Sobre la medicina de guerra de las FARC

Mucho se ha hablado en los últimos años, del proceso de paz en Colombia. Del inicio de las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, en La Habana, Cuba. De la firma del primer acuerdo paz, del plebiscito en el que sorpresivamente, el pueblo rechazó ese primer acuerdo con 50.24 % de los votos y del segundo acuerdo de paz.

Se ha hablado ampliamente también del número de muertos que dejó el conflicto colombiano. Las cifras varían, pero oficialmente se puede decir que por lo menos unas 220.000 personas perdieron la vida en más 5 décadas de guerra. De lo que sabemos muy poco es sobre los heridos en los combates entre el ejército y la guerrilla.

De los los heridos del lado del ejército generalmente se sabe que son enviados a hospitales militares para su atención médica. ¿Pero qué pasa con los heridos de la guerrilla? Ellos también tienen que ser atendidos, pero las condiciones no son las mismas que para los heridos del ejército.

Por esta razón la organización guerrillera formó unidades de primeros auxilios. ¿Pero cómo es la situación sobre el terreno? Un equipo de la televisión francesa de Radio Canadá, bajo la responsabilidad de nuestro colega Martín Movilla, visitó un campamento de la guerrilla de las FARC en Colombia y conversó con su personal médico.  

Las imágenes que veremos en este reportaje fueron filmadas en el mes de junio de 2016 durante una temporada relativamente tranquila, gracias no a un cese el fuego bilateral sino a una tregua unilateral decretada por la guerrilla. En ese momento, el acuerdo de paz no había sido firmado y no había todavía una tregua bilateral a tiempo completo entre las partes. Lo cual generaba escaramuzas y combates. En otras palabras, el peligro era siempre latente.  

El campamento se encuentra en plena selva colombiana. Todo está dispuesto y concebido para una evacuación rápida. La visita comienza por la sala donde se dan las clases de medicina y donde se encuentra el quirófano.  Es una construcción rústica, sin paredes, construida con troncos de árboles y cubierta por una carpa de plástico negro. “Este es el aula de estudio. El lugar donde se forma políticamente y se forma como enfermero”, dice G, el médico-guerrillero que la presenta.

SALA DE CLASES EN LA SELVA

Digamos antes de continuar que la guerrilla de las FARC fue creada a principios de la década de los 60. Hasta la década de los 70, las confrontaciones armadas con el ejército no eran tan frecuentes como lo fueron más tarde. En esa época comienzan a ingresar en sus filas algunos profesionales de izquierda que formaron parte del Secretariado de las FARC.

Pero también ingresaron líderes sociales y políticos de la izquierda, que al verse atacados por grupos de extrema derecha se fueron al monte y tomaron las armas.  En aquella época, las posibilidades de salir de país y pedir asilo eran muy reducidas. Entre esos líderes habían algunos médicos profesionales como Mauricio Jaramillo y Laura Villa, pero también odontólogos, enfermeras, ortopedistas y fabricantes de prótesis. Fueron ellos los que formaron las primeras unidades sanitarias.

El comandante Mauricio Jaramillo (centro) con Ricardo Tellez (izq.) y Andrés Paris, en conferencia de prensa en La Habana, Cuba, el martes 4 de septiembre, 2012. (AP Photo/Ramon Espinosa)

Mauricio Jaramillo y Laura Villa fueron los que comenzaron a formar la primeras unidades médicas y según algunos comandantes de las FARC, fueron ellos también los que más desarrollaron el sistema de salud de las FARC. Jaramillo y Villa están detrás de la formación de la mayoría de los médicos guerrilleros y del diseño de la estrategia de hospitales móviles.

Al principio, esas unidades no existían y eran ellos los que prestaban los servicios de primeros auxilios. Pero a medida que las enfrentamientos aumentaban con el correr del tiempo, surgió la necesidad de formar los primeros médicos de guerra. Estas primeras unidades paramédicas tienen una formación empírica ofrecida inicialmente por estos profesionales de la salud.

Con el correr del tiempo estas unidades fueron adquiriendo experiencia con la práctica y fueron formando a otros, que a su vez formaban a otros.  Aquí estamos hablando de médicos de guerra formados en el fragor de los combates con los elementos que se tienen a mano, en una zona de guerra y con material médico reducido debido a las dificultades de abastecimiento que la guerra impone.

Leidi, guerrillera del Frente 51 de las FARC. el 16 de agosto 2016, en Colombia. REUTERS/John Vizcaino – S1BETXRMQVAA

Cabe señalar aquí que entre 1960 y 1990, las FARC tenían muy pocos combatientes. Prácticamente menos del número de guerrilleros que terminó por desmovilizarse, es decir, entre 2.000 y 3.000 combatientes. Pero a finales de la década de los 80 y principios de la de los 90, los combatientes de la guerrilla de las FARC aumentaron de una forma exponencial logrando tener más de 30.000 guerrilleros en armas a finales de los 90 y principios del 2000.

El recrudecimiento de los combates y el aumento del número de guerrilleros en la organización creó la necesidad de aumentar el número de unidades sanitarias para poder atender a los heridos. No se forma un médico de guerra de la noche a la mañana. Requiere tiempo. La formación se hacía de una forma progresiva. Se comenzaba como enfermero, después enfermero jefe, médico auxiliar y médico de guerra. 

En el momento en que el equipo de Radio Canadá visitó este campamento guerrillero, los cursos comenzaban muy temprano por la mañana. Entre las 5:30 y las 7:00 se discutía sobre los documentos de las negociaciones de paz en La Habana y otros documentos internos.  En el transcurso del día se continuaba con los cursos de primeros auxilios. Esta formación se hacía a diario.

La selección del personal que seguía los cursos de medicina se hacía entre 32 unidades. Se seleccionaban 2 o 3 personas que representaran a una unidad y siguieran el curso de medicina general.  Los cursos teóricos estaban formados por distintos módulos que comienzan con los cursos de anatomía y terminaban finalmente con una especialización en traumatología.

SALÓN DE CLASES Y QUIRÓFANO IMPROVISADO

A pesar de encontrarse en la selva y de tener medios limitados, los médicos y enfermeros se habían organizado para construir los lugares necesarios para poder ejercer su trabajo. Encontramos un quirófano improvisado en el que se administraban los primeros auxilios y los cuidados que requerían los heridos de guerra. Allí, como en cualquier hospital en la ciudad, se hacían cirugías, se atendían los traumas de guerra, pero también se atendían a los guerrilleros enfermos.   

Y como en cualquier hospital en la ciudad, y aunque las unidades médicas y paramédicas se encontraran en plena selva, los instrumentos quirúrgicos debían ser siempre esterilizados, una operación que podía resultar difícil en esas condiciones.  G, el médico guerrillero afirma que contaban con ollas de presión para la esterilización a vapor y siempre se trataba de acomodar el empacado a las condiciones.

Hay que decir que a pesar de estar en la selva y que muchas veces las intervenciones médicas se hacían en el terreno mismo, en el fragor de los combates y en condiciones sanitarias discutibles, los médicos debían esmerarse inmediatamente en evitar que las heridas se infectaran. Sin embargo, ellos partían del hecho que toda herida de guerra es contaminada.

En consecuencia tomaban todas las medidas posibles para evitar que la infección se generalizara. Había que cortarle el paso inmediatamente a la infección y lo principal en primera instancia era la asepsia. “Tan pronto llega a nuestras manos un compañero herido, pues sencillamente los métodos de asepsia y antisepsia se aplican como en cualquier tipo de hospital: Curaciones, lavado quirúrgico y desbridamiento. Aplicamos todos los métodos  y protocolos de salud que se aplican en cualquier parte. Después, está el uso de los antibióticos es indispensable para una herida que esté infectada”, dice el guerrillero médico.

TALLER DE PRÓTESIS MECÁNICAS

Xiomara Maró llevaba ya en el momento del reportaje 19 años en la guerrilla de las FARC. Ella además de sus funciones de guerrillera trabaja en la ortopedia técnica, que es la fabricación de prótesis para los guerrilleros que deben ser amputados. Ella, como muchos otros guerrilleros, estudió su técnica fuera de la selva.

Su trabajo de protesista es fundamental en el engranaje de la organización y le permite a sus compañeros guerrilleros seguir llevando una vida más o menos normal a pesar de la amputación de una pierna. A algunos guerrilleros, desafortunadamente para ellos, había que amputarle una pierna debido a una herida por la explosión de una mina antipersonal o por una herida en combate o por una infección.  Lo que complica su trabajo es la lentitud con la que llegan los materiales que ella necesita para fabricar las prótesis.

“Pues de pronto se demoran en llegar las cosas un poco, pues de todas maneras es más difícil que estar en una ciudad. Pero sí se consiguen las cosas para trabajar. Y lo más difícil sí es conseguir el material. Que llegue el material que se necesita. Pues porque todas las personas no conocen de pronto de esta profesión y entonces de pronto traen algo que no es bueno, que no dura mucho. Por ejemplo aquí en el movimiento la actividad de un guerrillero es más fuerte que una persona en la ciudad. Entonces hay que fabricar la prótesis con material bueno, que le dure” Xiomara Maró, protesista de las FARC.

Una vez que Xiomara Maró terminó su curso de protesista en la ciudad, regresó nuevamente a la selva. Le llevó alrededor de un año poder instalar su taller de prótesis mecánicas y poder comenzar a trabajar. Lo que más fabrica son prótesis transtibiales. “Las heridas que provoquen amputaciones en las que se necesiten las prótesis transfemorales casi no se ven por aquí”, dice la protesista. Pero ¿Hay alguna diferencia entre una prótesis hechas en la selva y otra hecha afuera?

Xiomara Maró, dice que también ha fabricado ya prótesis para los brazos, pero que la mayor parte del tiempo los guerrillero por la naturaleza misma de lo que hacen, no se acostumbran a usarla y a trabajar con ella. “Ellos prefieren no usarla y trabajar con un solo brazo”, dice la protesista de las FARC.

Hacer lo que las unidades médicas de la guerrilla hacen en estas condiciones es difícil. Sobre todo en los últimos años, en los que ha habido una gran ofensiva por parte de las autoridades colombianas. No es difícil imaginar por ejemplo, que amputar una pierna o tratar de salvar la vida de uno de sus compañeros herido de bala debe ser muy complicado en ese contexto en el que los bombardeos por parte de la aviación militar se intensificaron en los últimos 10 años.

“Lo difícil es ver la situación como está el compañero. Para nosotros es una satisfacción de poder brindarles la ayuda al compañero en el momento en que la necesita. Las circunstancias son muy adversas. Como pueden ver no es todo como uno puede aspirar a tener en un hospital con todo estéril. Pero las condiciones de guerra nos han enseñado a que las cosas tengan que ser así. Y hasta el momento nos han dado resultado” Médico guerrillero G.

Según el parecer del médico guerrillero G, a sus compañeros se les brinda un buen servicio de cuidados de salud. Por lo menos, el índice de mortalidad por falta de atención médica es muy bajo. “Pongamosle un 2% en comparación con el índice de mortalidad de los hospitales del régimen, que es muy altísimo”. El dice que entre los 100 heridos que logren llegar o traer al hospital de campaña, el índice de mortalidad el de alrededor de 2%.

Ellos se consideran simple y llanamente como médicos porque lo que han hecho es eso. Estudiar medicina.  En consecuencia, los protocolos que aplican son los mismos que se aplican en los hospitales. Es decir, atención primaria, primeros auxilios y frenar la hemorragia. Luego, el control de daños. Y aunque las condiciones no se presten muchas veces, siempre se enfocan en la preservación de la vida del paciente y tratar de conservar al máximo sus órganos y partes del cuerpo.  

LA PRÓTESIS DE RICARDO ESCORPIÓN

El guerrillero Ricardo Escorpión entró a la guerrilla a los 15 años. En el momento de la entrevista tenía 26 años y 6 meses que había sido amputado debajo de la rodilla de su pierna izquierda. Él se encontraba patrullando en las Sabanas del Yarí cuando pisó una mina antipersonal.

El guerrllero Ricardo Escorpión. (Radio Canadá)

Ricardo Escorpión lamenta su accidente, pero lamenta también el atraso que este ha causado en su compromiso con la lucha armada. Él no cree que un accidente como el que él sufrió sea una excusa para abandonar la guerrilla. “Eso depende de la ideología de cada uno, de lo que tenga en el pensamiento y lo que tenga estructurado en la cabeza”, dice Escorpión. Xiomara Maró le fabricó la prótesis que él está utilizando en la actualidad.

En el momento de la entrevista, no hacía mucho tiempo que Ricardo Escorpión había recibido su prótesis y afirma que “ha ido evolucionado”. Él dice que siempre es complejo los primeros días, porque tiene que adaptarse y acostumbrarse al uso de su nueva prótesis.  

La piel tiene que adquirir una callosidad para que no lastime. Hay otros muchachos con la misma situación y ellos ya trabajan normal. Ya pueden cargar y caminar varias horas y no sienten mucho dolor”. Eso ya es en el proceso de adaptación de cada uno con la prótesis, dice Escorpión.

Hay que decir que para formar parte de una unidad sanitaria sin pasar por la universidad se requiere una gran dedicación y aplicación. Hay entre las unidades sanitarias guerrilleros que fueron formados por los primeros médicos de la guerrilla, como es el caso del médico guerrillero que habla a la cámara. Él lleva ya 25 años en su oficio de médico.  

Él dice que esa experiencia y conocimiento médico que ha adquirido con el correr del tiempo tratando no solo a sus camaradas guerrilleros sino también a la población civil de las comunidades que viven en las zonas ocupadas por la guerrilla, ha hecho que los médicos de guerra se ganen su confianza.  

La confianza la pueden dar los mismos guerrilleros y la misma población a la que hemos intervenido quirúrgicamente. Que hemos ayudado con tratamientos, diagnósticos, tratamientos de diferentes enfermedades. Nosotros no vamos a buscar a los compañeros, son los compañeros quienes vienen a buscarnos. No tienen otra alternativa, pero la confianza es total”. Médico guerrillero G.

La tarea de médico de guerra no es fácil. Él médico de guerra -contrariamente al médico civil en un hospital de la ciudad que trata a pacientes que no conoce- debe tratar en general a sus propios camaradas, con los que comparte el cotidiano. Atender a un camarada herido y practicar una operación de operación de emergencia es emotivamente difícil debido a los lazos que los unen.

Hay que decir que al principio la guerrilla tenía sus hospitales concentrados en grandes regiones bajo su control, donde podía llevar a sus enfermos y heridos graves. Pero cuando la guerra se intensificó y los bombardeos se hacían casi a diario, la guerrilla comenzó perder terreno. Y las intervenciones para auxiliar a sus compañeros heridos se debían hacer inmediatamente sobre el terreno y en condiciones bastantes difíciles y los médicos de guerra se mantenían muy ocupados.

TIPOS DE INTERVENCIONES

  • Traumas craneoencefálicos, abdominales y toráxico
  • Fracturas de miembros
  • Heridos de bala
  • Heridos por esquirlas
  • Heridos por minas antipersonales
  • Amputaciones traumáticas

También deben atender a sus camaradas afectados por enfermedades tropicales como el Dengue y el Paludismo.  

Hay que decir que desde que comenzaron las negociaciones del procesos de paz disminuyó la ofensiva y no se volvió a tener heridos de guerra.

El médico guerrillero afirma en la entevista que cuando la guerra termine, los médicos de guerra de las FARC pondrán sus conocimientos al servicio de la población civil que lo necesite.  Los proyectos de salud siempre han formado parte del proyecto político de las FARC. La búsqueda de la solución a los problemas de las comunidades. Y agrega que “en los acuerdos de La Habana ya están esos proyectos. Hemos estado trabajando sobre la base de proyectos de salud. Estamos en eso y aspiramos a que podamos lograr solucionar en gran parte los problemas que tenemos en las regiones”.

MÉDICOS EMPÍRICOS Y  MÉDICOS PROFESIONALES

Según G, el médico guerrillero, su formación es válida y muy bien adaptada a la situación y el entorno. Las circunstancias sobre el terreno han hecho que para él y sus compañeros médicos de guerra, su formación en medicina sea tan válida como la que puede adquirir una persona en la universidad.

La Universidad de las FARC es la mejor universidad. Creo yo. No creo. Estoy seguro. Por otra parte he tenido la oportunidad de estar en varias ocasiones con médicos y uno mira el nivel de preparación de cada quien.  Llega un médico de universidad aquí y no puede hacer nada, queda con los brazos cruzados. Nosotros nos desenvolvemos con esto.

El Dr. Michael Mansour es graduado en medicina de la Universidad de Montreal. Trabajó de 1984 a 1999, durante 15 años en Urgencias-Salud, Servicio de emergencias de Montreal. De 1999 a 2005 trabajó como médico generalista en la emergencia del Pabellón Albert Prévost del Hospital Sacré-Coeur de Montreal.  

Desde 2003 trabaja como médico especialista en medicina general en el Instituto Philippe Pinel, un hospital psiquiátrico universitario de alta seguridad y desde 2008 hasta hoy es médico responsable de la aptitud a comparecer al tribunal de salud mental de la Corte Municipal de Montreal.  Le mostramos los extractos donde el médico guerrillero presenta el aula de clases, el quirófano y habla de su formación como médico de guerra.

El Dr. Michael Mansour, como decíamos anteriormente trabajó durante 15 años en el Servicio de Emergencias de Montreal y cuando empezó el servicio mismo estaba en sus primero balbuceos de la emergencia, pero ni siquiera esos balbuceos se pueden comparar a lo que se ve en el quirófano improvisado. Pero está de acuerdo con G, el guerrillero médico, que médicos formados en universidades tienen mucho que aprender de estos médicos de guerra.

EL REGRESO A LAS AULAS

G, el médico guerrillero, dice que su sueño cuando acabe la guerra, es homologar su título para convertirse en un médico diplomado. Nuestro colega Martín Movilla nos explica qué sucedió con esos médicos de guerra desde que se firmaron los acuerdos de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano en 2016.

En un artículo titulado Médicos y guerrilleros publicado en El Espectador de Bogotá, en octubre de 2016, Alfredo Molano Jimeno habla de un guerrillero llamado Uriel, uno de los primeros médicos empíricos formados por las FARC. Uriel, como G, el médico empírico de nuestro reportaje, fue formado también por Mauricio Jaramillo, más conocido como «El Médico».

Uriel dice que la guerra es la mejor escuela de un médico. La selva el mejor laboratorio de los botánicos. Y esos dos elementos hacen que los médicos guerrilleros tengan una característica: utilizan todo lo que está en su entorno para salvar la vida de un compañero.

Las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo comenzaron el 15 noviembre del 2012 en La Habana, Cuba, después de haberse reunido previamente en la misma ciudad para tratar los detalles logísticos.

Después de casi 4 años de arduas negociaciones, se logró firmar un primer acuerdo entre las partes el 26 de septiembre 2016. Este acuerdo fue sometido a un plebiscito tal como lo había prometido el presidente colombiano Juan Manuel Santos, para que la ciudadanía aprobara o rechazara lo negociado en La Habana. Las votaciones fueron programadas para el domingo 2 de octubre de 2016, y los resultados no fueron los esperados por los principales negociadores.

Para la sorpresa de muchos el acuerdo fue rechazado por un estrecho margen. El No obtuvo  50.24% de los votos contra 49.75% para el Sí. Las partes regresaron a la mesa de negociaciones  en La Habana y se firmó un nuevo acuerdo el 12 de noviembre del 2016, tras una serie de reuniones entre los partidarios del Sí y del No en el plebiscito. “Debo reconocer humildemente que este nuevo acuerdo es un mejor acuerdo”, había declarado en Bogotá ese momento el presidente Juan Manuel Santos.

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