El 30 de junio, durante una vigilia mundial por Nicaragua, en Montreal.

Nicaragua, un país en crisis

En Nicaragua, protestar pacíficamente, opinar, llevar la bandera del país, ser patriótico, marchar y decir que están en contra de un gobierno  se ha convertido en un delito. El gobierno ha demostrado que no tiene ningún interés en negociar. La violencia viene de ellos, porque son ellos los que han matado a más de 300 personas.

– Gabriela María Jiménez, del movimiento Nicaragüenses en Montreal

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Una vigilia el 18 de mayo en Montreal

La situación actual en Nicaragua tuvo su detonante el 18 abril con la introducción por parte del gobierno de reformas a la seguridad social.

Ese día, a solicitud del Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno de Daniel Ortega presentó un proyecto de reforma de pensiones con el objetivo de incrementar las contribuciones y al mismo tiempo reducir los beneficios en un 5%.

Eso hizo estallar una ola de protestas espontáneas en todo el país, con la participación de estudiantes principalmente, en sus inicios.

Luego se unieron otros grupos sociales.

Tras varios intentos de iniciar un diálogo nacional el gobierno del presidente Ortega desplegó a policías y grupos de partidarios fuertemente armados.

Aunque los paramilitares niegan que haya un número grande de víctimas cuando hablan con la prensa, los testigos y grupos de derechos humanos que han estado monitoreando los eventos dicen que más de 300 personas han muerto en incidentes separados.

Los nicaragüenses en Canadá están preocupados por sus familias y por la escalada de violencia que parece no tener fin.

Gabriela María Jiménez  es una de esas personas. Ella vive en Montreal y como parte del movimiento Nicaragüenses en Montreal está participando en movilizaciones pidiendo por el cese de las violencias y un cambio de gobierno en su país de origen.

Ella señala que la situación en Nicaragua es de terror y anarquía. Una situación que obliga a jóvenes y adultos que participaban en las protestas a huir porque temen por sus vidas.

Es un estado donde las personas viven aterrorizadas, hay una inseguridad grande, las personas ya no salen de sus casas. Están presos en sus casas.

Nicaragua hoy es un Estado de indefensa jurídica y humana, dice Jiménez, cuyas informaciones se basan en informes de la CIDH, de los contactos que mantiene con su familia que vive allí  y también de nicaragüenses que salieron del país.

El miedo que se instala…

La situación es tal que en Nicaragua, a los manifestantes y opositores al gobierno actual, dentro y fuera del país,  los llaman golpistas, terroristas.

“Yo estoy en Canadá, no corro ningún peligro, pero tememos por la seguridad de nuestros familiares”.

Y muchos nicaragüenses en Montreal evitan hablar y de participar más activamente, de ser vistos, porque de una u otra manera, sus familiares se sienten amenazados.

 …pero que no enmudece.

Desde hace unos dos meses después de que empezaron las protestas pacíficas en Nicaragua, hay un grupo de ciudadanos canado- nicaragüenses que se reúnen semanalmente. Las primeras veces organizaron protestas pacíficas también además de realizar vigilias. Luego se unieron con otro grupo de nicaragüenses, esta vez en la capital Ottawa, llevando a cabo eventos conjuntos en esa ciudad.

Ahora dice Gabriela Jiménez,  llevan a cabo actividades para recaudar fondos con el objetivo de comprar medicamentos porque los manifestantes que resultan heridos en las protestas no tienen asistencia médica.

Los nicaragüenses instalaron clínicas en las iglesias y es allí donde van las recaudaciones de Nicaragüenses en Montreal.

La oferta de diálogo del gobierno nicaragüense

El gobierno nicaragüense sostiene que la violencia es resultado de una estrategia golpista de ciertos sectores de la oposición.

Y que es por eso que, antes de hablar de posibles salidas a la crisis, como elecciones anticipadas, es necesario que cese toda la violencia, «venga de donde venga».

¿No había allí una oportunidad para terminar con  la violencia e iniciar un diálogo?

En Nicaragua, protestar pacíficamente, opinar, llevar la bandera del país, ser patriótico, marchar y decir que están en contra de un gobierno  se ha convertido en un delito. El gobierno ha demostrado que no tiene ningún interés en negociar. La violencia viene de ellos, porque son ellos los que han matado a más de 300 personas.

Gabriela María Jiménez agrega que un paso importante sería que el gobierno acepte su responsabilidad de lo que pasa en el país. El gobierno atacó a la iglesia católica, a las instituciones de derechos humanos. Que reconozca los reportes de la CIDH y de la OEA. Creo que deberían empezar por eso.

Hemos enviado cartas al gobierno canadiense solicitando que se pronuncie. Hemos tenido respuestas positivas de parte del gobierno. La ministra de relaciones exteriores Chrystia Freeland también se ha pronunciado. Y hasta que Nicaragua no recupere la paz seguiremos haciendo nuestra parte desde aquí.

Gabriela María Jiménez en Montreal

Canadá preocupado por la situación nicaragüense

La ministra de Relaciones Exteriores Chrystia Freeland, había dicho el mes pasado que Canadá observaba con preocupación  la violencia contra los civiles en ese país y que esperaba que prosperara el diálogo entre las partes.

“Acogemos con beneplácito el diálogo nacional en Nicaragua, que comenzó el 16 de mayo, y alentamos a todas las partes a que lo apoyen. La protección de los derechos y la seguridad de todos los nicaragüenses durante este diálogo será esencial para su éxito. Esperamos con interés la resolución de la crisis actual en Nicaragua a través del diálogo pacífico. Los derechos humanos del pueblo nicaragüense, incluyendo el derecho a reunirse y manifestarse pacíficamente, deben ser respetados”.Chrystia Freeland

Según informa hoy el diario El País, la represión de las fuerzas gubernamentales en Nicaragua ha dejado ya casi 400 muertos y señala que hay un éxodo de cerebros que huyen a Canadá, Estados Unidos, España y la vecina Costa Rica.

El informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), coincide con el informe de Amnistía Internacional respecto a las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas en Nicaragua a manos del gobierno del presidente Ortega. Ambos organismos lograron documentar el uso excesivo de la fuerza y la violencia por parte de los cuerpos de seguridad del Estado y fuerzas de choque parapoliciales armadas, incluyendo francotiradores que han lanzado disparos mortales a muchísimas víctimas, incluyendo al periodista Ángel Gahona y varios niños.

Esto y más en la entrevista con Gabriela María Jiménez, del movimiento ciudadano Nicaragüenses en Montreal.

Categorías: Internacional, Política
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