El gobierno del primer ministro Stephen Harper está tratando de reducir la protección de las ballenas jorobadas en la costa de la provincia de Columbia Británica, protección de la cual se benefician los grandes cetáceos gracias a la Ley canadiense de Especies en Riesgo.
La propuesta de construcción del oleoducto Northern Gateway Pipeline amenaza con convertir el hábitat de estas ballenas en un inmenso corredor de transporte de petróleo.
Esta maniobra se produce en momentos en que el gobierno canadiense se prepara a tomar una decisión sobre la aprobación del oleoducto, que llevaría petróleo hacia un ruta de trasporte marítimo que utilizaría las aguas de lo que los científicos y defensores del medioambiente consideran como zona de «hábitat crítico» para estas ballenas que corren el riesgo de extinción.
La ministra del Medio Ambiente, Leona Aglukkaq, bajo el consejo de la ministra de Pesca, Gail Shea, recomendó que el nivel de protección de la población de ballenas jorobadas en el Pacífico Norte de ballenas será rebajado de «especie bajo amenaza de extinción» a la de «especies de preocupación especial». La recomendación para la modificación de la Ley de Especies en Riesgo fue publicada en la Gaceta de Canadá el pasado sábado.
El gobierno sostiene que la población de ballenas ha aumentado «significativamente» desde que fue incluida por primera vez en 2005 en la lista de especies amenazadas. La recomendación del gobierno también argumenta que una evaluación independiente hecha en 2011 mostró un aumento en las tasas de crecimiento de la población de ballenas.
Karen Wristen, directora ejecutiva del organismo Living Oceans Society, dijo que la decisión del gobierno canadiense «no tiene absolutamente ninguna base en la ciencia y no es más que una maniobra política para despejar el camino para aprobar el oleoducto.»
La reducción del nivel de protección de las ballenas jorobadas significaría que el gobierno ya no tendría la obligación de designar zonas de hábitat crítico para la recuperación de la ballena, dijo Wristen.
Actualmente, ese hábitat crítico designado comprende áreas cercanas a la localidad de Kitimat, en Columbia Británica. En caso de que el gobierno apruebe el oleoducto, esta zona, en la que se reproducen y alimentan las ballenas y sus crías en la primavera y el verano, se convertirá en la terminal del proyecto de oleoducto Northern Gateway y en una ruta de alto tráfico para los grandes barcos petroleros.
Se espera que el Gobierno federal decida antes de fines de junio si aprueba o rechaza la construcción de ese oleoducto.
Un informe de un panel de evaluación del proyecto recomendó en diciembre la aprobación del proyecto, sujeto a 209 condiciones.
«Los barcos petroleros fueron una de los elementos específicos mencionados por los científicos como un factor de muy alto riesgo para las recuperación de las ballenas», dijo Wristen. «El riesgo es, por supuesto, que los barcos cisterna que golpeen y maten a las ballenas.»
Los científicos que participan en el programa de recuperación de las ballenas en riesgo citaron también el riesgo que corren ballenas debido a la posibilidad de los tóxicos derrames de petróleo.
Existe también la preocupación, agregó Wristen, de que el ruido generado por los buques interrumpirá la alimentación de las ballenas y su capacidad para cuidar a sus crías.
«Sin el hábitat, no se puede esperar que se recuperen», dijo la directora ejecutiva del organismo Living Oceans Society.
En enero pasado, los organismos de protección medioambiental Living Oceans Society, Ecojustice, ForestEthics Advocay y la Raincoast Conservation Foundation lanzaron una demanda legal para bloquear la aprobación del oleoducto por parte del gobierno.
Estos organismos argumentaron que el informe utilizado como base para la aprobación tenía errores, en parte debido a que no consideraba la protección de las ballenas jorobadas, tal como exige la Ley canadiense de Especies en Riesgo.
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