Mientras que hasta ahora no se ha filtrado nada con respecto a la detención de la profesora de la Universidad de Concordia, provincia canadiense de Quebec, Homa Hoodfar, en Irán, el gobierno de ese país se quejó de la inacción de Ottawa con respecto a una solicitud de extradición de uno de sus residentes.
Irán está presionando a Canadá, desde hace años, para que expulse a un banquero iraní refugiado en Toronto. Irán sospecha que este individuo está implicado en un escándalo financiero de más de 2 millones de dólares.
El Ministro de la Justicia de Irán volvió a hacer públicas sus recriminaciones hacia Ottawa a través de un artículo de la agencia iraní FARS, publicado este miércoles, el mismo día en que se dio a conocer a través de los medios el arresto de la profesora de la Universidad de Concordia.
El ministro Mostafa Pourmohammadi denunció la falta de cooperación del gobierno canadiense para hacer expulsar a Mahmmoud Reza Khavari, quien huyó de Irán en septiembre de 2011 para instalarse en Toronto.
El individuo obtuvo ya su ciudadanía canadiense.
Este miércoles, el ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Stéphane Dion, comentó el caso de la profesora Homa Hoodfar y admitió que las relaciones con las autoridades iraníes eran difíciles.
“Trabajamos con terceros países que son amigos y que nos ayudarán en estas circunstancias”, indicó Dion. “Harán todo por ayudarnos. Y haremos todo por ayudar a esta canadiense en dificultades”.
La profesora de sociología y antropología de la Universidad Concordia está acusada de “cooperar con un Estado extranjero contra la República Islámica de Irán”. La naturaleza exacta de las acusaciones contra ella no ha sido precisada, pero está confirmado que se encuentra actualmente detenida.
Esta especialista del papel de las mujeres en las sociedades musulmanas estaba en Irán durante las elecciones que permitieron a varias mujeres ocupar un lugar en el Parlamento. Se le conoce por sus investigaciones sobre el papel público de las mujeres y por sus obras sobre la sexualidad en las sociedades musulmanas.
Los agentes de los servicios de contra espionaje de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica la interceptaron en marzo, confiscaron su computadora, su teléfono portable y su pasaporte. Le advirtieron que no podría abandonar Irán para regresar a Canadá.
Las autoridades iraníes la liberaron bajo fianza y la interrogaron varias veces sin presencia de un abogado. Hasta que finalmente fue arrestada nuevamente hace tres días.
Su familia cree que se encuentra detenida en la prisión de Evin, donde se encuentran varios prisioneros políticos iraníes.
Desde el último arresto, las autoridades iraníes prohíben la visita de los miembros de la familia y de su abogado, e incluso le impiden recibir un medicamento contra la enfermedad neurológica de la que padece, la miastenia gravis.
Hooma Hoodfar tiene 65 años y detiene la triple nacionalidad canadiense, irlandesa e iraní.
Radio Canadá Internacional con informaciones de Éric Plouffe y de Alexandra Szacka de Radio-Canadá.
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