Un análisis de 120 publicaciones, realizado por la Universidad de Montreal y el Centro Médico Mount Sinai de Nueva York, muestra que el cannabis no es inofensivo para los adolescentes.
El consumo persistente de marihuana antes de los 18 años causa daños duraderos en la inteligencia, la atención, y la memoria.
Los individuos que iniciaron el consumo de cannabis en la adolescencia, y continuaron este consumo durante varios años, mostraron una disminución media del CI de 8 puntos, al comparar su CI a los 13 años, y a los 38. Dejar de fumar posteriormente no pareció revertir la pérdida.
EscucheEl Dr. Didier Jutras-Aswad, de la Universidad de Montreal junto con su colega estadounidense,Yasmin Hurd, del centro médico Mount Sinai, explican que el cannabis influye sobre los mecanismos responsables de la adicción en los cerebros de los adolescentes.
Los autores de este estudio publicado en la revista Neurofarmacología afirman que se necesitan otros estudios científicos sistemáticos para entender los efectos a largo plazo de la exposición de los adolescentes al cannabis sobre su cerebro y su comportamiento, pero ellos creen que el estado actual del conocimiento sugiere que el uso de esta droga tiene graves consecuencias para las conductas adictivas en la edad adulta, a diferencia de los que los que se inician a la marihuana a una edad más tardía.
“Las personas que empezaron a consumir cannabis cuando eran adultos con cerebros totalmente formados no mostraron efectos secundarios importantes ni disminuciones mentales”. Jutras-Aswad
Pero cuando el consumo ocurre en la adolescencia, éste puede provocar una modificación del desarrollo del cerebro que puede a su vez ser asociado a problemas en la edad adulta, sobre todo en el desarrollo de dependencias.
¿Esto afecta a todos los adolescentes, de cualquier edad? Los afecta de la misma manera?
Y la cantidad consumida, ¿juega también un papel?
“Los datos de la investigación muestran indican que más temprano ocurre el consumo más graves serán los efectos de la marihuana sobre el desarrollo del cerebro y también sobre los comportamientos a la edad adulta”.
Según el Dr Jutras-Aswad, otro elemento que sobresale en el estudio que acaban de publicar, permite comprender también el consumo de marihuana en personas con vulnerabilidades genéticas. Por ejemplo, ciertos genes van a predisponer a alguien a desarrollar problemas de salud mental como la esquizofrenia, depresión o psicosis por un lado, y de toxicomanía por el otro, y el efecto de la marihuana será mucho más importante en esas personas.
¿Significa eso que un adolecente que consume cannabis va a desarrollar problemas de dependencia y problemas siquiátricos en la edad adulta?
No, dice el Dr Jutras Aswad, de la Universidad de Montreal.
“Siempre, cuando hablamos de investigación, de estadísticas y de un conjunto de individuos, solo un cierto número va a desarrollar problemas”.
Esto depende de la edad que comenzaron. Si se habla de la población en general, su número será relativamente pequeño. Pero si se toma en cuenta una población vulnerable con problemas siquiátricos o genéticos el número puede explotar.
En el cannabis se encuentran presentes distintos principios activos, de los cuales el principal es el D9-Tetrahidrocannabinol (THC) Lo que se sabe ahora es que el cannabis de los años 70 era muy diferente al que se consume ahora. En esos años el THC tenía un porcentaje de menos de 5 % mientras que en la actualidad sobrepasa los 15 a 20%.
El consumo continuado de cannabis lleva a un aumento de la tolerancia al THC. Por tanto, cada vez se necesitará más dosis para conseguir los efectos que antes se conseguían con menor cantidad. Al aumentar la dosis, por tanto, aumentan también los riesgos.
La concentración de THC en la actualidad va a modular los efectos del cannabis en el cerebro, dice el Dr Aswad.
En este contexto y a la luz de estos nuevos datos, ¿es pertinente preguntarse sobre la legalización de la marihuana?
“Cuando llega el tiempo de tomar decisiones sobre el estatus legal de una substancia, no solo hay que tomar en cuenta lo que dice la ciencia. Hay que tomar en consideración aspectos morales, políticos y éticos.”
Lo que el artículo científico dice es que ahora cuentan con datos científicos que deberían ser tomados en consideración en la toma de decisiones sobre la legalización. Y si se decide votar a favor de la despenalización del consumo de la marihuana, habría que difundir mensajes importantes de salud pública para que las poblaciones más vulnerables, como las personas con problemas de salud mental y los adolescentes puedan ser protegidos de esa exposición y crear alternativas para protegerlos, dice el Dr Jutras Aswad, de la Universidad de Montreal.
«La cuestión no es si el cannabis es bueno o malo, sino ¿quién tiene más probabilidades de sufrir problemas”. Dr. Didier Jutras-Aswad, Universidad de Montréal.
¿Lo sabías?
Aproximadamente el 25% de los consumidores de cannabis en la adolescencia desarrollan una relación de abuso de dependencia con esta droga.
Los estudios muestran que la adicción al cannabis puede ser heredada a través de los genes que producen los receptores de cannabinoides y una enzima implicada en el metabolismo del THC.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.