Mantener la vigilancia sobre cuándo un individuo radicalizado puede movilizarse para atacar, es la clave de la prevención.
– Stephanie Carvin, experta en terrorismo, Universidad Carleton
Los esfuerzos de la comunidad y el incremento de la inteligencia son fundamentales para detener los ataques de inspiración yihadista en espacios civiles, dicen los expertos.
El ataque de este fin de semana en la capital de Gran Bretaña, donde los terroristas atropellaron con una furgoneta a una multitud de peatones en el Puente de Londres antes de lanzarse a apuñalar a la gente, es el último realizado con mucha facilidad en un espacio público.
El número de víctimas puede ser menor que en un ataque a gran escala y altamente orquestado, usando aviones o grandes bombas, pero ataques como éste crean un miedo máximo con mucho menos esfuerzo.
Phil Gurski, director general de Borealis Threat and Risk Consulting y ex analista estratégico del CSIS, dijo que estas tácticas se utilizan porque «cualquier idiota» puede realizarla. Pero advirtió que sería un error ver el aparente aumento de estos incidentes como una tendencia o un cambio. En su lugar, él ve estos tipos de ataques como un método más, además de los ataques a gran escala que todavía se siguen planificando.
Gurski dijo que la mejor manera de detener los ataques es a través de una Inteligencia fuerte, vigilancia y vigilancia pública, y cree que Canadá cuenta con un marco relativamente sólido.
«Creo que los canadienses pueden sentirse seguros de que tenemos a la gente en el lugar que corresponde, saben cómo hacer investigaciones, saben cómo obtener órdenes judiciales federales y saben cómo interrumpir los complots», dijo.
Los límites de la prevención
Aunque las barreras físicas y el diseño de la infraestructura pueden ayudar a disuadir algunos complots, los atacantes más decididos encontrarán simplemente otro punto o una solución alternativa, dijo.
“Lo que hacemos es muy eficaz, pero a menos que quieras vivir en una sociedad en la que tienes que pedir permiso antes de respirar, debes reconocer que una persona muy determinada se saldrá con la suya, poco importa lo que hagas «, dijo.
La canadiense Christine Archibald fue una de las siete personas que murieron en el ataque del fin de semana en Londres.
El atentado fue perpetrado la noche del sábado, cuando una furgoneta atropelló deliberadamente a personas en el puente de Londres para dirigirse después hacia el cercano mercado de Borough, donde tres hombres con cuchillos apuñalaron indiscriminadamente a los peatones.
De los 48 heridos, 21 quedaron en estado crítico.
Un centro contra la radicalización
El gobierno federal liberal está gastando $ 35 millones en cinco años para establecer una oficina contra-radicalización en Canadá. El centro, que se espera que sea formalmente lanzado con un asesor especial en los próximos meses, liderará los esfuerzos para incrementar la investigación, coordinar los conocimientos especializados y movilizar a más comunidades.
Scott Bardsley, portavoz del ministro canadiense de Seguridad Pública, Ralph Goodale, dijo que el objetivo es hacer de Canadá un líder mundial en la lucha contra la radicalización, trabajando al mismo tiempo para desbaratar amenazas inminentes a la seguridad nacional.
«Si bien no hacemos comentarios sobre amenazas u operaciones específicas relacionadas con la seguridad nacional, podemos decir que los miembros canadienses de la seguridad nacional y el cumplimiento de la ley supervisan todas las amenazas potenciales y cuentan con medidas sólidas para abordarlas», le dijo al radiodifusor público BC News.
La clave es llegar a más comunidades
Stephanie Carvin, una experta en terrorismo de la Escuela Norman Paterson de Asuntos Internacionales de la Universidad de Carleton, en Ottawa, dijo que a medida que el ISIS pierde poder estimula a sus seguidores a perpetrar ataques de cualquier manera posible. Con un estilo cada vez más diverso de ataques y armas más rudimentarias, dijo, la participación comunitaria es la mejor esperanza para la prevención.
«Suena como una solución fácil, pero realmente no lo es», dijo. «Es una herramienta muy importante para el control de la lucha antiterrorista. Si tienes la confianza de la comunidad, la gente se presenta».
Dijo que los oficiales de policía, los maestros y los miembros de la comunidad deben reunirse para reportar el comportamiento sospechoso de personas potencialmente radicalizadas. La vigilancia las veinticuatro horas es costosa y desafiante, pero mantener la vigilancia sobre cuándo un individuo radicalizado puede movilizarse para atacar es la clave de la prevención, dijo.
RCI/CBC
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