60 recién nacidos participaron en la investigación, la mitad de Gambia, en África Occidental, la otra mitad de Papua Nueva Guinea. Photo : Getty Images / ERproductions Ltd

Nueva técnica de investigadores canadienses revela importantes datos de la primera semana de un recién nacido

Los bebés recién nacidos pueden parecer terriblemente frágiles. Pero incluso en la primera semana de vida, las defensas críticas contra las infecciones y las enfermedades empiezan a activarse. Ahora investigadores canadienses han ayudado a descubrir algunos de los misterios de ese desarrollo temprano. Y eso podría ayudar a otros bebés a mantenerse saludables.

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La biología de sistemas puede desentrañar la biología compleja, pero no se ha aplicado extensivamente a los recién nacidos humanos, un grupo altamente vulnerable a una amplia gama de enfermedades.

La primera semana de la vida de un recién nacido es la época del cambio biológico más rápido en la vida a medida que el bebé se adapta a vivir fuera del útero, repentinamente expuesto a nuevos desafíos, como bacterias, infecciones , virus y el peligro de contraer una meningitis, por ejemplo. Sin embargo, sorprendentemente poco se sabe acerca de estos primeros cambios.

En Canadá, los bebés reciben sus primeras vacunas de forma rutinaria a los dos, cuatro y seis meses de edad El microbiólogo Bob Hancock de la Universidad de Columbia Británica dice que esta investigación podría proporcionar pistas para saber si se debe vacunar antes a los bebés . (iStock)

Un equipo de investigación internacional co-dirigido por la Universidad de Columbia Británica, UBC, ha sido pionero en una técnica para obtener enormes cantidades de datos de una pequeña cantidad de sangre del recién nacido, menos de un cuarto de cucharadita, que permite el análisis de datos más completo hasta el momento.

La técnica, descrita en una nueva investigación publicada en Nature, revela cambios moleculares en la primera semana de vida del recién nacido, incluidos los genes que se activan, las proteínas que se producen y cómo cambia el metabolismo. Los hallazgos establecen un camino de desarrollo común para la primera semana de vida de un recién nacido, proporcionando una línea de base para mejorar la comprensión de la salud del recién nacido y, en particular, el impacto de las vacunas.

Una muestra minúscula que revela un gran conocimiento.

Los esfuerzos anteriores para recopilar datos sobre el desarrollo del recién nacido se han visto limitados por el desafío de obtener una muestra de sangre suficientemente grande de un pequeño recién nacido.

El equipo superó este desafío desarrollando métodos que minimizan la cantidad de sangre necesaria, y luego analiza los datos complejos con un software sofisticado.

«Encontramos miles de cambios durante la primera semana de vida, incluidos los cambios en la expresión génica y los componentes de la defensa inmunitaria, como los interferones, la función de los neutrófilos y las vías del complemento», dijo Casey Shannon, coautora y bióloga computacional en el Centro PROOF en Vancouver.

El equipo de Bob Hancock en UBC fue pionero en una técnica de análisis de sangre que arrojó grandes datos con menos de un cuarto de una cucharadita de sangre.

«Contrariamente a la biología relativamente constante que vemos en adultos sanos, encontramos que la primera semana de vida de los recién nacidos es altamente dinámica. A través de análisis computacionales avanzados de diversos datos de esta pequeña muestra de sangre, descubrimos cambios biológicos dramáticos en los recién nacidos, pero estos cambios moleculares también siguen un patrón de desarrollo común y altamente interconectado».

– Robert Hancock, uno de los autores principales del estudio y Presidente de Investigación en Salud y Genómica de Canadá en la UBC

La investigación

Para obtener información de los bebés en sus primeros días, los investigadores observaron a dos grupos de ellos en diferentes partes del mundo.

60 bebés fueron analizados de los cuales la mitad en Gambia, en África Occidental, la otra mitad en Papua Nueva Guinea.

Tras obtener el consentimiento de las madres , ellas fueron sometidas a pruebas de detección de VIH-I y -II y hepatitis B con positividad para cualquiera de los virus que representan un criterio de exclusión. Los criterios de inclusión fueron un bebé de apariencia saludable según lo determinado por el examen físico, nacido por parto vaginal en edad gestacional de no menos de 36 semanas.

Los investigadores compararon 2 pequeñas muestras de sangre, en el nacimiento  y al final de la primera semana de vida.

Bob Hancock y su equipo de la Universidad de Columbia Británica que  realizó el trabajo de la sangre,  son pioneros en la técnica que logró obtener tanta información de una muestra tan pequeña. Eso revelaba algunas pistas fascinantes sobre los recién nacidos.

Poco importaba de dónde eran, los cambios ocurrieron de la misma manera y al mismo tiempo con todos los bebés.

Vimos un aumento en su capacidad para resistir infecciones, que es la mayor amenaza para un bebé durante la primera semana de vida.

La investigación podría brindarles a los médicos nuevas formas de proteger a los recién nacidos en aquellos primeros días.

Incluyendo pruebas más específicas realizadas al nacer para determinar qué bebé puede enfermarse. También podría proporcionar pistas sobre cuándo se debe vacunar a los bebés.

Realmente nos gustaría saber más sobre si podemos comenzar a aplicar esas vacunas antes en los bebés para darles una mejor oportunidad de combatir las enfermedades devastadoras que las vacunas protegen.

– Bob Hancock de la Universidad de Columbia Británica

Con la esperanza de ofrecer a los más vulnerables una oportunidad de luchar desde el principio en sus vidas.

Un equipo internacional

Los investigadores dicen que este estudio no hubiera sido posible sin la colaboración internacional entre expertos en sus respectivos campos.

Los participantes incluyeron científicos de la UBC, la Agencia de Cáncer de Columbia Británica, el Hospital de Niños de BC, el Centro para la Innovación del Pulmón Cardíaco (HLI, por sus siglas en inglés) en el Hospital St. Paul’s y el Centro de Excelencia PROOF. El estudio también involucró a investigadores del Boston Children’s Hospital, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Unidad del Consejo de Investigación Médica – Gambia, el Instituto de Investigación Médica de Papua Nueva Guinea, la Universidad de Melbourne y la Universidad de Australia Occidental.

RCI con información de la Universidad de Columbia Británica-CBC,Kas Roussy –Nature

Categorías: Salud
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