islas británicas. Foto: iStock.
Esas “usinas” mantienen a los animales en condiciones deficitarias de salubridad, alimentación y cuidados veterinarios y, en algunos casos, no cuentan siquiera con los papeles que aseguren que el animal no se encuentra enfermo.
Entre las prácticas denunciadas por las autoridades británicas se incluyen la separación prematura de las crías de sus madres, la introducción en ambientes nuevos o desconocidos sin ningún proceso de adaptación previa, y la posibilidad de superposición de viajes para que el animal llegue a su propietario final.
Tal situación implica poner en riesgo la vida del cachorro, al tiempo que significa un potencial deterioro en las posibilidades de adaptación del mismo, pudiendo resultar en trastornos en su carácter, aparición de agresividad o, incluso, enfermedades.
Michael Gove, responsable de Medioambiente. REUTERS/Simon Dawson.
“La gente que descuida completamente el bienestar de los animales no podrá seguir sacando provecho de este comercio miserable”, agregó el ministro Gove.
Entidades defensoras de los animales saludaron con agrado la iniciativa gubernamental, en un país donde el trato a las bestias es materia frecuente de discusión, incluso a consecuencia de prácticas tradicionales, como la caza del zorro.
La consulta planteada por el gobierno se realizará tras una extensa campaña de sensibilización, sobre el caso de una perra maltratada por años en una usina de animales y que provocó la indignación de numerosos británicos.
Una petición al parlamento para que apruebe normas más estrictas para la crianza animal logró reunir 150.000 firmas entre la población.
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