Christine Girard con sus medallas de Oro y Bronce el lunes 3 de diciembre 2018, en Ottawa. (THE CANADIAN PRESS/Adrian Wyld)

Atleta canadiense recibe sus dos medallas olímpicas 10 años más tarde

La atleta canadiense, originaria de la provincia de Quebec, Christine Girard, se convirtió oficialmente el pasado mes de abril en la primera ganadora de una medalla de oro olímpica en halterofilia de toda la historia canadiense por su actuación durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 en la categoría de 63 kilos.

Medalla de Oro y Campeona olímpica de la categoría de 63 kilos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012: Christine Girard!

La historia es casi de película y para comprenderla mejor, digamos que en 2017, las pruebas antidopaje para una substancia prohibida utilizada por la halterófila rusa Svetlana Tzarukaeva fueron positivas.

Y como a Tzarukaeva -que había ganado la medalla de plata en esos juegos- se le había entregado la medalla de oro, porque las pruebas antidopaje de la campeona kazaja Maiya Maneza resultaron positivas a fines de 2016, resulta que la atleta canadiense que había ganado la medalla de bronce, terminó finalmente con la medalla de oro. Un poco manoseada ya por las atletas kazaja y rusa, pero bien merecida igual.

Una situación que Christine Girard ya había vivido antes, porque en los Juegos de Pekín en 2008, ella había terminado en cuarto lugar. Pero a finales de 2016, se le entregó la medalla de bronce, ya que se descalificó a la ganadora de la medalla de plata, la kazaja Irina Mekrassova por utilización de substancias prohibidas.

Christine Girard durante la competencia de levantamiento de pesas en la categoría 63 kg, en los Juegos Olímpicos de verano en Londres el martes 31 de julio 2012. (THE CANADIAN PRESS/AP/ Hassan Ammar)

Las medallas de Christine les fueron entregadas este lunes 3 de diciembre en una ceremonia organizada por el Comité Olímpico Canadiense en el Centro Nacional de Artes de la ciudad de Ottawa. Pero aunque se corrija la situación ¿es acaso lo mismo recibir sus medallas 10 años después? Christine Girard.

No es lo mismo, pero...

Seguro que no es lo mismo. Seguro que mi vida habría sido verdaderamente diferente si hubiera recibido la medalla de bronce en Pekín por ejemplo. Porque hubiera sido la primera medallista del equipo canadiense. La única medalla durante 3 días. Seguro que la atención mediática y todo lo que me hubiera podido beneficiar durante los 4 años siguientes antes de Londres, hubiera sido muy diferente.

Pero ayer, ella dice que tuvo la suerte de vivir esa ceremonia con todos los miembros de su familia incluyendo a sus 3 hijos, amigos y personas con la que se entrenó. Y eso no hubiera podido vivirlo con ellos en Londres. “Fue un momento íntimos y verdaderamente mágico”, dice Christine.

Pero el camino desde entonces hasta ayer, cuando se le entregaros sus medallas, 10 años después, fue largo y lleno de escollos entre los cuales hubo un período depresivo.

Años difíciles

Los 4 años entre 2008 y 2012 fueron verdaderamente difíciles. Depresión, burn out, cambié 5 veces de entrenador. Fue muy difícil. Me entrené en toldo para carros, que mi papá transformó en una especie de garaje poniéndole puertas, con poca calefacción. Seguro que esos 4 años hubieran sido muy influenciados por una medalla de bronce porque habría contado con más apoyo y probablemente que me hubiera entrenado al menos en un garaje con calefacción.

Christine Girard, campeona olímpica. (THE CANADIAN PRESS/Adrian Wyld)

La atleta canadiense sabía de alguna forma que el dopaje existía en su deporte, por confidencias de atletas de ciertos países donde el dopaje es sistemático y no tenían otra alternativa que hacerlo. Ella dice que siente cierta simpatía por esos atletas porque cuando el dopaje está institucionalizado en un deporte, a ese nivel, el fenómeno va más allá de las decisiones personales.

Esos atletas vivían de su deporte y para alimentar a sus familias tenían que consumir lo que su equipo médico les daba sin hacer preguntas. Ni siquiera sabía qué estaban consumiendo.

Sin resentimientos

No guardo ningún resentimiento contra las chicas que estaban delante de mí y que fueron atrapadas. Pero quiero hacer avanzar la causa del deporte limpio a nivel internacional y mostrar a ciertos países que no es cierto que uno no necesite doparse para llegar a un alto nivel. A mi faltaba solo un kilo para la medalla de plata en Londres.  Entonces, yo era capaz de ser verdaderamente competitiva a un alto nivel sin doparme.

Mi rabia no era contra las atletas sino contra los países que no creen que se pueda ser un gran atleta sin doparse. Mi objetivo es tratar de cambiar esas creencias a nivel internacional y espero que mi historia y mis medallas me permitan hacerlo.

La atleta olímpica canadiense Christine Girard posa con sus dos medallas y sus tres hijos en Ottawa el lunes 3 de diciembre 2018. (THE CANADIAN PRESS/Adrian Wyld)

Christine Girard está convencida que la lucha contra el dopaje debe continuar y que en ciertos países se necesita directamente un cambio de cultura y eso toma tiempo y apoyo.

Ella está convencida que el papel de Canadá a ese nivel, que siempre ha estado a la vanguardia en la lucha contra el dopaje es de mostrar por el ejemplo que sí es posible lograrlo y que su historia viene simplemente a confirmar esa teoría.

La ministra canadiense de Deportes, Kirsty Duncan, que se encontraba presente en Ottawa para la entrega de las medallas, afirma que esto demuestra que el sistema funciona y que quizá tomó un poco más de tiempo pero que Christine recibió finalmente sus medallas.

Christine Girard se encuentra ahora, con Dylan Armstrong (atletismo, Pekín 2008) y Becky Scott (esquí de fondo, Salt Lake City 2002) entre los atletas olímpicos canadienses en haber recibido sus medallas debido a una reclasificación después de una infracción a las reglas antidopaje.

Alain Gravel entrevistó a Christine Girard

RCI/lapresse.ca/La Presse Canadienne/Internet

Categorías: Deportes, Internacional
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