Las mujeres jóvenes aprenden habilidades, como la preparación de alimentos, en el Centre D'Apprentissage Feminin en Bamako, Mali, en junio de 2018. La escuela es financiada por la ONG canadiense Éducation internationale. (Sean Kilpatrick / Canadian Press)

Canadá experimenta un nuevo modelo de ayuda extranjera: dar efectivo directamente a las personas pobres

Canadá está experimentando un nuevo método para gastar millones de dólares en ayuda externa: entregar efectivo directamente a las personas en países afectados por la pobreza o en guerra, dijeron dos altos funcionarios de Global Affairs Canadá.

Global Affairs, el departamento gubernamental responsable del presupuesto anual de ayuda de Canadá de $ 5.6 mil millones, no pudo estipular de cuánto dinero está gastando Canadá en transferencias directas de efectivo.

Pero en entrevistas con expertos, incluidas las organizaciones benéficas que reciben dinero de Global Affairs para programas de transferencia de efectivo incondicionales, así como una revisión de los compromisos de financiamiento de la ONU y los grupos de ayuda, muestran que el gobierno ha gastado decenas de millones de dólares anualmente en estos programas.

«Las transferencias directas de efectivo se han convertido en un elemento clave de la respuesta humanitaria y el desarrollo en los últimos dos o tres años», dijo uno de los dos altos funcionarios de asistencia humanitaria de Global Affairs que hablaron por teléfono con CBC News, a condición de que no sean citados por su nombre.

«Es mucho más eficiente brindar asistencia de esta manera. No hay intermediarios para decidir cuáles son las necesidades. En los proyectos humanitarios, se está considerando el enfoque a privilegiar ahora».

Nyatlak Nyiet, de 30 años, refugiada de Sudán del Sur que ahora vive en Etiopía con sus hijos, recibe transferencias de efectivo del grupo de ayuda Oxfam bajo un programa financiado por el gobierno canadiense. (Hohetemisrak Samuel / Oxfam)

Más eficiente

Los funcionarios dijeron que el dinero se está gastando en alrededor de tres docenas de países, aunque no pudieron proporcionar un desglose completo, ya que las transferencias de efectivo directas generalmente se entrelazan con otros programas de ayuda.

Los refugiados en Jordania y Etiopía son algunas de las personas que reciben asistencia monetaria de los canadienses, dijeron las autoridades.

Los partidarios de dar efectivo directamente a las personas pobres en el extranjero dijeron que las transferencias ayudan a reducir los gastos generales al eliminar a los consultores de ayuda extranjera de alto precio, los costos de envío y parte de la burocracia.

Asimismo dijeron que los beneficiarios, especialmente las mujeres, saben lo que necesitan más que los expertos externos. Y dar dinero a las personas, especialmente a los refugiados, para comprar su propia comida, ropa y otros artículos esenciales ayuda a estimular las economías locales en los países receptores. También tiene el potencial de reducir la animosidad local hacia los recién llegados.

Puntapié inicial

Los críticos dijeron que no hay datos suficientes sobre esta estrategia para evaluar adecuadamente su efectividad a largo plazo para reducir la pobreza y ayudar a los países pobres a desarrollarse.

«Este tipo de cosas es bueno como un arranque rápido, casi como un salto, pero no como una escalera para sacar a la gente de la pobreza», dijo Aniket Bhushan, profesor de la Universidad de Carleton que dirige la Plataforma Canadiense de Desarrollo Internacional, un grupo de investigación enfocado en políticas de ayuda.

«La verdadera pregunta es la sostenibilidad: ¿qué pasa después del hecho?»

En cuanto a la reducción de la burocracia y los gastos generales, dijo, los gobiernos y las grandes agencias de ayuda aún necesitan enviar a sus expertos para establecer, administrar y evaluar los programas.

Las transferencias de efectivo no «ofrecen un cortocircuito suficiente para aumentar la eficiencia», dijo Bhushan.

Otros cuestionan si se deben regalar más dólares de impuestos canadienses en el extranjero. Según una encuesta de Angus-Reid publicada en marzo, el 72 por ciento de los canadienses cree que el país está gastando ya sea demasiado o la cantidad correcta en ayuda externa. Sólo el 28 por ciento apoya un aumento.

Aun así, los grupos de ayuda dijeron que el nuevo modelo ha sido bien recibido.

«No he encontrado ninguna reacción política sobre los desembolsos de efectivo», dijo Gregory Queyranne, gerente de la unidad humanitaria de Oxfam Canadá.

«Si está distribuyendo efectivo, ahorra en los gastos generales, y la realidad es que si quiere obtener un impacto, debe incluir efectivo en sus enfoques».

Funcionarios del gobierno reconocen que hay muchos casos en los que las transferencias directas de efectivo no funcionan. Después de un gran terremoto, por ejemplo, a menudo no hay alimentos o medicamentos disponibles para comprar en medio de los escombros, incluso si las víctimas tienen dinero.

«Dar dinero a las personas para obtener servicios de salud en ausencia de servicios de salud no ayuda demasiado», dijo un funcionario de Asuntos Globales.

Lo mismo es cierto para las zonas de conflicto. En el norte de Mali, donde las tropas canadienses están trabajando en una misión de paz de la ONU, «los mercados a menudo no existen», dijo el funcionario, por lo que las transferencias de dinero no serían efectivas. Allí, el gobierno está entregando ayuda tradicional.

CBC/C.Arsenault 

Categorías: Inmigración y Refugiados, Internacional, Política
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