Esta imagen fue supuestamente elegida como "foto del año" por un fotógrafo de National Geographic. Pero la foto no existe y la imagen es un montaje. (Shutterstock)

Por qué a nuestro cerebro le cuesta desprenderse de las falsas noticias

Hoy, más que nunca, estamos bombardeados con información. ¿Y cómo lidian nuestros cerebros con ese movimiento constante? ¿Cómo sabemos qué es real y qué es falso?

El concepto de noticia falsa, fake new, no es nuevo, lo que es nuevo es el fenómeno global. Las fake news han existido desde siempre. Igual que la mentira, que existe desde que tenemos uso de la palabra. Lo que ha cambiado es que antes las mentiras quedaban reducidas a un pequeño círculo, en cambio, ahora con las redes sociales su difusión es masiva y a una velocidad sin precedentes.

Una fake new es una noticia falsa que se difunde con una voluntad deliberada de engañar.

El Dr. Daniel Levitin, autor de tres exitosos libros sobre cerebro y música, es Decano fundador de Artes y Humanidades en las Escuelas de Minerva en San Francisco. Además es profesor emérito de Neurociencia y Música en la Universidad McGill de Montreal.

En tanto que especialista del cerebro, fue entrevistado en el programa Quirks and Quarks del radiodifusor público CBC para explicar ese fenómeno que nos deja a veces incrédulos anta tanta falsedad pero que a nuestro cerebro le cuesta dejar de lado.

Una foto FALSA simula las nubes del huracán Sandy sobre la Estatua de la Libertad en Nueva York.

Levitin destaca que nuestros cerebros todavía están «cableados» para tratar con el mundo como lo fue hace 10.000 años. Y en aquel momento, dice, la información crucial llegaba lentamente y era relativamente sencilla. «El agua de ese pozo no es segura» o «en nuestra tribu enemiga hay buenos cazadores». La supervivencia de nuestros antepasados dependía de aferrarse a estas simples verdades, agrega.

Una de las consecuencias de este retraso evolutivo, explica el neurocientífico, es que nuestros cerebros aún están inclinados a aferrarse a lo que creemos que es verdad. Entonces, en el mundo de hoy, desafiar nuestras creencias es un verdadero desafío para nuestro cerebro.

Incluso una vez que se eliminan o refutan las pruebas, tenemos lo que Levitin llama «perseverancia en las creencias». Es difícil sacarse de encima lo que creemos que es verdad.

Levitin afirma que nuestra genética y preferencias neuronales constituyen la mitad de la historia. La familia, los amigos, la educación y el medio ambiente contribuyen a dar forma a nuestras creencias.

En su nuevo libro, «Una guía de campo para las mentiras: pensamiento crítico en la era de la información», Levitin sugiere que con educación, capacitación y confiando en fuentes confiables, podemos luchar contra las ganas de nuestro cerebro de aferrarse a mentiras, verdades a medias e información desactualizada.

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