Las historias de Rocío y Aldana son tan tristes y conmovedoras, como luminosas. Siendo niñas vivieron el horror. Sus cuerpos y sus voces fueron violados, abusados y apagados. Hoy, la vida les sonríe y ellas también. Su fuerza de espíritu es una bocanada de aire fresco.
Hablamos con las protagonistas del documental, las PRIMAS y con la directora de la película, Laura Bari, quien además, es su tía.
Desde el 2017, el hashtag #MeToo se volvió viral en los medios sociales, y las celebridades se unieron para lanzar el movimiento Time’s Up para combatir la violencia sexual y el acoso en el lugar de trabajo. A medida que surgieron acusaciones contra varios hombres de alto perfil, las conversaciones sobre el acoso y la agresión sexual se centraron en el tema más amplio del sexismo institucionalizado y la discriminación contra las mujeres en otras industrias.
PRIMAS surge entonces en un contexto específico de lucha de las mujeres por su derecho a hablar. Pero, si ese contexto no hubiera existido, ¿habría la misma apertura a las historias como las de Rocío y Aldana?
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