El presidente estadounidense Donald Trump (Chip Somodevilla / Getty Images)

Debido a Trump, el carácter de Estados Unidos se reflejará en la votación del martes

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Como pocas veces en el pasado, los canadienses están siguiendo con mucha atención la actual campaña electoral estadounidense de mitad de mandato. Están en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 escaños del Senado de los Estados Unidos. También están en juego 39 gubernaturas estatales y territoriales, así como numerosas otras elecciones estatales y locales.

Los canadienses han sido testigos de la prepotencia de Donald Trump cuando Canadá fue obligado a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. A esto se suman los constantes y virulentos ataques del presidente estadounidenses contra la prensa y los periodistas. Esto sin mencionar los estragos de sus políticas inmigratorias, comerciales o medioambientales.

Por estas razones, la prensa canadiense tiene los ojos puestos en esa campaña electoral estadounidenses. Tony Burman, ex director de noticias del difusor público canadiense CBC y de la red informativa Al Jazeera en inglés, publicó recientemente en el periódico Toronto Star una columna de opinión al respecto.

El Capitolio en Washington, sede del Congreso de los Estados Unidos, compuesto por el Senado y la Cámara de Representantes. Foto: Reuters/Yuri Gripas

En su artículo, Burman señala que mucha gente en Estados Unidos considera que estas elecciones de mitad de período son las más importantes en la historia moderna en ese país, y probablemente tienen razón.

Hay al menos dos razones para ello, y las consecuencias del voto serán enormes. La primera es que todo indica que los votantes estadounidenses utilizarán estas elecciones para sancionar y tratar de frenar el desastroso comportamiento de Donald Trump.

La segunda razón es que la votación despeja el camino para el enfrentamiento final entre el presidente Trump y el asesor especial Robert Mueller.

El 17 de mayo de 2017, Robert Mueller fue nombrado asesor especial del Departamento de Justicia de Estados Unidos, encargado de supervisar la investigación sobre «cualquier vínculo y/o coordinación entre el gobierno ruso y los individuos asociados con la campaña del presidente Donald Trump, y cualquier asunto que surgió o pueda surgir directamente de la investigación».

Esto significa que el capítulo más fatídico de la caótica presidencia de Trump está a punto de comenzar.

Robert Mueller está a cargo de la investigación del caso Trump-Rusia. (Saul Loeb/AFP/Getty Images)

Todos recordamos lo sorprendente que fue el triunfo de Trump en 2016, pero también olvidamos fácilmente lo mínima que fue esa victoria, recuerda el columnista canadiense Tony Burman en las páginas del Toronto Star.

Además de perder el voto popular frente a la candidata Hillary Clinton por tres millones de votos, fueron sólo 79.646 votos en tres estados indecisos, esto entre más de 120 millones de votos emitidos en todo el país, los que le dieron la victoria a Trump a través de los mecanismos del Colegio Electoral.

Los factores que en 2016 le dieron la ventaja a Trump, que fueron en parte la estupidez y la indiferencia de muchos votantes estadounidenses, ya no parecen resonar en el panorama político de 2018.

En 2016, los canales de noticias de Estados Unidos trataron la candidatura de Trump más bien como un entretenimiento para estimular sus ganancias, hasta que fue demasiado tarde. La campaña de la demócrata Hillary Clinton fue complaciente y poco inspiradora.

Solamente el equipo de Trump detectó el miedo y la ansiedad que se sentían en el corazón industrial de Estados Unidos. Pero eso fue entonces. Las condiciones son diferentes ahora, sostiene el columnista del Toronto Star.

Un migrante hondureño sostiene un letrero que dice en español:’Donald Trump. No somos delincuentes». (Ueslei Marcelino/Reuters)

En la actual campaña, un Trump desesperado está demonizando a los inmigrantes y refugiados para atraer a su base electoral, pero esto ha disgustado a la mayoría de los estadounidenses. Trump parecía perturbado en una semana que, incluso para los estándares estadounidenses, él fue inusualmente amargo y violento.

Primero, se detectó una serie de bombas enviadas por uno de los partidarios más extremistas de Donald Trump a los oponentes políticos de mandatario republicano, incluyendo explosivos enviados a dos ex presidentes demócratas.

Luego se produjo la masacre de 11 personas en una sinagoga de Pittsburgh cometida por un antisemita que denunciaba a los inmigrantes como «invasores».

En su rol designado de «consolador en jefe» del país, el tratamiento que Donald Trump dio a estas tragedias fue torpe y vanidoso. Para muchos estadounidenses, las elecciones de mitad de período de esta semana se han convertido no sólo en un referéndum sobre la presidencia de Trump, sino también en un momento histórico en el que el carácter de Estados Unidos se jugará en la papeleta de votación.

A medida que se acercaba el fin de semana final de la campaña, el consenso de las encuestas indicaba que los republicanos de Trump probablemente perderán el control de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, pero mantendrán una pequeña mayoría en el Senado.

Asumiendo que los demócratas logren controlar la Cámara de Representantes, eso pondrá una presión considerable sobre Trump mientras se acerca a la etapa final de su mandato.

Una de las primeras tareas será la investigación de Robert Mueller sobre los vínculos rusos de Trump que, de una forma u otra, parece que llegará a su clímax en las próximas semanas.

Se espera que Trump intente este mes varios cambios de alto nivel en el Departamento de Justicia, incluyendo deshacerse del Procurador General, Jeff Sessions, y su ayudante Rod Rosenstein, quien supervisa la investigación de Mueller. El objetivo de Trump, que es evidente para todos, será poner fin o limitar drásticamente el trabajo de Robert Mueller.

Grupos neonazis y los supremacistas blancos como el Klu Klux Klan se identifican con la retórica y las políticas de Donald Trump. (Jonathan Ernst/Reuters)

Después de la elección del martes, es probable que haya una Cámara de Representantes controlada por los demócratas que se opondrá a las intenciones de Trump.

A medida que este panorama toma forma, hay cada vez más especulaciones de que el propio Mueller comenzará a actuar con mayor determinación contra Donald Trump, su familia y su equipo.

¿Quién iba a pensar que los dos primeros años caóticos de la presidencia de Trump serían recordados en la historia como un mero preludio al verdadero drama, que está a punto de comenzar?, escribe finalmente Tony Burman en el periódico Toronto Star.

Categorías: Internacional, Política
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