En Nigeria, un atentado frente a un bar en el que una multitud se había reunido anoche para ver en pantalla gigante el partido de Brasil contra México, dejó un saldo de 21 muertos y 27 heridos.
La explosión tuvo lugar apenas 15 minutos después del inicio de este partido que se jugó en Fortaleza, indicó el jefe de policía del estado de Yobe, Sanusi Ruf’ai.
Testigos afirman que una bomba había sido disimulada en una bicitaxi, pero otros afirman que un kamikaze activó una carga explosiva.
La bomba explotó en Damaturu, la capital del estado de Yobe, donde los islamistas del movimiento Boko Haram están presentes.
Hasta el momento, nadie ha reivindicado el atentado, pero se sospecha de su autoría al grupo islamista Boko Haram.
Este movimiento denuncia el fútbol como una perversión occidental que trata de alejar a los musulmanes de la religión.
El fútbol es el deporte nacional de Nigeria, donde la población sigue con fervor los encuentros del Mundial de Brasil, que debería congregar durante los encuentros a numerosos nigerianos, que apoyan a las Águilas, el equipo nacional vencedor de la última Copa de África.
Temiendo otros ataques de este tipo, el gobierno nigeriano desaconsejó las reuniones en los lugares públicos para ver los partidos del Mundial. Y desde ya, muchos aficionados han decidido quedarse en sus casas por precaución.
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