El profesor Simon Granovsky-Larsen, quien enseña en el Departamento de Ciencias Políticas en la Universidad de Regina, en la provincia de Saskatchewan, dedica parte de su trabajo académico a las relaciones económicas entre Canadá Y Guatemala.
Sus investigaciones sobre Guatemala abarcan la evolución de los movimientos sociales, la violencia política, el proceso de transición post-conflicto tras los acuerdos de paz firmados en 1996 entre el gobierno de Guatemala y las guerrillas, además del rol de las industrias extractivas en ese país centroamericano.
Su más reciente proyecto, «La militarización del mega-desarrollo en Guatemala», mapea y teoriza el modelo represivo utilizado para hacer cumplir proyectos extractivos a gran escala (minería, hidroelectricidad, agroindustria), con un enfoque en la interacción entre empresas privadas y grupos armados no estatales.
Entre los elementos que surgen de su trabajo, Simon Granovsky-Larsen señala que el actual modelo económico neoliberal no puede ser implementado sin recurrir a la violencia.
El académico añade que otros conflictos en distintas partes del mundo, como en las Filipinas, en Colombia, Guatemala y el propio Canadá, no están desconectados ya que serían un reflejo de las condiciones de implementación de un mismo modelo de explotación de recursos.
Entrevistado por Radio Canadá Internacional, Simon Granovsky-Larsen, puso como ejemplo de la violencia como herramienta de aplicación de un modelo económico neoliberal la reciente operación de la Policía Federal canadiense que desmanteló un campamento indígena en territorio de la Primera Nación Wet’suwet en la provincia de Columbia Británica, que se opone a la construcción del gasoducto Costal GasLink, de la compañía petrolera TransCanada, en sus tierras ancestrales y no cedidas.
Dese su perspectiva, y tomando en cuenta que Canadá es uno de los principales actores en la explotación minera en América Latina, es necesario que estas compañías cumplan con las leyes canadienses que protegen tanto el medioambiente como a las comunidades.
El profesor Simon Granovsky-Larsen también destaca que los tribunales canadienses deben ser el lugar donde los afectados por las operaciones de las empresas canadienses en Guatemala pueden acudir a buscar justicia.
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