Los empresarios de la región también han señalado que los pescadores corren el riesgo de sufrir perjuicios económicos a causa de los cambios llevados a cabo por el Gobierno federal en el Programa de trabajadores temporales extranjeros.
Los pescadores en los alrededores del Estrecho de Norththumberland ya han comenzado a instalar sus jaulas para atrapar las langostas de mar, ya que está comenzando en Canadá la temporada de pesca de este apetitoso marisco.
El Estrecho de Northumberland es un largo estrecho marítimo situado al sur del Golfo de San Lorenzo, en la costa atlántica de Canadá. Se encuentra entre las provincias de Nuevo Brunswick, Nueva Escocia y la Isla del Príncipe Eduardo.
La pregunta que se hacen los pescadores es saber si las plantas procesadoras de marisco y pescado van a tener la suficiente mano de obra como para procesar cantidades de langostas de mar o escamar, cortar los filetes de pescado y empacarlos.
Mike Duffy, gerente general de la compañía pesquera North Nova Seafood, dice que hizo grandes esfuerzos para contratar a trabajadores canadienses del lugar, sin mayores resultados.
El trabajar en una planta pesquera no es un oficio bien pagado, y es además un trabajo físico duro. Ocho o más horas de pie en un lugar refrigerado, con un filoso cuchillo en la mano, destripando y cortando filetes de pescado. En general los canadienses nacidos en el país lo piensan dos veces antes de tomar un empleo de esta naturaleza.
Los salarios en este sector de trabajo temporal se sitúan entre 11 a 25 dólares por hora. Es decir que son salarios bajos que no pueden competir con lo que pagan en el sector petrolero en las provincias del oeste de Canadá.
Es por esta razón que el año pasado, de los 157 trabajadores laborando en esta planta de procesamiento de pescado, North Nova Seafood, cien eran trabajadores extranjeros temporales.
De acuerdo a los nuevos límites impuestos por el gobierno federal canadiense para el uso de la mano de obra temporal extranjera, Mike Duffy puede hacer venir al país a sólo 47 trabajadores temporales extranjeros.
Es en este contexto que el volumen de langostas de mar recogidas por la industria pesquera ha estado aumentando a tal punto que el año pasado algunas plantas procesadoras en las provincias Marítimas se vieron en la imposibilidad de procesar los volúmenes de pesca disponibles y tuvieron que pedirles a los pescadores que reduzcan la cantidad de langostas de mar que recogían de las frías aguas del Atlántico canadiense.
Si ese era el panorama el año pasado, es probable que la falta de mano de obra para la temporada actual ocasione que los pescadores tengan que reducir sus volúmenes de pesca, con el consiguiente perjuicio económico en este sector. Eso es lo que cree Jerry Amirault, de la Asociación de procesadores de langostas de mar.
Finalmente, este cuadro de falta de brazos para trabajar también refleja la caída demográfica de la región. El Consejo Económico del Atlántico informó a principios de este año que en los últimos 15 años, las provincias del Atlántico han perdido un 30 por ciento de su población de entre 20 y 30 y años, una cohorte de personas consideradas en la mejor edad para trabajar.
Lo que los empresarios pesqueros de la región quieren es que Ottawa ponga una moratoria a las nuevas medidas que restringen el acceso a los trabajadores temporales extranjeros. Ellos también quieren ser tratados igual que el sector de industria agrícola.
Los agricultores pueden contratar trabajadores temporales extranjeros cuando no pueden encontrar mano de obra local, una práctica que el gobierno federal no ha modificado a la hora de reformar el programa de trabajadores extranjeros temporales.
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