«Les pieds en haut: Mathys, una experiencia de realidad virtual» permite al espectador una inmersión por unos instantes en la sensibilidad de un personaje autista, para comprender mejor su manera de ver el mundo.
Las creadoras de proyecto, Martine Asselin y Annick Daigneault, son dos artistas de los medios de comunicación y madres de niños autistas que decidieron poner su creatividad al servicio de la causa, para fomentar la empatía y facilitar el diálogo entre personas con y sin autismo. Quieren promover la inclusión.
A lo largo de los años, las dos artistas recopilaron testimonios de muchas personas viviendo con el trastorno del espectro autista. A partir de esos testimonios, construyeron un personaje autista ficticio, Mathys.
Pero, hay tantas maneras de ser autista como de ser humano, por eso el enfoque de este proyecto documental es presentar matices sobre este fenómeno. La realidad virtual de Mathys fue creada a partir de la personalidad, intereses específicos y particularidades sensoriales de su personaje.
En este video podrá ver a Mathys y al mundo como lo ve Mathys a través de imágenes inmersivas. Además podrá escuchar extractos de una conversación que RCI tuvo con Martine Asselin.
La relación con el mundo de una persona con estas características es necesariamente especial.
Dependiendo de la situación, el entorno puede convertirse rápidamente en una fuente de ansiedad o sobreestimulación sensorial para las personas autistas (que puede llevar en casos extremos a una crisis), o una fuente de inmensa fascinación, haciendo que uno se olvide de todo lo demás.
Estas son las características que inspiraron a las directoras de «Les pieds en haut» en la creación de su trabajo de realidad virtual.
Nuestro trabajo es una adaptación libre, personal, artística y onírica que evoca el universo perceptivo distinto y sensible en el que nuestros hijos y muchos otros evolucionan diariamente. No pretendemos ser científicamente rigurosos. Tampoco es un trabajo didáctico. El objetivo es crear una obra que se inspire en los retos y momentos de gracia que la vida cotidiana puede representar para las personas con autismo, revisitados por nosotros, que no somos autistas. Sin embargo, estamos trabajando en colaboración con Louis-François Archambault-Therrien, un joven artista al principio de su carrera diagnosticado con autismo, cuya visión y pensamientos enriquecen nuestro enfoque.Martine Asselin y Annick Daigneault, codirectoras del proyecto
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