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Historia

La voz de Canadá en el mundo

En 1942 fue adoptado un decreto que llevó a la creación de un servicio de radiodifusión en onda corta dirigido a los miembros de las Fuerzas Armadas Canadienses desplegadas en el extranjero, durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo era, entonces, presentarles noticias y programas de entretenimiento provenientes del país.

 Los transmisores en Sackville (Nuevo Brunswick ) en 1945

Sin embargo, hubo que esperar hasta el 25 de febrero de 1945 para que el servicio de radiodifusión comience sus emisiones. Aunque las naciones estaban en guerra, una promesa de paz se dibuja en el horizonte cuando la voz del primer ministro W. L. Mackenzie King dio la bienvenida oficial al nuevo servicio internacional canadiense, de onda corta, que daría a conocer Canadá en el extranjero y su punto de vista sobre lo que estaba pasando en el mundo.

Los estudios fueron instalados en el edificio de Radio-Canadá en Montreal, en la provincia de Quebec, mientras que los transmisores fueron implantados en Sackville, en la provincia de Nuevo Brunswick. Montreal era el lugar ideal para instalar los estudios. Radio-Canadá tenía allí un centro de producción muy activo y muchos presentadores anglófonos y francófonos. El sitio Sackville fue escogido después de realizar estudios minuciosos de los enlaces de radio entre Canadá y Europa. Los informes de sintonía de la época indican que el Servicio Internacional poseía la señal más clara de América del Norte en onda corta.

 El edificio de Radio-Canada en Montreal

En 1945, los programas eran producidos en Inglés, alemán y francés y estaban dirigidos hacia Gran Bretaña y el resto de Europa occidental. El Servicio difundía seis horas diarias de programación. En la época la oferta radial estaba compuesta por piezas de teatro, magazines de actualidad, comentarios y programas musicales.

El Servicio Internacional tuvo una rápida expansión. En 1946, difundía regularmente en checo y holandés. Algunos programas semanales estaban dirigidos a los países escandinavos y se hacían en sueco, en danés y en noruego. De igual forma, comenzó a difundirse diariamente, en inglés, hacia las Antillas. En 1947, se agregaron las difusiones en español y portugués hacia América latina: las primeras para la mayoría de países de la región y la segunda para Brasil. Ese mismo año se comenzó a difundir en inglés para Nueva Zelanda y Australia. En enero de 1949, el servicio italiano inició sus actividades y un semanario en finlandés nació en diciembre de 1950.

En los años siguientes a su creación, el Servicio Internacional se centró en la difusión de sus emisiones hacia Europa Occidental que vivían las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. A principios de los años 50, la Guerra Fría se instaló en Europa del Este. De repente, millones de personas perdieron cualquier posibilidad de obtener información objetiva sobre la situación mundial. Muchas emisoras internacionales, como el Servicio Internacional de Radio-Canadá, comenzaron a dirigir sus emisiones hacia los países ubicados más allá de la cortina de hierro, con el objetivo de informar a la gente sobre lo que estaba sucediendo en el mundo "libre".

El Servicio Internacional ya difundía en checo y eslovaco cuando se creó la sección rusa en enero de 1951. Al año siguiente, en septiembre de 1952, entró en ondas una sección ucraniana que precedió la inauguración de un servicio en polaco, un año más tarde. Los canadienses que hablaban esas lenguas, y ocasionalmente los ciudadanos de los países europeos, transmitían regularmente noticias sin censura, comentarios y reportajes sobre Canadá y Europa del Este.

Fue durante estos años que el Servicio Internacional de Radio-Canadá creó lazos con la recién creada Organización de Naciones Unidas (ONU). Entonces, se le pidió al Servicio Internacional proporcionar los medios de difusión para que las Naciones Unidas realizaran su programa diario.

La emisión era producida en los estudios de la radio de la ONU, ubicados en Lake Success, Estado de Nueva York, en Estados Unidos y era alimentada por teléfono a los transmisores de Sackville. Esas emisiones se volvieron cruciales para la ONU cuando llegó el momento de dar a conocer su punto de vista, en todo el mundo, después de la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra de Corea. La difusión de las emisiones de Naciones Unidas, a través del Servicio Internacional de Radio-Canada, se mantuvo hasta el 29 de noviembre de 1952, cuando fueron trasladadas a las instalaciones de Voice of America (la Voz de América).

Es interesante señalar que fue, también, en 1952 que el periodista René Levesque se convirtió en corresponsal de guerra, en Corea, para el Servicio Internacional al que había llegado poco después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial. En 1976, después de una exitosa carrera como periodista, presentador y político,

René Lévesque se convirtió en primer ministro de la provincia de Quebec.

El servicio internacional en transición

En 1954, en plena Guerra Fría, El Servicio Internacional de Radio-Canadá sufrió el primero de los numerosos recortes y reorganizaciones que tendrá que vivir a través de los años. En ese momento, se decidió concentrar sus limitados recursos en programas destinados a los oyentes de Europa del Este. Esto significó la desaparición de emisiones en algunas lenguas y la pérdida de importancia para otras.

Una de las consecuencias fue el cierre del servicio finlandés el 29 de enero de 1955. Fue la primera vez que se cerró un servicio en lengua extranjera y, por desgracia, no sería la última. Los recortes llevaron a una drástica reducción de los servicios en inglés y en francés. Anteriormente, había tres emisiones en inglés dirigidas a Europa, una hacia Estados Unidos y otra más para los oyentes de Australia. Con el nuevo horario, se redujo a una emisión para cada una de esas regiones. La nota positiva: la difusión hacia Australia, que se hacía cada dos semanas, se volvió diaria.

El servicio francés, por su parte, sufrió recortes más severos que los del servicio en inglés. De tres emisiones dirigidas al auditorio europeo y una al Caribe, se pasó a una sola que tenía a Europa como objetivo. Los cortes ocasionaron el cierre de las secciones que realizaban emisiones en holandés, danés, noruego, portugués, español y sueco. Sin embargo, las emisiones en alemán pasaron de 45 minutos a una hora. Además, los servicios checo y polaco obtuvieron una difusión y el número de emisiones en ruso aumentó en un 50 por ciento.

También cambió la programación. A mediados de los años 50, había una gran necesidad de contar con programas que se ocuparan de los asuntos públicos y hablaran de la situación mundial y de las posiciones de Canadá. Por eso, se puso menos énfasis en la música y en los programas de teatro que habían estado en apogeo, en el servicio internacional, desde su creación.

Nueva estructura, nuevo nombre.

Aunque el Servicio Internacional haya sido administrado, desde sus inicios, por la Sociedad Radio-Canada, fue en 1968 que se integró plenamente en la estructura de Radio-Canada. Hasta entonces, el Servicio era definido como una entidad independiente controlada por el Parlamento de Canadá a través del ministerio de Relaciones Exteriores. En julio de 1970, el servicio pasó a llamarse Radio Canadá Internacional. El cambio de nombre se explica por la necesidad de tener una identidad diferente a la de la red doméstica de Radio-Canada.

Desde su creación RCI había dirigido su difusión hacia los países del sur y del este de Canadá. En 1984, se decidió buscar un nuevo público: Japón. Cinco años más tarde, cuando fue técnicamente posible llegar a China a través de onda corta, comenzaron las emisiones en mandarín. Unos meses después, RCI comenzó a emitir, en árabe, hacia el Medio Oriente.

A finales de 1990, en medio de una importante reducción presupuestal, impuesta por el gobierno a Radio-Canada y a todas las instituciones federales, se cuestionó la existencia de Radio Canadá Internacional. Cientos de cartas llegaron a las oficinas del Primer Ministro, del Ministro de Relaciones Exteriores y del Ministro de Comunicaciones. En 1991, el gobierno anunció que Radio Canadá Internacional se mantenía y que sería financiada con un presupuesto específico, gestionado por la Société Radio-Canada, por un período de cinco años. Sin embargo, la financiación se redujo considerablemente y RCI tuvo que renunciar a 6 de los 13 idiomas de difusión. Las emisiones en checo, alemán, húngaro, japonés, polaco y portugués desaparecieron.

Aunque las emisiones en francés e inglés sobrevivieron, todas las producciones propias desaparecieron y fueron reemplazadas por programas de las redes francesa e inglesa de Radio-Canadá. Sin embargo, algunos años después, estos dos servicios reanudarán la producción de emisiones originales.

En 1992, además de su programación habitual, RCI asumió la responsabilidad de producir emisiones dirigidas a la Red de las Fuerzas Canadienses que había cerrado sus estudios ubicados en Lahr, Alemania. Así mismo, RCI siguió firmando acuerdos, con otras emisoras internacionales, para intercambiar tiempos de utilización de los transmisores. Esos acuerdos incluyeron radiodifusores como Radio Austria Internacional, La Voz de Alemania, Radio Beijing, Radio Corea y Radio Monte Carlo. Fue en esa época que RCI comenzó a ofrecer su programación por satélite y negoció acuerdos con WRN para transmitir sus programas en Europa, África y Asia. En 1993, RCI agregó a sus transmisiones en onda corta hacia Europa, África y Oriente Medio, un Magazín de los Cascos Azules (las fuerzas de paz de la ONU) de RFC en francés e inglés. En 1994, este programa también comenzó a ser transmitido hacia el Caribe y América Latina.

En 1995, nuevos recortes presupuestales oscurecen el paisaje. In extremis, la decisión de cerrar RCI vuelve a revertirse. Sin embargo, la radio tuvo que revisar su oferta y evaluar nuevas posibilidades de futuro.

Los últimos años de la década del 90 y los primeros de los años 2000, se caracterizaron por importantes avances tecnológicos en el mundo de las comunicaciones. RCI decidió, entonces, ampliar su alcance y sus medios de difusión y explorar las posibilidades de Internet.

En 2006, dio sus primeros pasos en la producción multimedia. Nacieron entonces series como Racine y Métissés serrés que muestran bien el nuevo rumbo que la radio piensa adoptar. Fue, de hecho, es en este momento, cuando se decidió desarrollar contenidos dirigidos únicamente a los inmigrantes que viven en Canadá y a los que quieren llegar a serlo. Igualmente, se comienzan a producir nuevos programas, destinados al mercado norteamericano, difundidos por RCI PLUS, una cadena ofrecida por Radio-Canadá en el satélite Sirius hasta la primavera del 2010. Posteriormente, se regresará al mercado internacional, sin descuidar el mercado canadiense que se caracteriza por contar con un número importante de ciudadanos y residentes, de diversos orígenes, que desean comprender la realidad y los valores del país.

En 2012, Radio Canadá Internacional llevó a cabo un viraje trascendental. Su presupuesto fue reducido considerablemente. Entonces, dejó de emitir en onda corta y centró todas sus actividades en la web. El número idiomas pasó a 5: inglés, francés, español, árabe y chino.

Su sitio RCInet.ca se ajustó a la nueva oferta. Allí se pueden encontrar producciones e informes inéditos, dirigidos a personas que saben poco, o nada, sobre Canadá, sin importar en que parte del mundo se encuentran. Además, el sitio presenta entrevistas, reportajes, crónicas, noticias, un blog de actualidad y una sección consagrada a la producción multimedia.

Los valores ciudadanos de apertura y tolerancia, que caracterizan a la democracia canadiense, están en el corazón mismo sus preocupaciones. Así lo demuestran producciones multimedia como Democracia y Religiones; Yo, el musulmán de al lado; Mopaya y el Mes de la Historia de los Negros. Otro ejemplo es el sitio RCIVision que presenta cientos de cortometrajes elaborados en torno al tema de las culturas cruzadas. A estos se agrega el sitio web Eye on the Arctic/Regards sur l’Arctique (Miradas sobre el Ártico) desarrollado asociados pertenecientes a los países de la región circumpolar que trabajan en la sensibilización de los ciudadanos del planeta en temas como: la interdependencia de los ecosistemas y los efectos del recalentamiento climático sobre el medio ambiente y los seres humanos que viven en ellos.

Radio Canadá Internacional supo adaptarse, a través de los años y está, estará siempre, abierta al mundo.

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