Un agricultor de la municipalidad de Elgin, al sur de Montreal, recibió una multa de $267 dólares porque sus gallos son escandalosos y cantan demasiado fuerte. Agentes de la Seguridad de Quebec, policía provincial, aplicaron al pie de la letra un reglamento municipal contra el ruido y el agricultor se queja ante las autoridades para evitar otras multas.
“Es insultante de parte de la policía, porque nos encontramos tierras agrícolas”, afirma Mathieu Kompan que toma mal la llegada de la Seguridad de Quebec temprano en las mañanas a su finca, para constatar el “ruido” provocado por el cantar de sus tres gallos.
Varios vecinos se unieron para quejarse que los gallos se pasean hasta en sus propiedades. “Cantan tarde durante la noche y muy temprano en la mañana y tengo dificultad para dormir” explica una vecina, la única que aceptó dar declaraciones. “Él debe tener una cerca que guarde sus gallos y gallinas en su terreno”, dice esta vecina.
“Los vecinos quieren vivir en el campo, pero no quieren agricultores en su vecindario” Mathieu Kompan.
El agricultor defiende el hecho de dejar a sus gallos y gallinas en libertad, porque “nosotros garantizamos a todas las personas que nos compran pollos, que los nuestros no crecen encerrados en jaulas”.
Después de haber luchado durante más de un año, el agricultor obtuvo el retiro de la multa de $267 dólares. Pero el reglamento municipal sigue vigente y se lo podrían aplicar de un día a otro.
Hay que decir que este tipo de reglamentos contra el ruido existen en otros lugares de Quebec. Y es por esta razón que Unión de Productores Agrícolas de Quebec, UPA, apoya a Mathieu Kompan desde 2012.
“Los reglamentos contra el ruido tienen su pertinencia, pero se pueden aplicar de la misma forma en los medio urbanos que en los medios rurales”, dice Evelyn Sorel una consejera de la UPA. Ella dice que los citadinos migran cada vez más hacia el campo y por lo tanto hay cada vez más problemas de cohabitación entre agricultores y residentes.
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