El celular llega a remotas comunidades del Lejano Norte canadiense
Los canadienses instalados en las grandes ciudades del país se molestan fácilmente cuando las señales de sus teléfonos se debilitan. Pero para los pueblos remotos y aldeas repartidas por todo el Lejano norte, ese servicio de telefonía celular ni siquiera existía hasta hace poco.
Esto está empezando a cambiar en las comunidades indígenas, para alegría de unos y preocupaciones de otros.
Maurice Mendo, un anciano Dene nunca sale de casa sin su teléfono.
A los 82 años, él se considera un profesional de los mensajes de texto.
La comunidad de Tulita, donde vive Mendo, cuenta con un servicio de telefonía celular desde hace solo 3 meses.
Esta aldea de 500 personas es una entre decenas de otras comunidades del norte recién conectadas a los teléfonos inteligentes. La gente puede ahora usar los dispositivos para hablar y navegar por la web.
Y esta nueva práctica está teniendo un gran impacto en estos lugares generalmente muy tradicionales.
Christine Desjarlais, 23 años, tiene tres teléfonos. Uno para mantenerse en contacto con su familia y dos para conversar con sus amigos.
Y como el anciano Mendo, ella no puede imaginar la vida sin ellos.
Pero en esta comunidad remota del norte, tener un teléfono celular significa también estar preparado para casos de emergencia.
Tulita está situada en la zona del Great Bear Lake, el Gran Lago del Oso. Es el lago más grande de Canadá con una superficie de 31.153 km² y está situado a una altitud de 186 m sobre el nivel del mar, a caballo sobre el Círculo Polar Ártico (entre los 65 y los 67º N y entre los 118 y 123º O).
El nombre viene de las Naciones Originarias de los Territorios del Noroeste que se referían a sí mismas como «gente del agua del oso grizzly».
Y esos osos grizzly se acercan frecuentemente a la ciudad en busca de comida.
A principios de este verano, un miembro de la comunidad Dene vio un oso negro que acechaba detrás de su casa.
Llamó a la Oficina de la fauna local para que verificaran. Pero el oso continuó su camino hasta llegar al patio de una escuela primaria.
Faltaban pocos minutos para que los niños salieran al patio en su recreo.
Usando su nuevo dispositivo, el agente de la fauna fue capaz de alertar rápidamente al personal de la escuela para asegurarse de que los estudiantes se quedaran en el interior.
A pesar de lo útil que pueden ser estos celulares, algunos miembros en esta ciudad del norte sienten que esa conectividad está más bien promoviendo una desconexión.
Esta es una cultura que valora la narración
Es por eso que Mendo y otros ancianos se preocupan por el impacto que los teléfonos están teniendo en la interacción social de la comunidad.
A pesar de las dudas estos teléfonos celulares llegaron para quedarse.
En los próximos meses casi todas las comunidades aisladas en los Territorios del Noroeste se conectarán. Y entonces ellas tendrán que encontrar un equilibrio entre el pasado y el futuro.
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