Un hombre saca sus pertenencias de un transporte de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos en un centro de procesamiento para solicitantes de asilo en la frontera entre Canadá y Estados Unidos en Lacolle, Que. 10 de agosto de 2017. (Graham Hughes/The Canadian Press)

Canadá planea deportar anualmente a 10.000 extranjeros y solicitantes de asilo rechazados

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La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá decidió intensificar sus esfuerzos para deportar a aquellos solicitantes de asilo cuya demanda fue rechazada y a otros extranjeros que no son bienvenidos en el país. Esta agencia de gobierno se ha fijado el objetivo de aumentar en un 35% el número de deportaciones anuales.

Un correo electrónico enviado por el director de la División de Operaciones de Implementación e Inteligencia de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, enviado el 17 de octubre y obtenido por la radio pública canadienses,CBC, describió el plan para aumentar las expulsiones a 10.000 personas al año.

«En las últimas semanas he participado en varios debates regionales y nacionales sobre la decisión del Gobierno de Canadá de aumentar sustancialmente los esfuerzos de expulsión, incluyendo el restablecimiento de los objetivos nacionales y regionales, una práctica que muchos de ustedes tal vez recuerden», escribió Brad Wozny en su correo dirigido al personal de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá.

La Agencia de Servicios Fronterizos del Canadá está intensificando sus esfuerzos para deportar a las personas a las que se les han denegado sus solicitudes de asilo o que son consideradas inadmisibles en el país. (Darren Calabrese/Canadian Press)

«Las primeras conversaciones han llevado a la agencia a trabajar en el establecimiento de un nuevo objetivo nacional de 10.000 expulsiones al año. Esto implicaría un aumento del 25 al 35 por ciento de lo alcanzado en los últimos dos años», decía ese correo electrónico.

La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá confirmó que se ha fijado un objetivo nacional de 10.000 expulsiones anuales de extranjeros y solicitantes de asilo cuya demanda fue rechazada.

El portavoz de la agencia, Barre Campbell, dijo que Canadá continúa siendo un país abierto y acogedor para las personas que buscan refugio y que continuará tratándolas de manera justa y compasiva mientras acelera el proceso de las deportaciones.

El ministro canadiense de Seguridad Pública, Ralph Goodale, explicó que el gobierno canadiense está dedicando los recursos necesarios para la implementación de este nuevo objetivo.

“Tenemos que acelerar las expulsiones. Hemos puesto mayores recursos a disposición de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos para llevar a cabo ese trabajo necesario”, explicaba el ministro canadiense de Seguridad Pública, Ralph Goodale.

El Ministro canadiense de Seguridad Pública, Ralph Goodale. (Sean Kilpatrick/Prensa Canadiense)

Esta decisión se produce en momentos en que el gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau enfrenta duras críticas de parte de la oposición conservadora sobre el tema de la seguridad fronteriza y la gestión de los solicitantes de asilo que ingresan a territorio canadiense evitando los puntos fronterizos regulares. Los conservadores pusieron el grito al cielo calificado la situación de «crisis», mientras que los liberales sostienen que el gobierno está administrando adecuadamente lo que considera un «desafío».

“Actualmente hay 18.000 personas con orden de expulsión de Canadá, la mayoría de ellos solicitantes de asilo cuya demanda fue rechazada. Las demoras en la ejecución de esas órdenes pueden ser causadas por apelaciones y procedimientos legales, por sentencias judiciales, por una suspensión temporal de las expulsiones, la falta de documentos de viaje válidos, problemas médicos o la solicitud de una evaluación de riesgo previa a la expulsión”, dijo el portavoz de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos, Barre Campbell.

«Aunque Canadá es un país humanitario que ha acogido a muchos inmigrantes y solicitantes de asilo a lo largo de los años, se espera que los que vienen a nuestro país cumplan con nuestras leyes y procesos», dijo Campbell. «A medida que estos individuos son procesados por el sistema de asilo, aquellos cuya demanda es rechazada tienen la obligación de salir de Canadá o ser expulsados», explicó, Barre Campbell, portavoz de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos.

El número de deportaciones fluctúa, pero ha disminuido drásticamente en los últimos cinco años, pasando de 18.987 en 2012 a solamente 8.472 en 2017. En lo que va del año fueron expulsadas de Canadá unas 6.083 personas.

En mayo, funcionarios del gobierno canadiense informaron que de los 68.000 solicitantes de asilo que ingresaron a Canadá desde principios de 2017, menos del 1% había sido expulsado del país, a pesar de que se considera que un alto porcentaje de estas personas no reúnen las condiciones como para permanecer legalmente en el país.

Miembros de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (Canada Border Services Agency) pasan junto a una tienda de campaña que alberga a solicitantes de asilo en la frontera entre Canadá y Estados Unidos en Lacolle, Quebec, el 10 de agosto de 2017.

Para este año, el Gobierno de Canadá incrementó el presupuesto de la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos en 7.5 millones de dólares adicionales para asegurarse de que una vez que un solicitante de refugio rechazado haya agotado todas las vías legales de apelación, y se cumplan todos los requisitos administrativos, esta persona pueda ser expulsada de Canadá lo más rápidamente posible.

Janet Dench, directora ejecutiva del Consejo Canadiense para los Refugiados, dijo que es de esperar que a medida que aumente el número de solicitantes de asilo, también aumente el número de expulsiones. Sin embargo, Dench declaró que en el pasado el establecimiento de objetivos arbitrarios dio lugar a órdenes de expulsión que no tenían en cuenta factores humanitarios apremiantes.

La Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos dijo que tiene establecidas sus prioridades para las expulsiones. Los casos relacionados con la seguridad nacional, la delincuencia organizada, los crímenes de lesa humanidad y otros actos delictivos, así como los casos de solicitantes de asilo rechazados que llegaron al país de forma irregular tienen la máxima prioridad. Después de este grupo, la prioridad secundaria para la deportación es otorgada a los casos de otros solicitantes de refugio fallidos, seguidos por personas inadmisibles en Canadá, incluyendo aquellos que se han quedado más allá de lo que les permite su visa de viaje, de trabajo o de estudiante.

Dench dijo que bajo un sistema de cuotas, los agentes de los servicios fronterizos tienden a concentrarse en las expulsiones más fáciles, como las familias y los solicitantes de refugio rechazados y dejan de lado los casos más difíciles, como los de personas con antecedentes criminales, que tienden a requerir un mayor número de agentes para cada caso.

Las nuevas instrucciones para la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos señalan que este organismo está trabajando en un plan de acción para mejorar la integridad de los datos y la precisión de la información en el sistema de expulsiones, con actualizaciones sobre los arrestos, los resultados de las audiencias y las personas que abandonaron Canadá voluntariamente o recibieron el estatus de refugiados.

Más de 10.000 solicitantes de asilo fueron detenidos por la Real Policía Montada del Canadá en los primeros seis meses de 2018. Foto: Reuters/Christinne Muschi

Un sondeo de opinión llevado a cabo por el Instituto Angus Reid en agosto pasado sugirió que dos de cada tres canadienses creen que la llegada de solicitantes de asilo a Canadá es una «crisis», y que eso podría tener repercusiones políticas para el gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau.

Otra encuesta realizada por la misma empresa, hecha pública ese mismo mes, indicó que casi la mitad de los encuestados quiere una reducción del número de inmigrantes que llegan a Canadá.

El Instituto Angus Reid encontró que el 49 por ciento de los canadienses deseaba que el objetivo del gobierno federal de recibir 310.000 inmigrantes en 2018 sea reducido. En comparación, en 2014 solamente el 36% de los canadienses quería una reducción.

Otros estudios han encontrado puntos de vista positivos sobre los niveles de inmigración a Canadá. Una encuesta del Instituto Environics publicada en marzo encontró que seis de cada 10 canadienses no estaban de acuerdo con la declaración negativa «en general, hay demasiada inmigración en Canadá», en comparación con un tercio que sí estuvo de acuerdo.

Fuentes: E. Dyer/CHBC/RCI

Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional
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